Faena valiente de Niño de la Capea
La corrida de Juan Pedro Domecq, bien presentada, fue blanda, y no se distinguió, precisamente, por su bravura; el segundo toro fue interesante pero el sobrero fue un auténtico mulo que al final de su vida, intentó cazar a Joselito.
Niño de la Capea cuidó con exquisito mimo a su primero y se arrimó al cuarto, que le miró de vez en cuando de manera nada tranquilizadora. A la cobardía manifiesta del toro, se opuso la entereza y valentía de su matador.
Ortega Cano, exageraba su solemnidad, haciéndola afectada y un punto cursi. Cuando se olvida de las poses y cruje la cadera, todo queda mejor. Tuvo empaque su trasteo en el segundo y acompañó mucho en dos muletazos al quinto.
Joselito porfió sin excesiva convicción a su primero, templándole sólo a veces. y anduvo cumplidor ante el mulo salido en último lugar. En un arreón, cuando quitaba el torero una banderilla de la arena, estuvo a punto de llevárselo por delante.
Domecq / Niño de la Capea, Ortega Cano, Joselito
Cinco toros de Juan Pedro Domecq y sexto de Martínez Elizondo. Niño de la Capea: ovación; oreja. Ortega Cano: vuelta; oreja. Joselito: ovación; aplausos.Plaza De Salamanca, 18 de septiembre. Séptima corrida de feria.