_
_
_
_
_
CITA EN MOSCÚ

El Ejército se apunta a la 'perestroika'

Pilar Bonet

¿Puede Mijail Gorbachov contar con el apoyo de los militares soviéticos para seguir adelante con su política de reformas? Esta pregunta, formulada hasta ahora en círculos restringidos, acaba de cobrar una nueva dimensión después de que el jefe del directorio político del Ejército, el general Alexei D. Lizichev, abordara en público, y con cierta irritación, el terna de la fidelidad de la institución militar a la perestroika.

"En las llamadas mesas redondas de algunas redacciones hay quienes aspiran a averiguar de parte de quién, al parecer, estará el Ejército si la perestroika adquiere mayor ritmo y envergadura", reclamaba Lizichev desde la tribuna de oradores del Soviet Supremo de la URSS. El discurso que el alto funcionario militar pronunció en calidad de diputado fue publicado en el diario gubernamental Izvestia el 28 de mayo junto con otras intervenciones allí efectuadas. Alexei Lizichev fue el encargado de desvelar la semana pasada que la URSS ha perdido entre 12.000 y 15.000 hombres en Afganistán."En la campaña de todo el pueblo por la perestroika, el Ejército, como siempre, irá con sus filas cerradas, y las consolidará con más densidad aún alrededor del Comité Central del PCUS y de su Politburó", manifestó Lizichev, sin referirse a Gorbachov. Lizichev lanzó una advertencia contra algunas nuevas tendencias pacifistas que se: están manifestando actualmente en la URSS. "En los últimos tiempos, cada vez más a menudo se alzan voces que creen necesario nuestro desarme unilateral y que plantean la cuestión de si necesitamos el Ejército". Lizichev consideró a quienes plantean el desarme unilateral como "ingenuos" o, por el contrario, "muy astutos" y "con miras lejanas".

Un pacifismo de nuevo cuño, que prescinde del boato oficial, se manifiesta en ciertos medios intelectuales soviéticos y tiene su expresión más notable en la revista Siglo XX y la Paz. La. revista, de carácter teórico y piablicación mensual, depende del Comité Soviético de Defensa de la Paz, pero algunos de los artículos publicados en ella le han valido conflictos con la institución que preside el ex periodista Andrei Borovik, según fuentes soviéticas informadas.

Analistas europeos en Moscú opinan que Reagan no es del todo consciente de las dificultades y resistencias con las que topa Gorbachov en su reforma política. Las declaraciones del ex jefe del partido en Moscú, Boris Eltsin, quien se ha manifestado públicamente a favor del cese del imiembro del Politburó y secretario del comité central, Egor Ligachov, han sorprendido en medios políticos moscovitas, que consideran el gesto como una iniciativa personal a por todas del temperamental político.

Anatoli Belalev, el director de El Siglo XX y la Paz, reconoce que algunos de los artículos publicados en la revista "han causado malestar al Ejército soviético" y han sido contestados por éste. Belaiev es partidario de que la sociedad civil pida cuentas a la institución militar y opina que el afianzarniento de las jerarquías en el ejército gracias a la Segunda Guerra Mundial ha provocado la aparición de una casta social. "¿Qué es el Ejército? ¿Cuánto dinero recibe? ¿En qué se lo gasta?", son cuestiones que Belaev plantea. Alrededor de su revista se aglutinan un grupo de autores que, como Andrei Nuikin o Ales Adamovich, defienden un pacifismo incómodo.

El 'botón nuclear'

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Tanto Nuikin como Adamovich han ido muy lejos en su cuestionamiento del papel de las fuerzas armadas soviéticas y, en opinión de observadores bien informados, Lichizev podría muy bien haber pensado en ellos cuando habló del "desarme unilateral". En un programa televisivo, Adamovich dijo haber preguntado a un alto oficial soviético si apretaría el botón nuclear en caso de que el "enemigo" ya hubiera lanzado un ataque mortal contra la URSS. El militar se negó a responder al escritor, contrario a la respuesta nuclear en nombre de los intereses de la humanidad. Siegún la lógica de Adamovich, si el régimen soviético es realmente superior debe preferir que queden seres humanos vivos en la tierra, independientemente de su sistema político, a una respuesta que destruya completamente la vida humana.

Este tema es mucho más que una especulación filosófica, ya que está vinculado con el pensamiento político de Mijail Gorbachov. En su libro Perestroika y nuevo pensamiento, Gorbachov superpone los intereses de la humanidad a los de clase social.

El Ejército ha perdido protagonismo público desde la llegada de Mijail Gorbachov al poder, pero, en opinión de medios soviéticos, no ha sido tocado a fondo aán por la perestroika.

Gorbachov habló con los jefes militares de las regiones soviéticas tras la agitación provocada por la "plataforma conservadora" lanzada con la firma de Nina Andreieva, según medios bien informados. En la institución militar la perestroika debe producir una reducción de tropas y del cuerpo de oficiales a la que parece mostrarse reticente la institución.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_