Con Lauro Olmo muere uno de los creadores del teatro crítico durante el franquismo
El dramaturgo gallego nunca logró estrenar una obra en un teatro nacional
El escritor Lauro Olmo Gallego, de 72 años, falleció ayer en su domicilio madrileño a causa de un cáncer de hígado, acompañado de su mujer, la escritora Pilar Enciso, y sus dos hijos. El autor, conocido internacionalmente por sus textos dramáticos, aunque también publicó cuentos y poemas, mantuvo una constante actividad literaria hasta hace días, a pesar de que su enfermedad le tenía retirado desde que hace mes y medio le fuera diagnosticado el carcinoma que ha acabado con su vida. Lauro Olmo, uno de los creadores del teatro crítico y combativo durante el franquismo más ignorados por las administraciones públicas durante la democracia, será enterrado a mediodía de hoy en el cementerio madrileño de la Almudena.
Nacido en Barco de Valdeorra, (Orense), Olmo siempre reivindicó y presumió de sus orígenes gallegos, a pesar de haber sido desde los ocho años un emigrante. Su último trabajo literario, escrito hace diez días, fue un encargo que recibió desde Galicia para que escribiera un texto sobre los sellos dedicados a la figura de su paisano Ramón María del Valle Inclán. Olmo era presidente de la Asociación de Autores de Teatro de España.Galardonado en numerosas ocasiones (Premio Nacional de Teatro 1962, Premio Larra y todos los premios que concede la Real Academia Española), sobre todo por su obra La camisa, la más conocida de su producción dramática, hace escasos meses consiguió el Fastenrath de la Real Academia Española, motivo por el cual recibió numerosas felicitaciones, pero sólo una proveniente de algún político en ejercicio. Era un telegrama de Manuel Fraga, quien le elogiaba efusivamente, a pesar de que fue el actual Presidente de la Xunta de Galicia quien durante el franquismo fue el causante de que La camisa no pudiera ser estrenada durante años.
Su última aparición pública fue el pasado 27 de marzo, Día Mundial del Teatro, en el tradicional acto de imposición de la bufanda a Valle Inclán, donde dio lectura al mensaje que su colega Vaclav Havel, presidente de la República Checa, había escrito para esta fecha. Los autores Chatono Contreras y Manolo Gómez, comunicaron ayer que se le había concedido a Lauro Olmo, a título póstumo, uno de los premios que anualmente se otorga este día, el Alfiler de la Bufanda de Valle-Inclán. El autor, que ejerció numerosos y dispares oficios antes de empezar a escribir en 1950, elaboró una literatura que siempre estuvo enclavada dentro del movimiento del realismo social español. Su crítica fue dura y constante durante el franquismo, actitud resistente que no abandonó durante el periodo de la democracia, etapa en la que nunca estrenó ninguna obra suya en un teatro nacional.
Su producción literaria, ligada a la narrativa y los relatos cortos en sus inicios, siempre destacó por obras coito El cuarto poder, La pechuga de la sardina, y otros textos dirigidos al teatro infantil y juvenil como Asamblea general.
Tanto él como su mujer, Pilar Enciso, escribieron juntos muchas piezas teatrales y crearon el Teatro Popular Itinerante, en el que se representaron numerosos espectáculos para niños y jóvenes. Durante un homenaje que el dramaturgo recibió en los Cursos de El Escorial de Complutense, al comentarse el abandono que sufría por las administraciones públicas, Olmo dijo que se consideraba el autor más apoyado y subvencionado de la historia del teatro español: "Mi subvención se llama Pilar Enciso, es la mejor que me ha podido tocar en la vida, sin ella nunca hubiera escrito, ni estrenado ..., ni nada".
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