Palomo Linares vuelve a los ruedos a sus 46 anos de edad
Sebastián Palomo Linares, de 46 años, ha decidido volver a los ruedos, ocho temporadas después de su retirada. Reaparecerá el próximo día 19 en su ciudad natal" Linares (Jaén), donde lidiará seis toros de distintas ganaderías. El veterano matador llevaba apartado del toreo desde la feria del Corpus, de Granada, de 1985.Palomo no considera que su regreso a la actividad profesional sea una locura: "Sé que mucha gente lo pensará y hasta lo entiendo, pero me he preparado al cien por cien y no soy ningún niño para permitirme caprichos si no estuviera seguro de lo que hago". Palomo añade que más que retirarse lo que hizo fue dejar de torear porque estaba sin ilusión, "todo lo contrario que ahora, que me encuentro con las ganas de un chaval".
Otra de las razones para su vuelta es la de que si no la efectúa ahora ya no podrá nunca: "Lo he ido meditando poco a poco y cada vez que participaba en alguno de los múltiples festivales en que me anuncié o hacía tentaderos o mataba toros a puerta cerrada, me apetecía más. La decisión tenía que tomarla ya, porque no iba a reaparecer con 10 años más, ¿no?".
Piensa que ya no tiene que demostrar nada porque "con casi tres décadas de alternativa y, una carrera que empecé jovencísimo en aquella famosa Oportunidad de la plaza de Vista Alegre, ya me dio tiempo a todo, lo bueno y lo malo". Simplemente voy a volver para disfrutar, sin ninguna pretensión más".
Torería antigua
Aunque en principio niega que su regreso esté influenciado en alguna medida por el porte de torería antigua que tienen los pocos coletudos de su edad que aún continúan en los ruedos, después admite: "¡Horribre!, antiguos sí que somos. Bueno, en serio, sí que es verdad que la solera de los años, de las vivencias dentro y fuera de los ruedos, el torear sólo para tí aporta aromas antiguos que los jóvenes aficionados no conocen porque no los ven ahora en el ruedo. Por ejemplo ahí está la magnífica actuación en San Isidro de Dámaso González".
El de Linares, que no va a abandonar sus dedicaciones como ganadero y como pintor, no se ha planteado una campana de muchos festejos, "porque uno ya no está para esos trotes ni para pelear por subir mucho en el escalafón" y estima que con 15 ó 20 paseíllos "en las plazas donde me llamen o pueda interesar, que no sé cuáles pueden ser" serán suficientes en 1993.
No descarta que una de estas actuaciones sea en la feria de Otoño, de Madrid, que organizarán los empresarios de Las Ventas, los hermanos Lozano, que le apoderaron durante toda su carrera: "Si hago méritos para ello', vendré. Porque aunque ellos y yo somos amigos desde siempre sólo me pondrán si me ven en condiciones. De modo que es un aliciente más para arrear fuerte". El torero concluye la conversación con sentido del humor: "a que ha salido mictividad pictórica, deseo también pintar algo aún en la fiesta".
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