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Cuatro últimos días para ver una exposición excepcional

Antonio López : "Lo único que creo es que no hay que creerse nada"

, Días antes de que la exposición de Albacete se cierre, Antonio López ha dejado en su taller las dos esculturas de madera que deberá tener terminadas en una semana y seguir con dos paisajes iniciados hace años: la Gran Vía vista desde la calle del Clavel y su Madrid Sur, al que tiene que retocar los cielos. La interrupción de su trabajo se debe a que el presidente de la junta de la comunidad castellano-manchega, José Bono, ha querido celebrar con un almuerzo el que un artista de la región haya sido premiado con el Príncipe de Asturias, y para regalarle un busto del escultor Marco Pérez, que el pintor se resiste a aceptar "porque estas cosas están mejor en los museos. Yo preferiría que sólo me hubieran regalado unos dulces".

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Y todo se hizo silencio

Cuando, durante el almuerzo, se le pregunta a Antonio López cómo ha vivido el hecho de que su exposición haya sido multitudinariamente visitada y la evidencia de que su obra es masivamente admirada, López mueve rápidamente sus ojos en varias direcciones hasta que, una vez fijados en un punto, responde que estas cosas son relativas y que no tienen un significado especial. Hace una pausa y añade que "yo no me creo nada porque lo único que sé es que no hay que creerse nada. En este caso creo que ha ocurrido lo que les sucede a esas parejas que llevan años conviviendo y que de repente deciden casarse y legalizar su situación. No pasa nada. Todo sigue igual. Sólo se ha santificado una situación que ya existía".

Al hablar de su pintura y de la influencia que tiene entre los jóvenes realistas, López asegura que le preocupa mucho esa posible influencia. "Es una responsabilidad que no me agrada en absoluto Cuando fui profesor en Bellas Artes -"sus alumnos dicen que fue usted un profesor muy duro", le dice una de las comensales- "yo ya intentaba que cada cual expresara con los pinceles lo que tenía dentro. teniendo mucho cuidado en que no hubiera influencias mías sobre su forma de expresarse".

Sobre la dureza de su propia pintura, Antonio López dice que "no puede ser de otra forma porque la realidad es dura y amarga. En una primera etapa hice cosas más amables". Pone el ejemplo de los retratos de sus abuelos, realizados a partir de una fotografía y sobre los que dejaba suelta su imaginación. ¿Y ahora podría pintar algo inventado? "No", responde, "ahora sería imposible. Sólo puedo pintar lo que tengo delante de mis ojos, que es duro, aunque si me insisten estoy decidido a pintar cosas más amables", añade entre risas. Y añade que su tío y maestro, Antonio López Torres, de 83 años, en sus últimas obras hace lo que el sobrino llama trampas realistas: mete en un paisaje un árbol que le ha gustado o cambia los colores, "pero yo no puedo hacer algo semejante".

Maestros realistas

De las diferencias de los grandes maestros realistas de la historia de la pintura y de lo que queda por ver en el género, López opina que la diferencia está en la forma de ver la realidad de cada uno de ellos: "Cada cual aporta su toque personal, su propia visión de la vida". No cree tampoco que la fotografía, el cine o la televisión puedan afectar al tipo de pintura del que él está considerado uno de los grandes maestros contemporáneos.

La lentitud de su producción no es debida a su inseguridad, pero, ¿cuándo considera que una obra está totalmente acabada y que ésta reúne la calidad que él se exige? En este aspecto, Antonio López advierte que hay veces en que una obra está terminada pero que posteriormente ve que ésta necesita retoques o transformaciones. Aunque no le perturba, dice que le influye la opinión de la crítica y de las personas que considera entendidas. "El que una obra mía pueda emocionar a alguien al que de repente invito a entrar al estudio no es determinante. Las emociones pueden ser producto de las modas. Hay también emociones impuras, que son derivaciones y que me interesan en otro sentido, no para juzgar una obra".

Imaginación

Antonio López vive en Madrid con su mujer y sus dos hijas y solamente en verano se acerca a Tomelloso para estar con su familia y ver a los amigos. Al hablar de Tomelloso, López suelta las gotas de imaginación que reprime en su pintura cuando dice que tiene un trazado urbanístico totalmente moderno, "igual que Nueva York y casi todas las ciudades americanas", afirma instantes antes de contar que todavía no conoce Nueva York, ciudad en la que se encuentra la sede de la galería Marlborough, con la que él tiene un contrato en exclusiva. "Puede que me anime pronto a viajar. Tal vez el próximo otoño, pero hasta ahora no me había llamado la atención ir allí".

Ahora, mientras termina sus esculturas y pinturas, Antonio López se dispone a seleccionar parte de las 40 obras que se han exhibido en Albacete y que formarán parte de las 80 obras del pintor que se expondrán en Bruselas durante Europalia, el último trimestre del año. Ésta será la muestra más completa de su obra realizada hasta el momento, porque el propio pintor ha conseguido que coleccionistas extranjeros cedan sus óleos para esta manifestación cultural en la que sólo cuatro creadores plásticos contemporáneos españoles estarán representados: Salvador Dalí, Antoni Tápies, Chillida y Antonio López.

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