Martín de Riquer recibe el Nacional de las Letras por la calidad y amplitud de su obra
"Nunca hubiera imaginado merecer un reconocimiento tan importante", dijo el académico
Tiene 86 años y mantiene intacta la misma pasión y capacidad de entusiasmo que ha sabido transmitir a sus numerosos discípulos. El profesor Martín de Riquer recibió ayer el Premio Nacional de las Letras por "la amplitud y calidad de su obra escrita en catalán y castellano sobre literatura románica medieval, especialmente en relación con la literatura provenzal, catalana, castellana y francesa", destacó el jurado, formado, entre otros, por Francisco Brines, ganador del premio el año pasado, y Luis Goytisolo. La distinción está dotada con cinco millones de pesetas.
"Este premio es toda una sorpresa y una enorme alegría"; así describía ayer sus emociones el profesor Martín de Riquer, ante la concesión del Premio Nacional de las Letras. Hacía tan sólo unas horas que le habían comunicado este nuevo galardón y el académico de la lengua, con su discreción habitual, intentaba no dejarse llevar por el alborozo que le rodeaba en su casa -familiares y amigos, la televisión filmando una entrevista- y mostraba una cierta estupefacción: "Nunca me hubiera imaginado que el conjunto de mi obra podía merecer un reconocimiento tan importante". Martín de Riquer mantiene intacta su capacidad de entusiasmo aunque a lo largo de su carrera haya recibido un sinfín de galardones: entre otros, el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, en 1997, por sus estudios de la literatura castellana y catalana; el Premio Nacional de Ensayo, en 1991, por su estudio de la obra Tirant lo Blanc, y en 1990 el Premio Internacional Menéndez Pelayo por su contribución al conocimiento de la literatura medieval del Siglo de Oro.Este rosario de honores -al que hay que añadir otro que le va a ser entregado el próximo 16 de noviembre, el Premio Catalán de la Recerca- es la consecuencia lógica de toda una vida dedicada con pasión a la literatura y a la historia, a su divulgación, a iluminar múltiples aspectos de los estudios lingüísticos y literarios del ámbito románico. Martín de Riquer (Barcelona, 1914) se licenció en Filología Románica en la Universidad de Barcelona, y en 1942 empezó a trabajar allí como profesor. De sus clases, que se prolongaron hasta 1982, han salido una larga lista de profesores, eruditos y sabios como Francisco Rico, José Manuel y Alberto Blecua, Carlos Pujol, Jordi Llovet, Jaume Vallcorba, Victoria Cirlot, Carlos Alvar, José Carlos Mainer y sus hijos Borja, Alejandra e Isabel de Riquer.
En 1944 ingresó en la Real Academia de las Buenas Letras de Barcelona, de la que es presidente desde 1962; en 1950 ganó la cátedra de Historia de las Literaturas Románicas, y en 1965 ingresó en la Real Academia de la Lengua con un discurso en que analizaba La vida caballeresca en la España del siglo XV. La ingente obra que ha dado a conocer el profesor Martín de Riquer se debe, esencialmente, a dos inquetudes: la divulgación entusiasta y contagiosa de la buena literatura, por una parte, y la voluntad de sacar a la luz aquellos textos que él consideraba imprescindibles en la tradición románica. Entre las publicaciones que mejor ejemplifican esta tendencia está la monumental obra Los trovadores (1983), tres volúmenes en los que Riquer transcribió y tradujo las canciones más emblemáticas de los trovadores provenzales.
Riquer ha compaginado desde siempre el estudio de la lírica de los trovadores con la novela caballeresca y los cantares de gesta. Suyos son algunos de los estudios más importantes sobre el tema: Los cantares de gesta franceses (1952), El Quijote de Avellaneda, Estudios sobre el Amadís de Gaula e Introducció al Tirant, entre otros. El repaso a su obra, además, quedaría incompleto si no se citaran sus trabajos sobre heráldica medieval, definitivos, o dos obras faraónicas en las que colaboró decisivamente: la Historia de la literatura universal (1957), que escribió junto con José María Valverde, y los volúmenes dedicados a la época medieval de la Història de la literatura catalana (1979).
Martín de Riquer, conde de Casa Dávalos desde febrero de 1957, proviene de una familia documentada en los archivos desde la Edad Media. Partiendo de los registros familiares, Riquer consignó la historia de sus antepasados en el volumen Quinze generacions d'una família catalana, que recientemente ha llegado a su cuarta edición. Ayer, preguntado por cuál era su libro preferido, el profesor respondía: "Uno siempre destaca el último libro que ha publicado; en este caso Llegendes històriques catalanes"; pero después de pensarlo unos instantes matizó su respuesta: "De hecho, el libro que más quiero es Quinze generacions..., por lo que tiene de memoria personal y por el trabajo inmenso que llevó hacerlo. Lástima que sea un libro imposible de traducir al castellano".
Babelia
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