José Ricardo Morales: “Mi teatro denuncia las irracionalidades”
«Si revelo irracionalidades lo hago con el propósito de denunciarlas; mi teatro refleja un mundo que puede ser pésimo, pero ello no quiere decir que sea pesimista», declaró a EL PAÍS José Ricardo Morales, dramaturgo y profesor de Teoría e Historia del Arte en la Universidad de Santiago de Chile, que ha llegado a Madrid para pasar su período de vacaciones docentes. Durante su estancia en España realizará estudios de su especialidad académica en arte y arquitectura.
José Ricardo Morales (Málaga, 1915) realizó sus primeros estudios en Valencia, formando parte en los años anteriores a la guerra civil del grupo teatral El Búho, que dirigía Max Aub. En 1939 inicia con su familia el exilio político, primero en un campo de concentración francés, pasando más tarde a Chile, donde termina la carrera de Filosofía y Letras, especializándose en arte. Ha escrito unos veinte libros y treinta obras de teatro, publicando en Chile una antología de poetas en el destierro ( 1943) y la colección La fuente escondida, diez volúmenes de poetas poco conocidos del Siglo de Oro español. En España se ha publicado un volumen con La burlilla de don Berrendo, Pequeñas causas, La odisea, Prohibida la reproducción, Oficio de tinieblas y Hay una nube en su futuro (Editorial Taurus); El segundo piso (Revista de Occidente) y Cómo el poder de las noticias nos da noticias del poder (en la desaparecida revista Primer Acto), estrenada en sesión única en el teatro Alfil, de Madrid. Otras obras teatrales se han publicado en Chile, Canadá y Estados Unidos.
Hacia cinco años que José Ricardo Morales no visitaba España, donde en otras ocasiones ha viajado como «transeúnte forzoso» o como «hispanista tolerado». En esta ocasión tiene interés en volver a su tierra, tratar con la gente y conocer los distintos aspectos de la actual cultura española, además de recorrer varios países europeos para estudiar temas de arte y arquitectura. Sobre la situación cultural en Chile prefiere no pronunciarse.
José Ricardo Morales recuerda su vinculación al grupo El Búho, contemporáneo de los teatros de las Misiones Pedagógicas y La Barraca. «Yo me hice cargo del departamento de Cultura de la Federación de Estudiantes, donde Max Aub dirigió El Búho, en los años 1935-36. La Barraca y El Búho tenían propósitos distintos, al imprimir con la llegada de Aub una universalidad mayor y una preocupación por el teatro de vanguardia europeo y experimental. Los dos grupos teníamos el interés de difundir la dramática clásica española y devolver al pueblo su lengua y personajes. La vuelta a Valle-Inclán se inició con El Búho, que representó Divinas palabras y Ligazón. En realidad fue más un movimiento que una compañía teatral.»
La primera obra teatral de Morales El embustero en su enredo, fue estrenada en Buenos Aires (1945) por Margarita Xirgu, para la que escribió una adaptación de La Celestina, estrenada en 1949.
« En mi teatro hay dos etapas. De las obras iniciales, como La vida imposible, Pequeñas causas, El juego de la verdad o Barbara fidele, se han calificado, así lo ha hecho Ferrater Mora, de precursoras del teatro del absurdo, donde juego con el lenguaje y trato el problema de la incongruencia entre intenciones, actos y consecuencias de los actos. En este sentido se puede hablar de un absurdo. El destierro ha influido en mi obra, al encontrarme con modos de hablar distintos y aferrarme al lenguaje. Tras un paréntesis de diez años sin escribir teatro, volví en 1963, ya con un sentido diferente, hacia la imposibilidad del ser del hombre, un estar perdido del hombre. No sólo la pérdida del hombre en el mundo, sino la aniquilación del hombre por su mundo. Si revelo irracionalidades lo hago con el propósito de denunciarlas, así como la tecnificación sin racionalidad y los abusos de poder. »
En su investigación académica, José Ricardo Morales ha publicado la obra Arquitectónica, donde estudia la teoría de la arquitectura en. función del hombre. «En el urbanismo se dan los aspectos de la convivencia. Si Heidegger dice que la esencia del construir es el habitar hay que. preguntarse cuál es la esencia de habitar, que para mí conduce a ser persona, el vivir y el convivir. El problema de nuestra técnica ha omitido la condición de Aristóteles: la técnica es una actividad productiva acompañada de razón verdadera.
Babelia
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