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El FBI destapa en EE UU una red de venta de órganos extraídos a presos ejecutados en China

El FBI y la policía de EE UU investigan una red dedicada a la venta de órganos humanos procedentes de presos chinos ejecutados en su país. Dos personas han sido detenidas en Nueva York después de una reunión con un agente que se hizo pasar por un directivo de un hospital. En ese encuentro le ofrecieron todo un "catálogo de productos": desde viajes baratos a China con trasplante incluido hasta pulmones, riñones, piel o córneas importadas a razón de 750.000 pesetas el par.

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Uno de los detenidos el pasado viernes, Cheng Yong-wang, se presentaba a sí mismo como "fiscal en activo" en la isla china de Hainan; el segundo detenido, Xingqi Fu, es también un ciudadano chino que reside en el barrio neoyorquino de Queens, según informó el lunes la policía. Un agente del FBI escondido bajo la identidad de un directivo de un conocido hospital logró mantener una reunión que precipitó su detención.En el encuentro, los detenidos se ofrecieron a vender riñones procedentes de prisioneros que habían sido ejecutados en China, proponían viajes perfectamente planificados que incluían operaciones de transplante en su país y ponían a disposición del supuesto directivo médico los productos disponibles para su importación ilegal en EE UU: páncreas, riñones, hígados, piel o córneas.

Según The New York Times, la policía investigaba desde hace tiempo la existencia de esta red, pero sólo montó el dispositivo de captura cuando los implicados contactaron con un médico que llamó de inmediato al FBI. Ese médico, Harry Wu, dueño de una clínica de diálisis en Nueva York, es un famoso activista de los derechos humanos en su país de origen, China; los dos detenidos ignoraban su postura política. Wu imaginó enseguida lo que podría surgir en el encuentro con los dos detenidos y pidió a un amigo que grabase en vídeo la reunión.

En el encuentro, Wang puso en la mesa desde el principio documentos que demostraban -según él- el cargo que había ocupado en los últimos años: fiscal jefe de la provincia china de Hainan. Contó después que se encontraba en excedencia pero que tenía intención de retomar pronto ese cargo. La propuesta comercial llegó pronto: Wang y su compañero en el negocio ofrecían la posibilidad de facilitar al dueño de la clínica tantos órganos humanos como necesitara. A cambio pedían un precio por cada órgano (barato con respecto a su precio en el mercado negro) y también un 25% de comisión en cada operación.

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