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Una reflexión sobre cine y teatro clausura la semana de Argentina

En pocas áreas se han producido cambios tan súbitos a partir del acceso a la democracia en Argentina como en el teatro y el cine. Así lo expusieron el pasado viernes los participantes en la mesa redonda Teatro y cine argentino, que tuvo lugar en el Instituto de Cooperación Iberoamericana, y que constituyó el último de estos actos en la Semana de la Argentina Democrática que se ha celebrado en Madrid.Según el autor teatral Roberto Cossa, el teatro fue la única expresión cultural que se mantuvo viva y enérgica durante la dictadura, manteniendo sus actividades en gran parte clandestinamente. El ejemplo del grupo Teatro Abierto, que durante nueve años llegó a trabajar con 1.500 personas de teatro, cuyas obras fueron vistas por más de 100.000 personas, es el más representativo.

Durante la dictadura el cine agonizaba, y el año pasado Argentina llegó a su menor producción cinematográfica, con sólo siete películas. Súbitamente, a partir del cambio de Gobierno, la situación se invirtió. Según Cossa, el teatro experimental y marginal de Argentina se quedó sin el tema de la dictadura y su protesta ante ella, y se hundió en una confusión de la que no sabe cómo saldrá. Sorprendentemente, el teatro oficial ha entrado en una interesante fase, ya que sin los problemas de la censura, han abordado obras de autores nacionales que han puesto en escena con gran audacia y calidad. Por su parte, el cine se ha revitalizado, y en este momento hay 23 largometrajes en distintas fases de realización.

Carlos Gorostiza, subsecretario de Cultura y hombre de teatro, afirmó que lo primero que ha hecho el Gobierno democrático ha sido eliminar las listas negras y los entes censores. Han "prohibido prohibir", y esto ha repercutido notablemente en todas las áreas de creación e interpretación, como el cine, el teatro y la música. La Orquesta Sinfónica Nacional, decía Gorostiza, ha entrado en una nueva etapa, ya que está difundiendo obras de autores argentinos contemporáneos que prácticamente eran desconocidos para el público. Lo segundo que se ha impuesto el Gobierno en el sector de la cultura ha sido la promulgación de leyes que regulen y defiendan las distintas áreas. Se acaba de dar la ley del Doblaje, que dará ocupación a muchos actores argentinos, además de contribuir a la preservación del lenguaje local.

El director de cine Ricardo Wullichszer, subdirector del Instituto Nacional de Cinematografía, manifestó que se ha estado trabajando en la nueva ley de Cine, proyecto del que se siente muy satisfecho y que contempla la obligatoriedad de los derechos de autor, la descentralización en la producción, promoviendo la realización cinematográfica en el interior del país y distintas formas de protección y regulación en la distribución de las películas argentinas. Rodolfo Khun, director teatral residente en España, señaló la importancia de esta última fase en la producción de películas. "Es importante producir un cine que exprese las identidades nacionales, pero tan importante como eso es el lograr que tenga una difusión adecuada", afirmó. De otra manera se corre el riesgo de que tengan acceso a él sólo unas minorías, que sea manipulado en las grandes salas e ignorado en el extranjero.

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