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Exito de la primera subasta de objetos del mundo del "rock and roll"

Andrés Ortega

Desde el certificado del primer matrimonio de John Lennon hasta el coche de John Bonham, el difunto miembro de Led Zeppelin, en la sala de subastas de Sotheby's en Belgravia, ayer salió de todo en esta primera puja en Londres dedicada exclusivamente al mundo del rock and roll. Se vendieron objetos por un valor total de dieciocho millones de pesetas. Un tercio, comprendido por objetos de los Beatles, se lo llevó Terry Smith, director de una emisora de radio de Liverpool, con la intención de crear un museo Beatles en la ciudad donde nació este grupo.

«Querida Anne los clubes están abiertos hasta las cuatro de la madrugada, pero no vamos a ellos, son demasiado caros (unos siete chelines por una cerveza o una coca-cola», escribía Paul McCartney en una carta en 1961, desde el Star Club de Hamburgo. Los tiempos han cambiado. La carta, que salió en 37.000 pesetas, llegó a cotizarse ayer por más de 400.000 pesetas. Stoheby's había calculado por lo bajo, en esta su primera aventura en el mundo del rock and rollEn el marco tradicional de esta casa de subastas, esta operación resulta extraña. Los empleados sonreían, sobre todo al sacar el reloj de Elvis Presley, que a una velocidad alarmante llegó a las 350.000 pesetas. El récord, sin embargo, le correspondió a un pequeño autorretrato a tinta de John Lennon, desnudo: millón y medio de pesetas. Si alguna pauta sobresale es que las pertenencias personales de los ídolos de la música del pasado se cotizan mejor que otras ambigüedades. En esta subasta había también posters, autógrafos, discos, tocadiscos, etcétera. En total, 195 lotes que llenaron casi tres fascinantes horas.

Este corresponsal estuvo sentado al lado de un hombre de unos cincuenta años, con un abrigo de cuero negro, que se mantuvo callado, hasta que salieron a subasta objetos relacionados con los Beatles. Discretamente, pujó, moviendo sólo los ojos, y diciendo su nombre: Smith. Lentamente fue acumulando posesiones a un precio astronómico. Pero para él era una ganga.

A Smith le temblaba la mano. Y no era para menos, pues aquí se dejó seis millones de pesetas, tras una repentina decisión, el lunes, de acudir a Londres. Director de 194 Radio City de Liverpool, su compañía podrá ahora fundar el museo que deseaba, con el piano Steinway que Lennon comprara en 1970, el velomotor que usó en 1967. Sus trajes de actuación (medió millón de pesetas al más caro). O la guitarra de doce cuerdas de George Harrison. Quizá no sea una ganga, pero todos estos fetiches de la modernidad se quedarán en su país de origen.

Se especulaba con la posibilidad de que fuera el agente de Paul McCartney el que se llevó para su cliente la carta de Buddy Holy, un ejecutivo de la compañía discográfica Decca: «Lo siguiente es una biografía de mi vida. Nací en Lubbock, Texas, y he vivido aquí desde entonces...», 185.000 pesetas.

Los organizadores estaban satisfechos de cómo habían ido el día en Sotheby's. «Si no se cambia, uno pierde el mercado», explicó John Badeley, quien llevó la subasta. La expectación era tan grande que hubo que acomodar otra sala, con circuito cerrado de televisión, y mantener abiertas tres líneas telefónicas con Estados Unidos. Pero muchos de los presentes eran simples curiosos, nostálgicos venidos a deleitarse con estos recuerdos de su pasado.

Los Beatles venden bien

Los Beatles se venden bien. Un programa de una actuación con autógrafos de los cuatro llegó a las 700.000 pesetas. Elvis Presley es también una fuerte inversión. Pero las cosas de John Lennon se han revalorizado desde su asesinato. Y con él, las de sus compañeros. No se sabe de dónde salió el certificado de su matrimonio con Cinthia Powell, en Liverpool, en agosto de 1962, salvo que estaba «detrás de una cómoda», pero sí su precio: 75.000 pesetas. Y así, con la corbata de Ringo Starr, el letrero callejero de Abbey Road, unas grabaciones exclusivas de Jimi Hendrix, fotos de Bill Haley y de los Everly Brothers, se cerró una nueva expeniencia para Sotheby's. Se repetirá. Este es el mundo del comercio, no sólo del rock and roll.

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