Las compañías americanas no abandonarán el festival
Frederick Gronich, vicepresidente de la MPEAA, agrupación que reúne a la mayor parte de las multinacionales, se ha hecho eco de la inquietud del festival de Cannes ante el posible abandono de esas firmas, dispuestas a apoyar con mayor fuerza el recientemente creado mercado del filme de Los Angeles, que incluirá el próximo año películas de todos los países. Gronich, cuya presencia fue detectada en la conferencia de Prensa de Berlanga, opina que el Festival de Cannes no tiene posible competencia en el mundo, aunque no se encuentre ahora en sus mejores momentos. El mercado del filme, en cambio, sí puede recibir alguna modificación. "Nosotros, de cualquier forma, seguiremos viniendo todos los años".Coinciden sus declaraciones con la proyección de una de las películas americanas más esperadas en este festival, Excalibur, dirigida por John Boorman, y que ha recibido una de las ovaciones más cerradas y largas del certamen. El exquisito cuidado de la puesta en escena, la excelencia del guión, la espectacularidad de la fotografía, el bien medido sentido del humor y los excelentes (aunque desconocidos) intérpretes, convierten a Excalibur en una de las obvias candidatas a los premios finales. Dice John Boorman -director, como se recordará, de películas como Deliverance, Zardoz o Leo, el último- que desde hace diez años soñaba con hacer esta película, y que sólo ahora ha encontrado una oportunidad.
Excalibur, lejanamente inspirada en las novelas de Pathe y Elliot, narra las aventuras del rey Arturo y sus caballeros de la Mesa Redonda en forma de saga, iniciando su narración años antes del nacimiento de Arturo y concluyéndola con la muerte de su hijo. La intención de Boorman reside fundamentalmente en reivindicar para nuestra época el espíritu mágico que presidía la vida de aquellos hombres.
