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El triunfo aplastante del 'sí' en los referendos refuerza las presiones por el cambio en Italia

Más de 30 millones de italianos, sobre 48 millones con derecho a voto, se han pronunciado entre ayer y el pasado domingo por la abolición del sistema electoral proporcional para la elección del Senado y, en general, por la reforma radical de un sistema político que había permitido el crecimiento abusivo del poder de los partidos. Estos resultados, resumidos en una participación situada en torno al 77%, con más de un 82% de síes a la pregunta central relativa al Senado, refuerza las grandes presiones ya existentes en favor de un cambio.

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Los mismos partidos puestos en entredicho por la votación deberán, sin embargo, conducir ahora ese, proceso de reforma en un clima difícil, acentuado por la disparidad entre sus puntos de vista sobre el sistema futuro y la falta de indicaciones precisas que los ciudadanos no han podido dar, dado que los referendos en Italia tienen una función puramente derogatoria de las leyes ya existentes.Esas diferencias pesan, igualmente, sobre la primera tarea pendiente, que es buscar la improbable alternativa de un Gobierno institucional a un Gabinete que se reconoce agotado y cuya supervivencia resulta más insostenible tras este voto de rechazo y contenido impreciso susceptible de ser forzado en muchas direcciones. El contundente triunfo del sí puede tener, pues, el resultado paradójico de propiciar unas elecciones anticipadas inmediatas -con el viejo sistema proporcional para la Cámara y el nuevo mayoritario para el Senado- que estaría en contradicción con el mensaje básico del referéndum y tendría consecuencias incalculables, deseadas, sobre todo, por el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi.

Sin vencedores

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Ante estas perspectivas no es de extrañar que, aunque haya superado todas las previsiones, tanto en lo relativo a la participación como a los porcentajes de síes obtenidos por las ocho preguntas que integraban una consulta compleja e incluso farragosa en sus planteamientos, el triunfo de los referendos no puede ser adjudicado a ninguna persona o entidad que no sea la genérica del pueblo italiano. Así lo confirmó ayer una figura de prestigio intelectual y moral como es el senador vitalicio Norberto Bobbio, quien declaró tras conocer los resultados: "Ha vencido el sí, pero no hay vencedores".

La dificultad de señalar un vencedor deriva, evidentemente, de las diferencias de criterios sobre el futuro de la reforma entre los partidos que, muy divididos internamente, han apoyado el sí. Entre éstos figuran, por otra parte, los más comprometidos con el sistema que ha provocado la crisis.

Mario Segni, el disidente de la Democracia Cristiana (DC) que se distinguió en la promoción de esta consulta, se ha quedado sin una estructura política que le permita capitalizar el éxito desde que, el mes pasado, abandonó su partido.

Segni, que hace sólo días preveía como gran triunfo una mayoría de sólo el 60% de votos afirmativos, reconoció ayer que el único vencedor es el pueblo italiano. Lo hizo al término de un encuentro con el líder del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), el ex comunista Achille Occhetto, quien le había prestado un apoyo importante en la recogida de las firmas necesarias para legalizar el referéndum.

Sin embargo, a la hora en que llegaba esa imagen de unidad entre dos personas que políticamente juegan en campos antitéticos, Occhetto se hallaba ya implicado en una polémica de tonos agrios con otros de los mentores del sí en el referéndum, como el radical Marco Pannella y el secretario socialista, Giorgio Benvenuto.

Pannella, partidario de que el Parlamento apruebe el sistema mayoritario simple para la elección de la Cámara de Diputados, como el referéndum hizo ayer en el Senado, había acusado ya el domingo a Occhetto, que es partidario del sistema mayoritario a doble vuelta, de querer apropiarse del éxito de la consulta. Ayer, el líder del PDS llamó "caradura" a Benvenuto que había afirmado que Occhetto no puede atribuirse el éxito de los referendos, dado que no supo evitar el apoyo del no por la izquierda de su partido.

A falta de vencedores, sí cabe señalar, en cambio, un buen número de perdedores entre los promotores del no, que han sido, desautorizados por los votantes. Entre éstos figuran quienes, como el ex comunista Pietro Ingrao, el ex líder socialista Bettino Craxi o el ex ministro democristiano Giovanni Prandini, habían anunciado que votarían en contra de la mayoría de sus respectivos partidos.

Los primeros sondeos realizados ayer indican, sobre todo, que un 61,50% de los que votaron por el movimiento antimafia La Rete en las pasadas elecciones han votado ahora sí a los referendos, desoyendo las indicaciones de ese grupo. Lo mismo ha hecho el 57,7% de los votantes de Refundación Comunista, el grupo que junto a La Rete y al neofascista Movimiento Social Italiano se distinguió por su campaña a favor del no.

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