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Falleció el marques de Lozoya, historiador del arte

Durante las últimas horas del pasado domingo y en su residencia de Segovia, falleció el marqués de Lozoya. Juan de Contreras y López de Ayala, Grande de España por concesión del rey Juan Carlos, del que había sido profesor de historia, tenía 84 años. A primeros del mes de marzo pasado había sufrido una operación de próstata de la que no se había recuperado, manteniéndose internado en la clínica de la Concepción, de Madrid, hasta las primeras horas del domingo, en que fue ordenado su traslado a su casa de Segovia.

El marqués de Lozoya, noveno de su título, estaba casado con Constanza López de Ayala, y tenía dos hijas, Dominica y María Angelina. Nacido en Segovia, en 1893, realizó en esa ciudad sus primeros estudios y el bachillerato, terminando la carrera de Derecho en la Facultad de Salamanca, y Filosofía y Letras en la de Madrid. Se doctoró en ambas por la entonces llamada Universidad Central.Catedrático de historia en la Universidad de Valencia, desde 1923, abandonó su cátedra en el año 31 por la política. Efectivamente, fue diputado en las Cortes republicanas con Acción popular en las legislaturas de 1933 y 1936, y aunque repetidas veces ha asegurado tener «horror a la política e incapacidad para ejercerla», siempre ha pasado por ser un hombre de talante monárquico y liberal. Una Historia del arte hispánico fue su primera obra importante de investigación, realizada durante los primeros años de docencia en Valencia. En su época de acción política comenzó la redacción de su monumental Historia de España. Desde 1939 a 1951 ocupó el cargo de director general de Bellas Artes. En ese año, pasó a la dirección de la Academia Española de Bellas Artes de Roma, donde permaneció hasta 1957.

Desde 1946, hasta su jubilación, en 1963, ha ocupado la cátedra de Historia del Arte Hispanoamericano, que obtuvo por concurso de traslado. Tras su jubilación, y para no alejarse de la docencia, aceptó la cátedra de Historia del Arte, en la Universidad de Navarra.

El fallecido marqués de Lozoya ha sido presidente del Instituto de España entre 1964 y 1972. En ese año, fue elegido presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, a la que perteneció como miembro de número desde 1940. Sucedía en la presidencia a Luis Martínez de Irujo, duque de Alba, fallecido entonces. Además de a ésta, perteneció a la Real Academia de la Historia, fue consejero de Bellas Artes del Patrimonio Nacional, presidente del Patronato del museo Sorolla, y ha formado parte de los patronatos del museo del Prado, del Lázaro Galdeano y del de La Marina. y ha presidido el del museo del Pueblo Español. Era presidente perpetuo del Centro Segoviano de Madrid.

Su vida de investigación histórica y de arte, le ha hecho también académico correspondiente de las Reales Academias de Ciencias, Artes y Letras, y de la de San Jorge, de Barcelona, y miembro de, Honor de la de San Carlos, de Valencia.

Perteneció también a prestigiosas instituciones extranjeras. Fue vicepresidente de la Hispanic Society, de Nueva York, correspondiente de¡ Instituto Arqueológico de Berlín, de las Academias de Bellas Artes de París y Lisboa, de¡ Instituto de Coimbra y de buen número de academias europeas y de América Latina. Está en posesión de la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y de la de Isabel la Católica, entre otras muchas condecoraciones, y fue comendador de la Legión de Honor francesa.

Esta vida de intensa actividad académica se correspondía con una importante y numerosa obra escrita. Dos novelas y seis libros de poemas constituyen su obra de creación: muchas veces, el marqués de Lozoya dijo preferirse a sí mismo como poeta. Pero lo que seguramente le dio más fama y prestigio fueron sus trabajos de investigación histórico artística.

Además de los antes citados libros de historia, destacan entre su obra Doña Angelina de Grecia (1913), Historia de las corporaciones de menestrales en Segovia (1918), Vida del segoviano Rodrigo de Contreras, gobernador de Nicaragua (1920), La campaña de Navarra: 1793-1795 (1925), El concepto romántico de la historia (1930), La casa segoviana (1926). El monasterio de San Antonio el Real, de Segovia, y Muebles de estilo español (1965). Se le consideraba un experto en pintura, y su firma fue considerada de garantía a la hora de reconocer tablas y lienzos especialmente del barroco español y europeo.

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