Marruecos 1980: cuando las matemáticas fallan
En un momento crítico para la confrontación militar que Marruecos debe afrontar en el Sur, no ya en las tierras del Sahara occidental, sino en su propio y nunca cuestionado Sur, en ningún momento reivindicado por el Polisario, el Palacio -encarnación del poder en Marruecos- se ha comprometido en dos campañas de referéndum con el objetivo de modificar algunos artículos de la vigente Constitución -tercera desde la independencia-, aprobada en referéndum en marzo de 1972. Operación comprometida en tanto que las modificaciones pretendidas aumentan la inseguridad política del país y merman las garantías de los ciudadanos, según han analizado las fuerzas de la oposición marroquí. Por supuesto, compromete el relativo consenso de las fuerzas políticas y abre una brecha en el debate, que, aunque sirve para aclarar el verdadero panorama.de la vida política en Marruecos, persigue un objetivo nefasto: impedir, aplazar, acallar, las posibilidades de expresión de la voz popular en nuestro vecino país.Las dos campañas, la del referéndum celebrado el pasado día 23 y ta correspondiente a la consulta de hoy, lo han sido con una precipitación ya tradicional en Marruecos. El martes 13 de mayo, los ciudadanos y los partidos políticos fueron informados por el rey en un discurso televisivo, y diez días después se celebraba el primero de los referendos. En ese breve plazo, las fuerzas políticas han debido adoptar una posición ante el plebiscito y hacerla comunicar a sus votantes en una campaña intercalada por arrestos de militantes que hacían propaganda en contra o vendían la prensa que propugnaba el «no». El diario Al Bayane ha sido secuestrado en la provincia de Tetuán el martes día 20, cuando en su portada recomendaba votar negativamente. La radio y la televisión han vetado a los portavoces de los parti-dos USFP (socialista) y PPS (comunista), que habían decidido, el primero de ellos., el voto «no» hoy y fihipi-tad de voto para el día 23, y el segundo de los partidos, el voto negativo en ambos casos.
Pero ¿para qué estos referendos? El primero de ellos modifica el articulo 21 de la Constitución, que establecía la mayoría de. edad del rey a los dieciocho años, y designa durante la minoría y basta los veintidós años. un consejo de regencia que funciona como órgano consultivo. El consejo estaba presidido por el pariente varón más próximo al rey en la línea colateral masculina, y se componía, además del primer presidente del Tribunal Supremo, del presidente de la Cámara de Representantes y de siete personalidades designadas por el monarca. Con el cambio se baja a los dieciséis años la mayoría de edad del- rey y queda modificado el Consejo de Regencia: desaparece el pariente más próximo y se incorporan el presidente de los ulemas de Rabat-Salé y tres nuevas personalidades, a designar por el rey. ¿Se busca realmente con esta medida rebajar la edad a dieciséis 'años para un príncipe heredero que cuenta en la actualidad con dieciséis años y nueve meses? ¿0 se busca por algún motivo la desaparición del príncipe Mulay Abdallah, hermano del monarca, que queda así relevado en esta función? Hassan II aclaró en su discurso del martes 13 que quería evitar toda falsa interpretación a este respecto. Pero las dudas asaltan a cualquier observador de la situación.
Aplazar las elecciones
El segundo referéndum, que se celebra hoy, -quiere modificar los artículos 43 y 95 de la Constitución, que fijan en cuatro años el mandato parlamentario, ampliándolo a seis años. Según esto, las elecciones que debían celebrarse el próximo 1981 quedarían aplazadas a 1983.
La oposición, USFP y PPS, ha expresado su disconformidad con las propuestas, por cuanto aumenta aún más la incertidumbre políticadel país. Las modificaciones que a juicio de ella merece la Constitución son de mucha mayor envergadura y las que ahora se plantean son de carácter regresivo. La modificación del artículo 21 implica aumentar aún más los poderes del monarca, que designa prácticamente a dedo al consejo de regencia, al mismo tiempo que rebaja la mayoría de edad del moffiarca, cuando no lo hace para el resto de los ciudadanos, sin derecho, al voto hasta los veintiún años. La modificación del articulo 43 impide la Hbre expresión del electorado para votar una nueva Cámara de Representantes realmente_ representativa de la voluntad popular, libre de las manipulaciones que dieron en. 1977 la mayoría aplastante al Reagrupamiento Nacional de los Independientes.
Un pequeno repaso a los resulta dos oficiales del primer referéndum del 23 de mayo nos hace desconfiar de la validez de los mismos. Y si ni merece la pena detenerse en ello es por el hecho de la singularidad del sistema político marroquí, con la existencia de verdaderos partidos que cuentan con la posibilidad (limitada, bien es cierto) de expresarse mucho más libremente que en la inmensa mayoría de los países del llamado Tercer Mundo. Y. para comprobarlo sólo basta ' con consultar la, prensa de la oposición, Al Muharrir o Al Bayane.
La primera observación hay que hacerla a propósito del censo. Aunque en este referéndum se ha permitido votar a las fuerzas armadas y otras fuerzas de seguridad del Estado, así como a los emigrantes en el extranjero, el tenso aparece incrementado sólo en 11.254 nuevos electores con respecto al 3 de junio de 1977. La incorporación de estos sectores sociales se debería haber traducido en, al menos, 600.000 nuevos electores. Se trata, pues, de un censo al que pueden hacérsele todas las críticas que se le hacían al de las legislativas de 1977: faltan por. incluir algoimás de dos millones de personas para que se parezca a la población marroquí mayor de veintiún años.
La segunda observación se refiere a los resultados. Se trata del referéndum con menor abstención de los cuatro celebrados en Marruecos. Si en 1962 la abstención alcanzaba el 15 %, en 1970 el 6,85 % (estaba vigente el estado de excepción) y en 1972 el 7,1 %, ahora ha descendido a un 2,60%, lo que es, dada la elevada abstención técnica de este país (otras consultas, las legislativas de 1963 o las municipales de 1976, arrojaron una abstención en torno al 30%), escasamente probable. Dudas similares plantea el voto negativo, que sólo representa un 0, 18 % (11.3 54 votantes). Si se sabe que el electorado marroquí cuenta con un sistema de partidos con una clientela no demasiado fluctuante, si se, sabe'que en 1977 votaron USFP 738.541 personas (un 14,63 %)y; votaron PPS 116.470 personas (2,3%), es, dada la actitud de estos partidos ante los referendos, matemáticam ente increíble que sólo ese 0, 18 % de los votantes, que representa un 1,32% del electorado de Izquierda en 1977, sea el que se haya opuesto a la consulta real.
