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El dramaturgo Amit Lahav indaga en el alma y la memoria

La compañía británica Gecko muestra en Madrid ‘Missing’ mientras en Londres representa ‘The Wedding’

Aurora Intxausti

No hay prisas en el trabajo de Amit Lahav, el dramaturgo israelí criado en Reino Unido. Sus montajes, con exuberantes y poéticas puestas en escena, van madurando y creciendo con el paso del tiempo. Missing,la obra que desde hoy y hasta el sábado se representa en Teatros del Canal, dentro del Festival de Otoño a Primavera, se estrenó en 2012 y sigue rodando por los escenarios del mundo. Lahav creó la historia pensando en una mujer que explora su alma, que mantiene recuerdos intermitentes con una música en la que el flamenco logra su propio papel.

 El director y dramaturgo creó Gecko, una compañía de teatro con una respetada trayectoria internacional, en la que sus cinco integrantes han puesto en marcha montajes como Taylor's Dummies, The Race o The Arab and the Jew, todas ellas obras con un largo recorrido. The Wedding es la pieza recién estrenada en los escenarios británicos. Aborda en esta obra el compromiso con el Estado a través del Brexit. “Aunque el título se refiere a una boda, el espectáculo se asemeja más a un divorcio”. Lahav no quiere olvidar el apoyo que siempre ha tenido de los espectadores en sus obras. En 2015, durante una de sus representaciones en el Battersea Arts Centre londinense, la producción fue destruida en un incendio y tuvo que ser reconstruida en apenas ocho días, lo que logró gracias al apoyo de los espectadores. “Es algo que no se olvida y que te hace tener los pies sobre la tierra. Fue emocionante”, asevera el director artístico.

Una destacada apuesta por la diversidad

Gecko se creó en 2001 bajo la batuta del director artístico Amit Lahav. Su objetivo es ofrecer un teatro de danza física, visual, visceral y ambicioso. La formación ha viajado a más de veintena de países con las cuatro producciones premiadas a nivel internacional. Las obras de Gecko se sostienenmediante la colaboración y la experimentación. Sus espectáculos han sido vistos por más de 40.000 espectadores. En su apuesta por la diversidad, Gecko ha participado en 20 proyectos junto a cerca de 1.500 jóvenes de distintos países.

Los orígenes de su obra, Missing, o al menos algunas pinceladas de ella, están en la trayectoria de sus padres, una bailarina en busca de trabajo y un músico que tocaba el banjo en Israel. “Se conocieron por casualidad en un salón de baile. Hay toques de esa experiencia en la obra. Pero solo reflejos de lo que fue aquello y muy relacionado con la música. Tal vez lo que estaba explorando al escribir Missing era mi propia desconexión con una implicación del público en la obra. Mi esperanza final es que experimenten una conexión emocional y que cambie de alguna forma la perspectiva de su mundo”, explica Lahav.

Tiempo y paciencia

La dilación entre cada una de sus piezas la justifica afirmando que el teatro requiere tiempo y paciencia. “A menudo, en las primeras representaciones de nuestras obras, la gente describe el trabajo de Gecko como espectacular o técnicamente deslumbrante. Pero no estoy interesado en lo espectacular. Sé cómo crear cosas apabullantes y no es duro. Lo difícil es crear algo que esté lleno de significado y que contenga varias lecturas”.

Amit Lahav sostiene que a él le interesa poco el espectáculo como tal. “Me entusiasma el proceso creativo desde que construyes la obra con palabras hasta que la traduces en el escenario. Es ahí donde pongo en funcionamiento mi intuición más que mi capacidad intelectual. Cuanto más bonito y sencillo quieres hacer tu trabajo más tiempo empleas. Al menos eso es lo que ocurre a mí”.

¿Qué le llevó a introducir el flamenco en su obra? “Su musicalidad me resulta emocionante, aunque no tengo ni idea”.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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