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Harry Potter vence a la censura en EE UU

Títulos universales

Harry Potter no da abasto en su pelea con los Muggles, los pobres humanos que carecen de sus capacidades de encantamiento. Pero sigue pudiendo con ellos, bien que aliado con humanos comprensivos. En Tejas (EE UU) y en Toronto (Canadá), adultos que querían retirar de las librerías las aventuras del huérfano inglés han sido derrotados por una decisión judicial y en una votación en un colegio.Los libros de Harry Potter fueron los más censurados el año pasado en Estados Unidos y están entre los más cuestionados de la década, según una lista que se acaba de hacer pública con motivo de la Semana de los Libros Prohibidos.

Un colegio canadiense exigía a los alumnos una autorización previa de sus padres para leer las aventuras de Harry Potter debido a las objeciones de algunos adultos ante los avatares del adolescente, que veían como una apología de la brujería y el ocultismo, paso previo a la magia negra y el satanismo. Tras acalorado debate, los amigos de Harry han ganado la partida.

En Wichita Falls (Tejas) ha sido el juez quien ha salvado al niño de la censura. Sus hazañas, seguidas con fruición por millones de lectores de todas las edades, habían sido colocadas en el índice de la ciudad por "objetables", junto a otros dos títulos en torno a la homosexualidad: Las dos mamás de Heather y El compañero de papá.

Estos dos libros llevan ya varios años en la calle y por ello se han ganado a pulso el mérito de estar entre los diez más censurados de la pasada década en Estados Unidos, según la lista que acaba de hacer pública la Asociación Estadounidense de Bibliotecarios (ALA).

La escocesa J. K. Rowling no trajo a Harry al mundo hasta 1997, así que sus aventuras en cuatro tomos sólo ocupan el puesto 48 entre los cien libros que más han sido cuestionados por el público lector norteamericano (individuos e instituciones) en los años noventa, aunque se alzan con un incuestionable número uno de 1999, con escritos y actos de protesta por todo el país -y en Canadá, como se acaba de ver- de las modernas California y Nueva York a los más tradicionales Estados del interior.

Como campeona de todas las iras de la década figura Scary Stories (Historias de Miedo), de Alvin Schwartz, por su contenido violento con vetas de ocultismo y canibalismo, según la tabulación realizada por la ALA. El número dos es El compañero de papá, de Michael Wilhoite, seguido de Sé por qué canta el pájaro enjaulado, el primer tomo de la autobiografía de Maya Angelou, que recibe críticas por "presentar a los blancos como seres horribles, malos y estúpidos".

La calidad literaria no protege a Angelou, como tampoco a Mark Twain, cuya obra Las aventuras de Huckleberry Finn es puesta en tela de juicio por su "lenguaje ofensivo y racista"; ni a John Steinbeck: su De ratones y hombres es "blasfemo" y tiene un "lenguaje ofensivo y racista"; ni a J. D. Salinger. El guardián en el centeno produce sarpullidos y se gana el número diez en la lista por estar salpicado de "blasfemias" y "referencias sexuales", además de "centrado en actividad negativa", de acuerdo a las protestas de que tiene constancia la ALA.

El color púrpura, de Alice Walker; Matar a un ruiseñor, de Harper Lee; Las aventuras de Tom Sawyer, del recalcitrante Twain, y Un mundo feliz, de Aldous Huxley son otros títulos universalmente reconocidos que, por unas u otras razones, suscitan objeciones en Estados Unidos y están en la lista de los cien malditos.Judith Krug, directora de la Oficina de la Libertad Intelectual de la ALA, dice que el año pasado recibió 472 objeciones de todo el país, un número inferior el récord de 1995, cuando hubo 762, aunque hace notar que por cada protesta que llega a su oficina puede haber otras cuatro o cinco que no trascienden.

Krug atribuye ese descenso a que "la atención de mucha gente se ha desviado hacia Internet", cuyo acceso desde las bibliotecas públicas suscita muchos recelos y llamamientos a que se establezcan filtros de contenido para los usuarios. La ALA se niega a adoptar tales medidas de censura previa. Según Krug, la heterogénea lista de títulos censurados que acaba de emitir la ALA "es la prueba de que no hay libro que esté libre de los ataques de la censura".

Derrotados los Muggles más montaraces, Harry Potter sigue a la conquista del mundo. Acaba de entrar en China con una primera tirada de 600.000 estuches con los tres primeros tomos.

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