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El voto de los metecos

I. V. Daniel Cohn-Bendit, Dani el rojo, el líder izquierdista de la revuelta de Mayo del 68, ha anunciado su deseo de utilizar el tratado de Maastricht para presentar su candidatura en las primeras elecciones municipales francesas en que sea posible la participación de los ciudadanos de otros países de la CE, los denominados metecos (extranjeros). De nacionalidad alemana, Cohn-Bendit es hoy adjunto a la alcaldía de Frankfurt y uno de los líderes de Los Verdes germanos. Pero, como en su etapa de estudiante en París, sus relaciones con Francia son muy estrechas. En las pasadas elecciones regionales, apoyó las candidaturas de Generación Ecología, del ex ministro Brice Lalonde.

El deseo de Cohn-Bendit choca con las condiciones pactadas por el Gobierno socialista francés con algunos sectores de la oposición conservadora para conseguir una amplia mayoría a la reforma constitucional exigida por Maastricht. Según esas condiciones, los ciudadanos comunitarios tendrán que probar una residencia de seis años en Francia para votar en las municipales, y de 12 años para ser candidatos. Y en ningún caso podrán ser elegidos alcaldes o tenientes de alcalde.

Más información
La aprobación de cambios en, la Constitución francesa origina una amplia division en el centro-derecha

El que alemanes o españoles puedan votar y ser elegidos es uno de los aspectos de Maastricht más duros de tragar para la derecha. Y no tanto porque la derecha tenga algo en contra de los vecinos europeos, sino porque la brecha así abierta entre ciudadanía y nacionalidad resucita un doloroso debate nacional: el del voto de los millones de inmigrantes árabes y africanos.

Por esa brecha se han colado ya los profesores Etienne Balibar, Sami Nair y Michael Lowy, para pedir a Mitterrand el derecho de voto en los comicios locales a todos los extranjeros residentes en Francia de modo permanente, sin distinción de nacionalidad. Esos profesores están contra la 'fortaleza blanca" y defienden que el país de la revolución de 1789 debe seguir siendo "un polo de justicia" y «una vanguardia de la democratización".

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