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La primavera literaria española en Francia, un acontecimiento insólito

Éxito de público y amplia difusión de la cultura española en París

Una amplia exposición del libro español en el Centro Pompidou, la visita de 12 escritores españoles invitados por el Gobierno francés y 10 mesas redondas en torno a la actualidad literaria e intelectual española en la capital francesa han constituido durante los meses de abril y mayo una presencia hispana en París de gran densidad y a la que ha respondido el público con un evidente interés. Más de medio centenar de escritores e intelectuales, tanto españoles como franceses, han intervenido en una veintena de actividades que se han celebrado -y están celebrándose en la actualidad- en París.

Los escenarios de esta intensa actividad han sido tanto el Centro Pompidou como la FNAC, la Biblioteca Española y el Colegio Español de la capital, así como en Montpellier y Aix-en-Provence, y de la que se ha hecho eco con amplitud los medios de comunicación galos desde la radio (France Culture) hasta la Prensa escrita, como Le Monde, Libération, Le Figaro, Le Nouvel Observateur, el CNAC Magazine y la revista La Quinzaine Littéraire, que ha dedicado un número especial a la literatura española de hoy.En realidad, todo este plan de actividades se ha dividido en tres partes. En primer lugar, el Ministerio de Cultura español, a través de la Dirección General del Libro y su Centro de las Letras Españolas, organizó y montó una exposición en el Centro Georges Pompidou, de París, bajo el lema Libros de España: 10 años de creación y pensamiento, que se instaló en la entreplanta del centro, al lado de la sala de actualidad, en la que se desarrollaron varios de los actos complementarios.

Esta exposición ha venido, así, a insistir en la campaña de difusión de la cultura española en Francia, que ha contado ya con las grandes exposiciones de Zurbarán y la pintura española del Siglo de Oro, en el Grand Palais; la del siglo de Picasso, en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de París; la del último Picasso, en el Centro Pompidou; o la exhibición de 100 películas españolas en dicha institución; o estrenos musicales o teatrales, como el de El público, de García Lorca, en el Odeón. En el último año, además, se han traducido al francés medio centenar de libros españoles, empezando por La Regenta, de Clarín, y hasta -cosa curiosa- se han reimpreso cuatro libros de Ramón Gómez de la Serna.

Cultura de moda

La cultura española está de moda en París, como lo muestra también la presencia de las películas de Almodóvar en el cine comercial en París, los establecimientos hispánicos de moda en el barrio remozado de la Bastilla y la constante afluencia de público en la mayoría de las actividades españolas que se celebran en la capital francesa, aun en medio de las actuales campañas electorales. La exposición del Libro Español estará abierta hasta mediados del próximo mes de junio, y algunas de las mesas redondas sobre cultura española se celebraban este pasado fin de semana.La segunda actividad, organizada por el Gobierno francés, se celebró entre los días 14 al 28 del pasado mes de abril, con motivo de la citada exposición del libro español, y en el marco de "les belles étrangères", actividad que, dedicada a las literaturas extranjeras poco conocidas, organiza de cuando en cuando el Ministerio de Cultura francés.

A estas actividades se invitó a un conjunto de escritores españoles, narradores, poetas y críticos, y en ellas intervinieron Gonzalo Torrente Ballester, Ana María Matute, Juan Benet, José María Guelbenzu, Manuel Vázquez Montalbán, Félix de Azúa, Justo Jorge Padrón, Soledad Puértolas, Adelaida García Morales y Blanca Andreu, así como quien esto escribe. Todos ellos participaron en diversas mesas redondas, debates y encuentros públicos, emisiones de radio, recitales poéticos y revistas habladas, así como en un acto solemne en el anfiteatro de la Sorbona -que, con capacidad para 2.000 personas, estaba casi lleno-, que fue dirigido por Claude Esteban y Florence Delay. Al mismo tiempo, la mayoría de estos escritores ya están traducidos al francés -o están en curso de traducción, en un movimiento editorial hasta ahora inédito en la capital francesa. Por otro lado, intervinieron también editores, traductores e hispanistas franceses, como Bernard Sesé, M. C. Zimmermann, Claude Murcia, Jean Claude Masson y Eric Beaumatin. Al finalizar esta serie de actividades, Vázquez Montalbán y Juan Benet viajaron a Montpellier y Aix-en-Provence para otros actos similares.

Y la tercera y última actividad consitió en una serie de mesas redondas que empezaron al pasado 27 de abril y concluirán con una conferencia sobre arte español actual de Francisco Calvo Serraller el último día de este mismo mes. Este ciclo ha tenido lugar en el Centro Pompidou, el Colegio de España y la Biblioteca Española de París, sobre todo.

Los temas son muy diversos, pues las ha habido de novelistas y poetas -con asistencia de Luis Mateo Díez, Javier Tomeo, Javier Marías, Alejandro Gándara, Muñoz Molina, Cristina Fernández Cubas, Almudena Guzmán, Claudio Rodríguez, Bousoño o Martínez Sarrión-, sobre la traducción (Francisco Uriz, Esther Benítez, Françoise Campo o Emma Calatayud), la cultura en general (Escarpit, Beatriz de Moura, Semprún y Sampedro), el mundo editorial (Herralde, Vuiñuales, Vargas, Seix y Vicens, con Milagros del Corral), las relaciones culturales entre los dos países (Savater, Verdú, Quiñonero y Luis Goytisolo), la ciencia y la historiografía, así como otra conferencia de Elias Díaz sobre la transición.

Ante este despliegue, la reacción del público, compuesto de españoles, latinoamericanos y franceses, ha sido dispar, participativa y a veces desconcertada ante el humor, la rebeldía y la autocrítica de muchos de los autores españoles. Pero ha habido pasión y diálogo, y la exposición del libro, montada en torno a una especie de barra de bar, y de cuyas estanterías se pueden coger y consultar libremente alguno de los 1.869 volúmenes seleccionados de múltiples materias, publicados en los últimos 10 años en España, está gozando de una gran afluencia de público por su flexibilidad y fácil manejo. Este interés del público, la cantidad y calidad de las traducciones de obras españolas, la atención de los medios de comunicación -dentro de las sucesivas campañas electorales por las que está atravesando Francia en estos meses- la alta participación de intelectuales y escritores de ambos países, han convertido a esta primavera literaria española en París en un acontecimiento verdaderamente insólito para nuestras letras.

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