La Frick Collection cataloga el arte español
El diccionario recoge 60.000 nombres de creadores plásticos desde el siglo IV
En las salas poco informatizadas y con aroma a madera antigua de la biblioteca de la prestigiosa Frick Collection, en Nueva York, se viene gestando desde hace cuatro años el más completo y concienzudo diccionario de artistas españoles. Concebido como una herramienta de referencia e investigación más que como una enciclopedia, el llamado Diccionario crítico recopila 60.000 nombres de pintores, escultores, grabadores, arquitectos y otros artistas plásticos españoles desde el siglo IV hasta la actualidad. Pero sólo 9.000 corresponden a personas reales.
Según Fernando Molina, el investigador chileno que inició el proyecto, ninguna otra escuela artística cuenta con una obra de referencia, con este enfoque. La necesidad de establecer un "nombre de autoridad" y una lista de "nombres alternos", cada uno con una referencia bibliográfica apuntando a la fuente donde se usan esos nombres, era, según Molina, una necesidad improrrogable, sobre todo para el estudio del arte español en el extranjero. El diccionario cuyo segundo volumen, de un total de tres, se ha terminado este mes, será utilizado también como referencia en colecciones de España como la Thyssen o el Reina Sofía. El jefe de la biblioteca de este centro, Miguel Valle, cree que las entradas del catálogo son "definitivas".Jonathan Brown, especialista en el barroco español de la Universidad de Nueva York dice que se trata de "una de las más importantes contribuciones al avance del conocimiento del arte español jamás publicadas". Además de Brown, asesoran el catálogo el historiador Enrique Valdivieso y el ex director del Museo del Prado Alfonso Pérez, Sánchez.
El proyecto se inició cuando, en los años ochenta, Molina llegó a la Frick Collection como investigador. Este museo era originalmente la mansión privada de un magnate industrial del siglo pasado que reunió una de las más importantes colecciones privadas de arte del mundo. En su anexo funcionan una vieja pero impecable biblioteca y un archivo fotográfico de arte que se consideran fuente indispensable para historiadores de arte en Estados Unidos. De los tres millones de fotos de cuadros que posee el archivo, unas 150.000 corresponden a arte español.
Molina advirtió a su llegada que en este apartado se habían cometido errores farragosos como el de tomar la dedicatoria escrita sobre la foto de un cuadro como el nombre del autor de ese lienzo. Así, la Frick creía que había un pintor español llamado ''A mi amigo".
No todas las equivocaciones eran de ese calibre. Muchas se derivaban de que el sistema de asignación de apellidos es distinto en Estados Unidos que en Espana: cuando un artista español aparecía con apellido paterno y materno, los americanos tomaban el paterno como segundo nombre y el materno como primer apellido. "Otros errores de clasificación eran cuestión de detalle", explica Molina, "pero podían dar al traste con cualquier intento serio de investigación".
Al igual que con los nombres alternos, el catálogo trata de abarcar todas las diferentes fechas de nacimiento y muerte asignadas a cada artista. El caso de El Greco, sobre quien se ofrece referencias de 48 nombres conocidos, es el más notorio.
El grueso de la financiación ha corrido a cargo de la Andrew W. Mellon Foundation y la Fundación Thyssen. El proyecto ha costado cerca de millón y medio de dólares.
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