El teleprompter derrota a Jimmy Fallon
El presentador de los Globos de Oro no se recupera del arranque accidentado de su monólogo
Muchas dudas rodeaban al presentador de los Globos de Oro, Jimmy Fallon. ¿Cómo arrancaría la gala? ¿Habría chistes hirientes? ¿Y referencias a Donald Trump? ¿A quién ridiculizaría en su monólogo? "Solo yo y los hackers rusos lo sabemos", bromeó la víspera Fallon. Desde luego, el cómico no podía imaginar que el objeto de las primeras risas sería él mismo. Porque nada más salir al escenario, en una de las ocasiones más importantes de su carrera, a Fallon le falló el teleprompter. Incapaz de reaccionar, no se le ocurrió nada mejor que contarlo en voz alta y pasarse unos segundos presa de una evidente incomodidad. Y en las redes sociales aprovecharon el momento para devolverle la broma: "¿Le habrán saboteado los hackers rusos?".
Tal vez fuera más bien el karma. El presentador del Tonight Live Show está acostumbrado a que sus vídeos se vuelvan virales: cuesta llevar la cuenta de cuántas grabaciones de Fallon bailando, cantando o lanzándose a algún juego con las estrellas invitadas a su programa acumulan decenas de millones de visitas en YouTube. 36 millones, en concreto, suma por ejemplo el vídeo en el que Nicole Kidman le desvela que en su momento quiso salir con él pero renunció al sentirse ignorada: "¡Te pusiste a jugar a un videojuego!". De ahí que hoy seguramente Fallon sumara otra grabación estelar. Esta vez, a su pesar. "Ya tenemos un momento Globos de Oro", trató de ironizar el propio presentador.
Y eso que, justo antes, la gala había empezado con el ritmo endiablado y entusiasta de La La Land, en un homenaje a la primera secuencia del musical triunfador de la noche, bajo las notas de Another day of sun. Pero el sol tardó en salir para Fallon, tras su accidentado comienzo. Incluso una vez recuperado el teleprompter, el presentador propuso un monólogo con más altibajos que aquella célebre montaña rusa a la que se subió con Kevin Hart.
Pocas risas acompañaron en la sala los chistes sobre el pene de Ryan Gosling, sobre O.J. Simpson o que ni siquiera la pésima cantante Florence Foster Jenkins actuaría en la toma de posesión de Trump. Aunque el discurso inaugural también dejó frases tan memorables como: "Manchester frente al mar es lo único de 2016 más deprimente que el propio 2016". Y, sobre todo: "Estos son los Globos de Oro, uno de los pocos sitios en Estados Unidos donde todavía se honra al voto popular", en referencia a que Trump fue elegido presidente con menos consensos que Hillary Clinton.
Fallon intentaba así liberarse del peso mayúsculo que muchos le habían puesto encima. Porque ya de por sí los Globos de Oro son una gala políticamente incorrecta, o al menos así lo entendió su despiadado antecesor, Ricky Gervais, y además se trataba de la primera gran ceremonia televisada de entretenimiento desde la victoria electoral del magnate populista, al que prácticamente todo Hollywood atacó antes de los comicios. Y para tamaña ocasión fue elegido Fallon. Es decir, un presentador que por su propia admisión rehuye de los chistes políticos; que entrevistó a Trump y le incomodó más al revolverle el pelo que con sus preguntas. Tanto que The Atlantic tachó aquella charla de "embarazosa" y Time dio por hecho que su conducción de los Globos de Oro sería una "oportunidad perdida" ya días antes de la gala.
Al fin y al cabo, de pequeño, Fallon se planteó ser cura. Finalmente, escogió un camino bastante distinto, pero algo de aquella vocación caritativa debió de seguir en su interior y en su estilo como presentador. Lo que le ha valido decenas de críticas. Aunque el presentador también cuenta con fans incondicionados y hay quien sostiene que su actitud amistosa sirve para que los divos se sinceren y por ejemplo Stallone le confesara que odió a Schwarzenegger durante años.
Sea como fuere, su carrera es su principal respaldo, al menos en la televisión. Dejando a un lado su desastroso intento de ser una estrella del cine (Taxi, Amor en juego...), Fallon ha acumulado un currículo envidiable: seis años en ese mismo Saturday Night Live que adoraba como fan (y donde se ganó también la mala fama de reírse en medio de los sketch de otros), cuatro al frente del Late Night y finalmente, desde 2014, The Tonight Show, como sucesor de Jay Leno. Es decir, que su apuesta por la música, las risas y las imitaciones suele triunfar. "Era una de las únicas dos personas, junto con Kristen Wiig, que estuviera totalmente preparada ya desde el primer instante", dijo de él la actriz y cómica Tina Fey cuando Fallon fue fichado por el Saturday Night Live. Para los Globos de Oro, sin embargo, Fallon no estaba listo. Ni él, ni el teleprompter.
Babelia
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