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Pequeña historia de tres grandes comedietas

Cuenta Méndez-Leite en su libro El cine español en 100 películas que Historias de la radio nació, de un solo tirón, durante una comida solitaria de su autor en una mesa de un restaurante segoviano, en un descanso del rodaje, al parecer bastante tormentoso, de La princesa de Éboli.Era el año 1954.. Como contrapeso para olvidarse de las pugnas que tensaron las contradicciones de la filmación de esa superproducción, Sáenz de Heredia esbozó entre plato y plato, como recurso de relajamiento, un argumento hilvanado con ligereza, consistente en tres apuntes de sainete urdidos alrededor dél estallido de popularidad que por aquellos años habían alcanzado en España algunos programas y personajes de la radio. Fue una manera espontánea de dar libertad a su ingenio de las amarras creadas en él por úh trabajo excesivamente jerarquizado y escasamente creativo.

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Un gesto de justicia

La espontaneidad del nacimiento de la comedieta se percibe en su resultado final, lleno de soltura y de comodidad: esa que se pone de manifiesto en algunas películas que rezuman la diversión que sienten haciéndola quienes las hacen. Estas historias, concebidas en una hora de banquete, se formalizaron en 25 días de descan so en una playa mediterránea, de donde Sáenz de Heredia se trajo a Madrid el guión a punto y bajo el brazo. Contaba con una productora propia, Chapalo Filins, y el rodaje comenzó relajadamente, como una prolongación de aquél banquete y del descanso que le siguió.

Memorables actores

Se estrenó Historias de la radio en 1955, y fue durante este año y los dos siguientes la película española que más espectadores convocó. Enganchada a la popularidad de los personajes de la radio, sobre la que las tres historias asainetadas giraban, el tirón comercial de la película de Sáenz de Heredia fue enorme.

Pero no procedían de ahí sus mejores calidades. Lo que el filme tenía de inimitable estaba, más que en las historietas y su pretexto radiofónico, en la admirabie dirección de actores que Sáenz de Héredia desplegó en ellas, sobre todo en la muy poblada parte de los actores episódicos,. que incluyen creaciones tan memorables como las de Alberto Romea, José Isbert, Gustavo Re, José María Lado, Pedro Porcel, Guadalupe Muñoz Sampedro, Adrián Ortega, José Luis Ozores y luan Calvo.

Algunas de las secuencias de Historias..., como la del concurso radiofónico del Doble o nada, a cargo del maestro Alberto Romea, y la del duelo de los esquimales en las escaleras de la SER, interpretado de forma genial por José Isbert y Gustavo Re, forman parte del almacén de maravillas ignoradas del cine español.

Pero el mejor cine que hay en estas sencillas y tiernas historias es su cadencia interior, la ligereza de su transcurso, el pulso transparente de su realizador, que sintetizó, probablemente sin proponérselo, las tradiciones del sainete español y el estilo de la comedia italiana, por aquellos años en su apogeo.

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