Urnas funerarias
Hay un icono de nuestro tiempo que es esa foto en la que un empleado de Lehmans Brothers atraviesa la calle con una caja de cartón en la que transporta las pertenencias personales reunidas a lo largo de su vida laboral en esa empresa. Una imagen parecida se repite cada vez que alguien abandona un despacho, incluso cada vez que alguien abandona la vida. Cajas. Venimos de una caja orgánica, el útero, y acabamos en una caja de madera. Entre una y otra, hemos conocido la caja craneal, la torácica, la de zapatos, las cajas de regalo, la caja de puros, la caja tonta, la de ahorros, la registradora, la fuerte, la caja de cambio, la caja negra, las cajas destempladas... En cada momento importante de la vida de un hombre ha habido una caja. Como el mundo se ha homogeneizado, ahora todas las cajas con las que se cierra una época son idénticas. La de Pedro Castro, exalcalde socialista de la localidad madrileña de Getafe, por ejemplo, es la misma que la del empleado de Lehmans Brothers citado más arriba. Aquí le vemos guardando en ella sus 28 años de alcalde. Toda una vida, pero al mismo tiempo un simple parpadeo. Observen la expresión fúnebre con la que se dispone a guardar la foto de Felipe González como el que mete en una urna las cenizas procedentes de la incineración del socialismo. Aunque no se distingue bien, lo más probable es que Felipe lleve puesta aquella chaqueta de pana que fue un icono de la Transición (y que estará en otra caja). Esas cajas que contienen nuestros cadáveres permanecen luego años sin abrir en lo alto de un armario o debajo de una cama.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.