El Roto: “La solución para la monarquía sería la decencia pero lo veo complicado”
Una nueva entrega de sus viñetas refleja lo que "ha dejado el tsunami" de la crisis
Es llamativo que un hombre que habla con un tono de voz tan sosegado sea el autor de unas viñetas que suenan como bofetadas. Así es Andrés Rábago, El Roto, (Madrid, 1947), cuyo dibujo diario es siempre una de las páginas más vistas en la web de EL PAÍS. El pintor, dibujante e ilustrador ha publicado una nueva antología de su trabajo en este periódico, A cada uno lo suyo, editada por Reservoir Books, que compendia en tono de sátira "extractos de lo que ha quedado" en la sociedad española "tras el tsunami" de la crisis, dice Rábago. "Hay circunstancias que, por desgracia, se han asentado debido a que no existe la intención de reconstruir lo destruido".
El Roto es un "observador" que quita importancia a su trabajo. "Simplemente me muevo siguiendo la escena, atento a lo que cuentan los periodistas"; es "proverbial" su defensa de la prensa en papel, las ideas para sus dibujos nacen habitualmente de fotografías que publican periódicos y revistas. El Roto escucha en esas fotos "lo que dicen las personas retratadas", es lo que llama "un ejercicio de hipnosis" con el que consigue percibir "el pensamiento de esta época". La consecuencia de ese proceso es que el viñetista "sea una terminal de la sociedad".
Ese papel del dibujante queda claro en su libro —presentado el pasado lunes en Madrid—, que toma el titulo de la frase que en una viñeta dice uno de esos personajes siniestros con gafas de sol y sonrisa de tiburón tan característicos de Rábago: "Enriquecer a los ricos, empobrecer a los pobres, a cada uno lo suyo".
"La torpeza forma parte de la naturaleza de nuestros gobernantes"
En el año transcurrido desde la publicación de su anterior libro, Camarón que se duerme (se lo lleva la corriente de opinión), ha calado en El Roto la sensación de que "España se ha convertido en un lugar donde se está llevando a cabo un experimento social a gran escala, tras el fracaso de Grecia". El viñetista se refiere a los recortes y ajustes: "Somos cobayas de lo que se implantará, si no, no se entiende la insistencia en aplicar algunas medidas". La clase política sale escaldada de sus reflexiones: "No tenemos líderes, son gobernantillos y me temo que su torpeza forma parte de su propia naturaleza". Son precisamente los partidos políticos "los que impiden que florezcan otro tipo de dirigentes".
Ante este panorama, el también premio Nacional de Ilustración 2012 no ve a "la sociedad española resignada, sino enfadada". "Se intenta asustar a la gente con continuas escenas terror para que no se mueva". Sobre los jóvenes, protagonistas de algunas de las viñetas de este libro —sobre todo los involucrados en el movimiento del 15-M—, cree que "poseen una gran efervescencia" y que se están implicando en actividades "muy creativas", sobre todo en el arte, el campo que más conoce este autor. El resto de vías que sigue la juventud, como Internet, le son ajenas.
Del casi centenar de dibujos recopilados, hay cinco demoledores que se ocupan de la monarquía española, "un arcaísmo que ha funcionado porque es un arcaísmo". Preguntado si esta institución debería modernizarse, El Roto asevera: "La única salida para la monarquía es la decencia pero lo veo complicado, aún más que su modernización".
A pesar de la negrura que desprenden sus dibujos y de sus mensajes desoladores, Rábago se confiesa "optimista" con lo que está por venir. El ilustrador afirma que "la luz siempre prevalece sobre la oscuridad, aunque le cueste". En su opinión, "pesimistas tienen que estar los que nos dicen a diario que esto es lo que hay, que no hay alternativa; pues sí la hay". Por eso, la última página de A cada uno lo suyo muestra a un joven que camina con la mochila a la espalda y un lema que reza: "Si no podemos cambiar de horizonte, cambiemos de perspectiva". Mensaje: más que mudar de sitio, hay que mudar de mentalidad.
El arte según el viñetista
En paralelo al libro A cada uno lo suyo, Rábago ha lanzado también Oh, la l'art!, editado por Libros del Zorro Rojo, que recoge medio centenar de sus viñetas sobre el arte y sus protagonistas: ferias, galerías, críticos, artistas y público. "El Roto es un interlocutor admirable para conversar sobre arte", señala Sebastián García Schnetzer, director de arte de esta obra. "Rábago es una inagotable fuente de lucidez, cuyo mensaje trasciende a un estilo o un género", añade. Estas imágenes se expondrán en la galería La Caja Negra, de Madrid, del 23 de noviembre al 18 de enero. Los responsables de la muestra señalan que los dibujos son "comentarios llenos de mordacidad acerca de los usos políticos y comerciales del arte por parte del mercado y los poderes". El título de la exposición —también Oh, la l'art!— "ironiza sobre la imagen pública del arte, sus frivolidades y mundos cortesanos". Sin embargo, como en El Roto siempre hay esperanza al final del túnel, subrayan que en las reflexiones de Rábago el arte "es una de las últimas posibilidades de aunar pensamiento y avance social en un mundo cada vez más indiferente casi a todo".
Babelia
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