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GUERRA EN YUGOSLAVIA El camino hacia la paz

Siete discrepancias iniciales

Xavier Vidal-Folch

Siete puntos separaban inicialmente ayer a Rusia de los otros miembros del G-8. Así lo revela el borrador de la resolución del Consejo de Seguridad discutido en Bonn, de cuatro folios y catorce puntos, al que accedió EL PAÍS en fuentes diplomáticas del G-8. El texto sigue las resoluciones anteriores de la ONU y el documento del Acuerdo de Paz pactado por Martti Ahtisaari y Víktor Chernomirdin y aceptado por Milosevic.Los puntos de discrepancia total o parcial, que figuraban a media tarde de ayer entre corchetes son los siguientes.

1. Un considerando que recuerda "el mandato del Tribunal Internacional contra los Crímenes en la exYugoslavia" y el consiguiente artículo 14, que llama a todos a "cooperar" con él y "facilitar una rápida y completa investigación" de "todas las atrocidades cometidas contra civiles".

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2. La consideración de que "la situación dentro y alrededor de Kosovo sigue constituyendo una amenaza a la paz internacional y a la seguridad en la región".

3. La llamada a Belgrado a "poner inmediato y verificable fin a la violencia y la represión", y a iniciar las "retiradas", en plural, de sus fuerzas militares y policiales.

4. El paraguas político de la ONU para la fuerza militar internacional que protegerá el retorno de los deportados: Rusia proponía que esté "bajo la autoridad" de la ONU; la presidencia alemana, que se despliegue "bajo los auspicios" de la ONU.

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5. Su capacidad de "actuar bajo el capítulo 7 de la Carta de la ONU", que autoriza el uso de la fuerza.

6. La invitación a Kofi Annan de que designe, "consultando con el Consejo de Seguridad", a un "representante especial" encargado tanto de la operación civil como de la de seguridad.

7. La composición de la fuerza internacional "incluyendo una participación sustancial de la OTAN".

Todos estos puntos fueron aceptados por Chernomirdin, pero el ministro de Exteriores, Igor Ivanov, quería enmendarlos en todo o en parte. Al final, entrada la noche, la lista de siete discrepancias quedó reducida a tres.

Entre los puntos que no ofrecían debate se incluían algunos muy importantes, como el recordatorio de que Belgrado ha incumplido distintas resoluciones de la ONU; la condena a todos los actos de violencia "contra la población de Kosovo; o el apoyo a la declaración del secretario general de la ONU, de 9 de abril, en que Kofi Annan asumía las exigencias de la OTAN para suspender los bombardeos. El proyecto de resolución da carta de naturaleza -sin discusión- a "los principios" del acuerdo de paz elaborado por Chernomirdin y Ahtisaari; reafirma la "soberanía e integridad territorial de Kosovo" a la par que una "autonomía sustancial y un significativo autogobierno para Kosovo"; autoriza a los Estados miembros de la ONU y a sus organizaciones -léase, la OTAN- a "establecer" la fuerza militar internacional de seguridad que acompañe el retorno de los refugiados, y detalla sus funciones.

Entre ellas se especifican el aseguramiento de la paralización de las hostilidades y "la retirada de las fuerzas militares, policiales y paramilitares serbias"; la "desmilitarización" de la guerrilla del ELK; la creación de un "entorno seguro" para el regreso de refugiados y desplazados; el despliegue de "garantías para el orden público"; la supervisión del desminado; y el "control de las fronteras". El documento también detalla las diez misiones fundamentales que deberá asegurar la compenente civil de la operación, para encauzar Kosovo hacia la autonomía y la democracia, a partir de instituciones provisionales.

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