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Benito Zambrano recupera en su película "Solas" la dignidad de la mujer rural

El director andaluz estrena en España su "ópera prima" tras el éxito en la Berlinale

Elsa Fernández-Santos

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Benito Zambrano ha dedicado su película Solas a "su madre y todas las madres". La historia de una mujer de campo ("empleada del hogar porque no sé hacer otra cosa", dice el personaje) que durante unos días vive en el piso de su hija, una mujer joven alcohólica, en paro, soltera y embarazada, ha logrado convertir a este director andaluz de 33 años en la sorpresa española del pasado Festival de Berlín, donde logró el Premio del Público y dos menciones especiales. "Mi padre no pegaba a mi madre, pero conozco la cultura masculina de los pueblos y conozco la dignidad de las mujeres de campo, que saben adónde van, de dónde son y de dónde vienen, y que, a pesar de eso, nunca sufren por ellas".

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"Mi verdadero productor es mi madre, porque ella me ha puesto cama y comida durante estos años sin preguntarme en qué líos me estaba metiendo", explica Benito Zambrano. "¿Mi padre? Mi padre se ha enterado poco de lo que hacíamos sus hijos. Lo normal, vamos".Zambrano verá mañana cómo reciben los habitantes de su pueblo, Lebrija, su primera película, en un pase especial que han organizado para ellos antes del estreno en el resto de España, el próximo 5 de marzo. "No sé qué pensarán mis padres de la película, aunque ya la han visto en vídeo y no me han dicho nada", explica.

Pegado a un móvil que no para de sonar y que finalmente desconecta ("así todo el día", dice), con una mochila de montañero y con un billete de tren en el bolsillo, Zambrano afirma: "Todo el que conozca un pueblo conoce a mis personajes. Tienen mucho que ver con mi madre y mis hermanas y sus amigas, esas amigas que querían ir a la Universidad, pero nunca fueron, y que no supieron vivir con lo que tenían. Tanto mis hermanas como mi madre han sido empleadas del hogar, por eso conozco bien a esas mujeres. Mi madre es semianalfabeta; vamos, que apenas escribe y apenas lee, y para ella su hijo ahora sólo es un personajillo que sale en la prensa. Estoy seguro de que hubiera preferido que me quedara con mi pequeño contrato en Canal Sur, pero cuando me fui a buscarme la vida no me dijo nada, estaba contenta por mí".

Los políticos

Para el director y guionista de Solas, no ha sido tan sorprendente el éxito de su película. "Tenía fe en ella, porque es una historia sin prejuicios y coherente". Para él, lo peor de todo lo que le está ocurriendo tras el éxito en el Festival de Berlín "es la reacción de los políticos". "No daban un duro por esta película, no nos hacían ni caso, hemos estado solos, porque la industria cinematográfica en Andalucía está subdesarrollada, y ahora no paran de llamar, ahora se enteran de que aquí también podemos hacer una película digna. Quizá es lo normal, pero no deja de sorprenderme".Zambrano escribió su historia -"un drama para llorar, porque me gusta llorar en el cine"- hace casi siete años; desde entonces, la ha movido por las productoras de Madrid ("siempre preferían una comedia juvenil y fresca") y la ha presentado dos veces a las subvenciones para primeros realizadores del Ministerio de Cultura. "En 1997, la rechazaron y, finalmente, el año pasado, una comisión distinta la eligió. Si no hubiera sido así, sé que definitivamente lo hubiera dejado".

Un productor andaluz, Antonio Pérez, se embarcó en el proyecto, que ha costado 120 millones de pesetas, y le sugirió al cineasta que escogiera a la actriz María Galiana para interpretar a la madre. Galiana, una actriz que trabaja como catedrática de Historia del Arte en un instituto de Sevilla, interpreta, junto a Ana Fernández ("ella era la chica del tiempo cuando yo estaba de cámara en Canal Sur"), el dúo madre-hija de la película. "En mi película hay un personaje que es de piedra, la madre, que jamás cambiará, porque eso sería ir en contra de lo que le han enseñado y también de sí misma, y otro que cambia, la hija, que no quiere lo que tiene, pero que tampoco sabe salir de donde está". Sobre el alcoholismo de este personaje, al que todo el mundo le dice que beba menos mientras le sirven una copa, Zambrano afirma: "Vengo de una tierra vinícola donde un litro de vino cuesta menos que un litro de leche. El alcohol es un elemento unificador y social".

Zambrano no ha podido evitar romper el drama de su película con unas dosis de humor que también asoman por su cara: "Bueno, es nuestra forma de ser andaluces. Es contar un chiste en un velatorio y recordar las enfermedades en las fiestas".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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