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Los diseñadores recurren al perfume para consolidar sus empresas de moda

La venta de fragancias aumentó en España un 19% en relación al pasado año

Amelia Castilla

Coco Chanel fue una de las pioneras en asociar la moda con el perfume. Seis décadas después, diseño y fragancia forman un perfecto matrimonio de conveniencia. Las ventas de colonia de las 25 empresas más importantes del sector de la alta perfumería superaron el pasado año en España los 56.000 millones de pesetas, casi un 19% más que el año anterior. Jesús del Pozo, Roberto Verino y otros creadores reconocen que una parte importante de la facturación de sus empresas tiene que ver con la venta del perfume que lleva su marca personal.

Chanel Número 5, propiedad de la familia Whertein, sigue estando entre los líderes; pero Loewe, con ventas cercanas a los 4.000 millones de pesetas, Dior o Calvin Klein se llevan los primeros puestos del consumo español, según datos de Perfumes y Diseño (fabricante y distribuidor).¿Es más importante la colonia o la ropa? Perfumistas y modistas aseguran que se trata de la pescadilla que se muerde la cola. Roberto Verino, diseñador gallego, con dos fragancias en el mercado y una tercera, dedicada al hombre, en fase de preparación, reconoce que en gran medida es verdad que en una misma empresa el perfume financia parte de la moda. "Primero se dijo de la alta costura, luego de las grandes firmas del prêt-à-porter, y ahora incluso se insinúa sobre las mismísimas revistas de moda. En mi caso estoy convencido de que supone un gran paso adelante". El pasado año, las ventas de Eau de Verino y Verino superaron los 1.000 millones de pesetas. "En este momento estamos embarcados en un proyecto que nos va a permitir, a través de la red de distribuidores con que cuenta Perfumes y Diseño, estar en 120 países con más de 4.000 personas implicadas, previendo unas cifras en los próximos años a PVP (precio de venta al público) de más de 10.000 millones de pesetas, lo que significaría en el mismo periodo un 30% de nuestra facturación".

Columna vertebral

También Jesús del Pozo reconoce que los ingresos que generan sus perfumes (tres fragancias femeninas y dos masculinas, que el pasado año alcanzaron ventas en España y el extranjero cercanas a los 1.400 millones de pesetas) son una buena ayuda para la firma. "Siempre digo que las fragancias son la columna vertebral de todo lo demás", asegura el creador madrileño. En 1992 comenzó su relación con la industria del perfume. Fruto de aquella unión nació Duende. "No fue una decisión personal. Una empresa con capacidad de fabricación, distribución y comercialización se puso en contacto conmigo y firmé un contrato que no pondrá en peligro la firma".Del Pozo, lo mismo que Verino, tiene en mente los problemas surgidos entre Puig y Victorio y Lucchino y la lucha entablada en los tribunales por la firma de los diseñadores sevillanos. "Su acuerdo era la envidia sana de la profesión; su ruptura, además de perjudicarles a ellos, nos afecta un poco también a todos los demás. Me encantaría que llegasen a un acuerdo", pide Verino.

Los dos creadores coinciden en la atención personal que ponen en todos los complementos de la firma. Para Del Pozo, sus fragancias -"ni densas ni dulces y con notas marinas y acuáticas"- representan perfectamente a la mujer que lleva su ropa. En estos momentos, según el diseñador, ya tiene "una línea perfumista", un estilo que define su aroma. Para encontrarlo tuvo que implicarse mucho en la alquimia del perfume, lo que supuso viajar a París y a Greasse para controlar hasta la última gota que salía de los tubos de ensayo. Tampoco es nueva la relación de Puig, el grupo perfumista líder en España, con la moda. "Nosotros también ayudamos al diseño", aclara María Dolores González. "La marca es el complemento que hace que todo ruede; fabricamos perfumes, pero también tenemos diseñadores que hacen ropa, gafas y ropa de baño". Hace 30 años que Puig inició con Paco Rabanne una relación que todavía permanece. Puig fabricó primero los perfumes y después compró la marca de Rabanne.

Puig, que fabrica cerca de 200 millones de unidades al año, siguió el mismo camino con la empresa de la diseñadora Carolina Herrera, la firma Nina Ricchi y los sevillanos Victorio y Lucchino, de cuyo contencioso prefieren no hablar hasta que opinen los tribunales. No aceptan que se les compare con Louis Vuiton, la firma francesa propietaria de Dior, Givenchy y Guerlain, entre otras empresas. "Estamos muy lejos de llegar a eso".

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