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El 50ª aniversario de 'Yerma'

La improvisación de Lola Flores deslució la lectura dramática de la obra en el teatro Español

Gabriela Cañas

La noche comenzó calmada, con la presentación de una larga lista de actores de primera fila y el presagio de un riguroso recuerdo de Federico: "Yerma, poema trágico en tres actos y seis cuadros". Sin embargo, al final, Lola Flores revolucionó el escenario del teatro Español bailando al ritmo de Ana Belén y Manzanita.El público protestó. El bailaor Enrique Ortega se lo tomó a mal e increpó a los asistentes: "¿Esto no es cultura?"; Ana Belén ya se escabullía entre las bambalinas y el telón cayó.

No obstante, y a pesar de todo, entre el suave principio y el agitado final, la conmemoración del 50º aniversario del estreno de Yerma sólo tuvo quizá el único defecto fundamental de ser irrepetible.La noche del sábado en el teatro Español fue como el souflé que pone final a un abundante y sabroso menú. Porque era el día D, el día en que se cumplía el 50º aniversario del estreno de Yerma en este mismo escenario.

Un 'tablao' flamenco

Cuando le llegó el turno a Lola Flores, el público -incluso el que se había quedado en la puerta protestando, ya que ésta se abrió a mitad de la noche- llevaba para entonces más de tres horas de función. Lola empezó disculpándose por no poder ofrecer el Zorongo gitano, previsto en la programación porque "los artistas están trabajando y no han llegado todavía". De manera que, con el micrófono metido en el escote, se lanzó a recitar un poema de Rafael de León a la muerte de García Lorca.

Lola Flores intentó después montar una especie de tablao flamenco, incluso con la participación de Amancio Prada, y de entre la risión general surgió el grito: "Es una vergüenza la cultura a dedo". Otro le dio la razón y en general creció el desconcierto. Porque a ciencia cierta no se sabía si el citado grito se refería a la gente que no pudo conseguir entrada o al espectáculo que sobre el escenario se estaba desarrollando.

Ana Belén y Manzanita, Amancio Prada y la pareja formada por Lole y Manuel, que habían obsequiado a los asistentes con canciones populares de García Lorca, se veían arrollados por la algarabía y la improvisación de Lola Flores. Parte del público coreó "que cante Ana", pero en su lugar siguió el flamenco, y fue entonces cuando se lanzó a los medios Enrique Ortega, un bailaor que acompañaba a Lola Flores, e increpó al público mientras bailaba: "¿Esto no es cultura, eh? ¿Esto no es cultura?".

El abucheo y los pitos fueron in crescendo y cayó el telón precipitadamente, cortando de raíz el aplauso final que el espectáculo montado por el teatro Español hubiera merecido y dejando tras de sí al resto de los artistas tan pasmados como el propio público.

"Ha pasado justo lo que no queríamos que pasara", decía Ignacio Amestoy, subdirector del Español, a la salida. "No queríamos que Lola Flores recitara un poema de segundo orden que desluciera el homenaje a Federico"

La primera parte de la conmemoración del 50º aniversario del estreno de Yerma consistió en la lectura dramatizada de la obra de Federico García Lorca. Para ello, el director Miguel Narros puso en escena a 30 actores e introdujo elementos ajenos al teatro que ofrecían una más amplia visión de la creación de Federico.

"No ha muerto nadie"

La noche del 29 de diciembre de hace 50 años, en aquel mismo lugar, Margarita Xirgu y el autor, Federico García Lorca, tuvieron que salir varias veces a saludar después de la representación. En este caso, el escritor y dramaturgo Antonio Gala había hecho la presentación de esta sesión, "que no es necrológica, porque no ha muerto nadie", en una encendida alocución sobre el poeta asesinado, al que invitó a subir al escenario en un alarde de imaginación, acompañado de los aplausos del público.

El actor José Bódalo, internado a causa de una hematuria (presencia de sangre en la orina), no pudo hacer el papel de Juan en la obra. Fernando Delgado, que en principio tenía encomendado el papel de Víctor, le hizo el relevo, y a éste, a su vez, lo sustituyó José Sacristán. Aurora Bautista y elgado leyeron-interpretaron los dos primeros actos de la obra, mientras que el final quedó para Núria Espert y José Luis Pellicena.

Una lectura que estuvo acompañada por la música de Enrique Morente y Carmen Linares, por la interpretación de tres fragmentos de la ópera de Villalobos a cargo de María Luisa Castellanos y por el baile de Lola y José Greco. Todo un amplio y soberbio plantel de artistas,que se ganaron la sincera ovación del público.

Miguel Narros, director del Teatro Español, había hecho de una lectura un riguroso homenaje al poeta de Granada.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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