"Il signor Bruschino" y "Cavalleria rusticana"
Teatro de la Zarzuela. Compañía Popular de Ópera. Directores: S. Paredes y M. Roa. ll signor Bruschino, Rossini, y Cavalleria Rusticana, Mascagni. Intérpretes: P. M. Martínez, L Gavari, J. Molina, J. Catania, J. Pardo, A. Gulín, E. Esteve, P. Farrés, S. Leyvinson. 21 y 27 de marzo
Ni los más viejos de la localidad recuerdan una representación de Il signor Bruschino. la deliciosa ópera bufa de Rossini, que acaba de damos, en muy estimable versión, la Compañía de Opera Popular, en programa doble, con Cavalleria rusticana, de Mascagni. No tuvo suerte, en su momento ni después, Il signor Bruschino o Il figlio per azzardo, desde la misma fecha de su estreno en el teatro S. Moisés, de Venecia, el año 1813. Parece ser que el respetable no tomó a bien los golpes de arco sobre los atriles en la obertura ni las repeticiones de palabras cuando el hijo de Bruschino canta aquello de Padre mio, mio, mio, son pentito, tito, tito.... detalles que, como la pieza entera, constituyen un feliz ejemplo del Rossini más divertido. La obra, basada en libro de Giuseppe Foppa, como otras del compositor de Pésaro -esto de llamarle «cisne» al buen comilón de D. Gioachino siempre me pareció ganas de hacerle reír en su tumba-, está hoy justamente valorada a partir de la ejecución, por las más grandes batutas, de la obertura, brillante, clara, original y vitalísima, cual corresponde a la firma de su autor. La representación de la Zarzuela fue seguida por todos con entusiasmo, ya que sobre una dirección inteligente de Santiago Paredes y unos escenarios sencillos y atractivos de Santiago Rivera, tuvo un «cast» compenetrado y animoso. Pura María Martínez, una de esas cantantes a las que escuchamos mucho menos de lo que se merece, cantó e hizo teatro con el doble talento del instinto y la paciencia. Como su voz es transparente y bella, su personaje cobró vida exactísima. Isidoro Gavari compuso un Bruschino al que no faltó ningún matiz de cuantos le convienen, Julio Catanla se recreó en el papel de «tutor», dando pruebas de su flexibilidad y poder de adaptación, y Julián Molina, de voz y temperamento adecuado a este género, completó el cuadro protagonista que, en unión de Julio Pardo (muy bien su Bruschino, hijo), Ramallo, Alcalde e Ifigenía Sánchez, se apuntaron un éxito notable.
No menor fue el de la celebérrima Cavalleria, de Mascagni, de tan opuesto carácter, para cuya Santuzza contamos con el poderío de una voz internacional, la de Ángeles Gulín, bien contrastada por la Lola de Sylvia Leyvinson. Lospersonajes masculinos, al estar defendidos por Evelio Esteve y Pedro Farrés, gozaron de muchos valores vocales, escénicos y expresivos. Lucila Dávila, en Lucía, se comportó con gran profesionalidad. La «regie» de Paredes, la escena de Rivera, el coro de Perera y la dirección rriusical de Miguel Roa, como trabajos básicos del montale, merecieron holgadamente las largas ovaciones recibidas. Día a día, Roa se define como un valioso director lírico, con el que hay que contar. x
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.