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Los líderes árabes culpan a Israel del estallido de violencia pero evitan tomar medidas drásticas

Ángeles Espinosa

Sólo la condena a Israel obtuvo la total unanimidad árabe. Los líderes reunidos en El Cairo emplearon palabras muy duras para calificar la actitud del país con el que intentan reconciliarse desde la Conferencia de Madrid, hace nueve años, y al que responsabilizaron del fracaso del proceso de paz. Los hechos son otra cosa. Ni guerra santa, ni boicoteo ni ruptura total de relaciones. El limitado alcance de las medidas adoptadas no sólo defraudó a los palestinos o a los más radicales de la Liga Árabe (Irak, Libia), sino también a muchos árabes de a pie.

"Israel ha transformado el proceso de paz en una guerra contra el pueblo palestino. Apoyamos su levantamiento que expresa la amargura y la frustración tras muchos años de espera de resultados de un arreglo político que no se han materializado por culpa del empecinamiento israelí, de sus maniobras dilatorias y de su falta de respeto a esos compromisos". Las palabras del preámbulo del documento acordado en El Cairo quedaron suavizadas por la ausencia de medidas contundentes y por la intervención final del anfitrión, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, quien pidió a Israel que responda de forma favorable a sus exigencias de paz.Sólo había que ver la cara de Yasir Arafat para comprender que el resultado de la cumbre no había colmado sus expectativas. Aunque uno de sus colaboradores declaró que el presidente palestino se sentía "feliz" por el fuerte apoyo que los líderes árabes habían ofrecido a su lucha contra la ocupación israelí, también reconoció que le había defraudado la falta de compromisos para aislar al Estado judío. Un sentimiento parecido se adueñó de muchos árabes, y los islamistas se apresuraron a criticar el servilismo de sus dirigentes hacia Estados Unidos.

"Consideramos a Israel responsable por cualquier paso que se dé respecto a las relaciones con Israel por parte de los países árabes, incluida su suspensión", reza el comunicado final. La enrevesada redacción era fruto de las discrepancias en torno al eje central de la reunión: hasta qué punto romper los lazos con ese país, una medida reclamada por la calle árabe, los islamistas y varios de los países asistentes.

Fuentes palestinas comentaban con indignación las presiones recibidas durante la cumbre. Según dichas fuentes, el presidente norteamericano, Bill Clinton, habría pedido a ambos que apuesten por la reanudación de las negociaciones y que evitaran adoptar medidas de condena contra Israel. Hasta última hora se discutió una decisión conjunta para suspender las relaciones con Israel, aunque sin llegar a renunciar a los tratados de paz existentes (Egipto y Jordania). Al final, los líderes árabes sólo expresan la posibilidad de considerar esa eventualidad.

- Relaciones con Israel. Aunque en un momento del comunicado se menciona que "los jefes de Estado se comprometen a interrumpir a partir de ahora sus relaciones con ese país", más adelante se especifica que se trata de "no reanudar ninguna actividad oficial en el marco de las negociaciones multilaterales y de poner fin a cualquier cooperación económica regional con participación israelí".

Túnez anunció la inmediata ruptura al concluir la cumbre. En una conferencia de prensa posterior, el ministro egipcio de Exteriores, Amer Musa, dijo que su Gobierno tendría que estudiarlo. Sin embargo, las declaraciones del presidente Mubarak dejaban fuera esa posibilidad.

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- Ayuda a los palestinos. "En respuesta a una propuesta saudí, se establece el Fondo Al Aqsa con una dotación de 800 millones de dólares para financiar proyectos destinados a preservar la identidad árabe e islámica de Jerusalén, evitar su desaparición y permitir a los palestinos de esa ciudad liberarse de la dependencia de la economía israelí". Un segundo fondo, llamado de la Intifada de Jerusalén y dotado con 200 millones de dólares (40.000 millones de pesetas), ayudará "a las familias de los mártires y a la educación de sus hijos". Arabia Saudí se ha comprometido a donar una cuarta parte de dichos fondos.

Los participantes han decidido también abrir los mercados árabes a los productos palestinos y eximirles de impuestos y tasas de aduana. Sin embargo, las monarquías del golfo Pérsico rechazaron, al parecer, una petición para dar trabajo a 130.000 palestinos. En su opinión, la emigración desde Gaza y Cisjordania le haría el juego a Israel.

- Llamamiento a la intervención de la ONU. "Los líderes van a pedir al Consejo de Seguridad la creación de un tribunal penal internacional especial para juzgar a los criminales de guerra israelíes que han perpetrado matanzas contra los palestinos, según el modelo establecido por los dos tribunales formados para juzgar a los criminales de guerra de Ruanda y la ex Yugoslavia". Además rechazan el comité investigador que, bajo la dirección de EE UU, se puso en marcha en la cumbre de Sharm el Sheij.

- Cumbres anuales. Los dirigentes árabes adoptaron la decisión de mantener una reunión anual y se dieron cita el próximo marzo en Ammán para revisar las medidas adoptadas ayer.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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