Francia acelera la profesionalización de su Ejército
El Ejército de Tierra francés empezará a disolver regimientos a partir del próximo año. La reforma de las Fuerzas Armadas hacia la profesionalzación completa, propugnada por el presidente Jacques Chirac, aún no está aprobada, pero ya da los primeros pasos. En un mensaje "urgente y de difusión restringida" enviado por el general Amedée Monchal, jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra, a los militares bajo su mando, se anuncia que "la profesionalización será drásticamente aumentada", que "el Ejército será reducido" y que los cambios comenzarán en 1997.
El vespertino Le Monde reveló ayer que la cúpula del Ejército de Tierra prepara a sus fuerzas para una reforma "histórica". El consejo de generales de Estado Mayor que ha planificado el paso a las Fuerzas Armadas profesionales, por encargo del ministro de Defensa, Charles Millon, presentará el próximo jueves sus orientaciones a Chirac. Esa reunión del Consejo de la Defensa (presidente, ministro y máximos jefes militares) constituirá el arranque formal de una rápida transformación del Ejército.El borrador de la reforma prevé reducir casi a la mitad el número de efectivos (de 440.000 a 230.000 soldados) y el de regimientos. Aunque el ministro Millon desmintió a principios de semana las informaciones de Le Monde sobre la reconversión de la institución militar, diciendo que aún no se había tomado ninguna decisión, el proyecto está ya muy asumido. El presidente de la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional, Jacques Boyon, declaró el pasado jueves que sabía "muy bien que se va a evolucionar hacia un Ejército de Tierra que perderá la mitad de sus efectivos".
En su mensaje, el general Monchal pide a sus subordinados una "actitud realista, constructiva y optimista" ante una reforma que romperá muchos planes de carrera. Aunque la cúpula militar promete que ningún profesional será despedido, nadie ignora que la reducción de fuerzas y regimientos producirá un exceso de mandos y que, por tanto, los ascensos serán mucho más lentos y difíciles. El general comprende, según el texto recogido por Le Monde, el "escepticismo" y la inquietud con que se acoge la reforma en los cuarteles, pero señala que el cambio es imprescindible ante "el alejamiento del riesgo de guerra entre Estados de la Europa occidental y la emergencia de amenazas de otra naturaleza".
El servicio militar obligatorio será sustituido, si los planes de Chirac y Millon van adelante, por un "servicio civil" igualmente obligatorio y de características aún no concretadas. El general Monchal adelanta a sus hombres que, al menos en una primera fase, los reclutas serán destinados a tareas de "seguridad general dependientes de la gendarmería, la policía, la seguridad civil y los bomberos". El proyecto de Millon prevé destinar una gran parte de los mozos (y quizá también mozas) al mantenimiento de la seguridad en los suburbios y en las escuelas más conflictivas, y al mismo tiempo crear unidades de cooperación humanitaria que puedan actuar tanto en Francia como en el extranjero.
