López Gobos: "No volveré a una orquesta española"
La casualidad ha llevado al director Jesús López Cobos a ponerse de nuevo al frente de una orquesta española, nueve años después de su salida de la Orquesta Nacional de España (ONE). Una gira más corta de lo previsto con la Orquesta de Cámara de Lausana dejó un hueco en su agenda para viajar al País Vasco a dirigir tres conciertos de la Orquesta Sinfónica de Euskadi y el Orfeón Donostiarra. A pesar del tiempo transcurrido desde su dimisión como director de la ONE, en 1988, López Cobos rechaza la posibilidad de volver a aceptar un cargo de responsabilidad en España. "No tengo ganas de repetir una experiencia tan negativa", asegura. "Por el momento, tengo trabajo suficiente en el extranjero. Si lo puedo evitar, no volveré a ser director titular de una orquesta española".El programa de los conciertos con la Sinfónica de Euskadi ilusionó a López Cobos, actualmente titular de las orquestas de Cincinatti y de la de Cámara de Lausana. Dirigir un programa dedicado a Schubert -la Sinfonía número 2 y la Misa número 6-, con la participación del Orfeón Donostiarra, recordó a López Cobos los viejos lazos- de la época de la ONE. "Empecé como director de coro y siempre he estado muy interesado por el repertorio sinfónico-coral", señaló. El concierto ofrecido el lunes en Bilbao se repite hoy y mañana en San Sebastián.
En los países latinos, comenta, la tarea de crear una gran orquesta es muy difícil, por la intromisión de los poderes públicos. "Por desgracia, la política interfiere mucho en la vida de las orquestas. La vida de las formaciones musicales fluctúa mucho en función de los Gobiernos, y eso es siempre negativo". No es, en su opinión, una situación que padece en exclusiva la música española: "En Francia e Italia se ve lo mismo".
"Es natural y humano que los recién llegados quieran cambiar las cosas, pero como saben que sólo van a durar unos años, tampoco están interesados en ver las cosas a largo plazo", añade. "Buscan resultados inmediatos que les sirvan para presentarse a las próximas elecciones. Es el mal endémico de todas las instituciones culturales".
Cobos afirma taxativamente que "la burocracia es el enemigo, número uno de la vida artística de un país". ¿Qué modelo de organización, entonces, responde mejor a las necesidades artísticas de una gran orquesta? "No depende del sistema, depende de la mentalidad con la que se trabaja. En nuestros países, la forma de pensar es excesivamente individualista y, por tanto, un trabajo de orquesta, que es el trabajo de equipo por excelencia, es siempre difícil".
