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Crítica:DANZA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Guerra y máquina

Con una impresionante y hasta efectista puesta en escena, la obra de Rami Beer explora en el pasado del holocausto y el presente de la guerra su drama y su tragedia pesando damoclianamente sobre las cabezas de los intérpretes como esas luces cenitales blancas, fuertes y despiadadas con que esmalta las secuencias de baile.Es obvia la actualidad de ambos temas, y eso prepara al espectador, o lo prejuicia. No puede hablarse de una obra tranquila o de reflexión, sino de canto coral en clave desgarrada y violenta en la que pesa sobre todo el trabajo de conjunto por encima de cualquier ejercicio solista. Es una lectura muy coordinada y vigilada de cerca del baile, donde al ritmo hay que sumar la audacia. A veces no se lee bien el porqué de una miniatura tras otra, y hay que acudir a los presupuestos teóricos del coreógrafo para intentar justificar los frecuentes oscuros entre escenas.

Kibutziana (Israel)

Aide memoire. Coreografía y luces: Rami Beer; música: Dowland, Stockhaussen, Cuarteto Kronos y otros. V Festival Madrid Sur. Auditorio Padre Soler de Leganés. 4 de noviembre.

El director-coreógrafo arma la pieza a base de secuencias de grupo con desarrollo en canon y continuo. La música electroacústica y el sonido contemporáneo ayudan a ese propósito de saturación, que a veces peca de reiterativo. La atmósfera puede llegar a ser opresiva, pero ¿es realmente atemporal? Eso queda en el aire. La estética uniforme del vestuario remite a otras consideraciones.

Beer encontró la inspiración formal en esas secuencias experimentales que claramente recuerdan las series de estudios dinámicos de Edward Muybridge y expresamente las Kinetic Molpai (1935) de Ted Shawn, de las que han sobrevivido testimonios fílmicos, y las rearma de diversas formas e intensidades. No hay literalidad, denuncia, compromiso político o localismos, y eso, naturalmente, valora en positivo el resultado. Los casi veinte bailarines se esfuerzan, no eluden el riesgo y demuestran una excelente preparación acrobática, lo que el público supo recompensar con una larga ovación final.

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