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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Y los Nikis se divierten

Concierto de los Nikis (61 minutos).

Emilio, voz y animación; Joaquín, bajo y voz; Arturo, guitarra y acoples de sonido, y Johnny, batería y sonrisas. Precedidos de Los Vegetales (14 minutos).

Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos. 14 de marzo.

Muchas y diferentes maneras existen para mostrar rebeldía, inconformismo o abstencionismo en el rock. Hay grupos que se desahogan con letras protestonas o agresivas; otros, que se destapan con mensajes emotivos e intimistas; otros, con recados consejeros, y también se hallan quienes, preocupados por las circunstancias de la vida, se resignan y optan por ironizar y mofarse. Las músicas que acompañan los textos podrán coincidir en sonidos más estridentes, más elaborados o más tranquilos. Los Nikis son cuatro madrileños que juegan, como adolescentes que se resisten a dejar de serlo, al rock ingenuo, travieso y ruidoso, y se divierten.Antes, con media hora de retraso, aparecieron Los Vegetales, un cuarteto surgido de la inquietud del clan Canut, que pasó como un huracán corto pero arrasador. Su repertorio, que apenas duró un cuarto de hora, fue rápido, sin pausa entre los temas, y agitaron sólo a los más excitados a base de voces e instrumentos desafinados y distorsionados. No hubo que esperar a los Nikis. "Soy un zulú, mi primo es un batú", así iniciaron los primeros compases, que ya acompañaron, hasta el final los seguidores habituales e identificados de la banda. Sonó a toda: marcha la Rebelión de los humanos, y después Emesto, para que Emilio el cantante y animador prestase por primera vez su micrófono al coro enfervorecido de los espectadores más fieles. Son canciones, muy breves y locas, con guitarra, bajo y batería duros e incansables para que aquellos que bailen "rompan el piso" a botes salvajes.

En Niños del Brasil, Joaquín, el bajista, también canta y se des gañita, y en Ave, César el eco constante que se une a los mi crófonos y los instrumentos se mezcla con acoples pasajeros que agreden los oídos y que los músicos permiten con indiferencia. Luego dedicaron Luis Enrique a Olvido-Alaska, y entonces el vocalista tomó el bajo y el bajista el micrófono.

Siguieron Aurelio el misionero, Soy un criminal y La naranja no es mecánica, otro tema -como El imperio contraataca y Diez años en Sing-Sing-, que refleja la afición de estos chicos por las historias de cine. Los Nikis se marcharon y tres de ellos volvieron con pelucas muy vistosas y despeinadas para recrearse en una versión de Agradecido, réplica irónica de Rosendo. Regresaron por segunda vez con el cantante, que dio las gracias de clausura tras vocear la última canción, Te voy a asesinar.

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