_
_
_
_
Entrevista:SOLEDAD PUÉRTOLAS | Única candidata a ingresar hoy en la RAE

"La literatura no admite cuotas"

Javier Rodríguez Marcos

En su casa de Pozuelo de Alarcón, a las afueras de Madrid, Soledad Puértolas (Zaragoza, 1947) observa con una sonrisa los juegos de sus dos perros, Coti y Lura. Con la misma sonrisa habla de su más que probable elección para ocupar el sillón "g" de la Real Academia Española (RAE), vacante desde la muerte, en 2008, del científico Antonio Colino. Es la única candidata para la votación que se producirá esta tarde. Puértolas se ríe de buena gana cuando se le recuerda que hay al menos dos preguntas que estos días tendrá que contestar una y otra vez: ¿Qué va a aportar usted a la Academia? y ¿de qué tratará su discurso? A lo primero responde: "Ni idea. Lo que me pidan. Lo que soy. Mucha ciencia no creo, no soy gramática". Al final apunta una idea sencilla y contundente: "Un acercamiento natural a la lengua".

"La Academia quiere estar en el presente, y de hecho lo está" "Diría que somos invisibles, o no te ven o destacan que eres mujer"

Lo del discurso lo tiene mucho más claro: los personajes secundarios del Quijote. "Me fascinan los secundarios y la idea de que acaben siendo los principales en algún momento". De eso trata también su nuevo libro, Compañeras de viaje (Anagrama), un conjunto de relatos que llegará a las librerías en un par de semanas. "La protagonista de todos", explica la escritora, "es una mujer que viaja acompañando a otra persona. Es casi un prototipo: alguien que acompaña y cuando llegan al destino del viaje no tiene nada que hacer".

La narradora zaragozana, que se estrenó en 1979 con El bandido doblemente armado y ganó el Premio Planeta 10 años después con Queda la noche, sabe también que las dos preguntas de rigor son, en su caso, tres: ¿Cuándo dejará de ser noticia el hecho de que una escritora entre en la Academia? "Espero que pronto, porque la pregunta asombra. Sobre todo asombra a una mujer", dice. "Causa perplejidad que se haga hincapié en una característica que, bueno, no lo es porque es un rasgo fundamental, pero no lo que se juzga aquí".

Puértolas, no obstante, entiende que muchos académicos reconocen que hay un déficit femenino entre ellos. La primera mujer en ingresar en la llamada Docta Casa fue Carmen Conde, y lo hizo en 1978, 194 años después de su fundación. Hasta el casi seguro ingreso de Puértolas hay cuatro: la escritora Ana María Matute, la científica Margarita Salas, la filóloga Inés Fernández-Ordóñez y la historiadora Carmen Iglesias. De esta última, Luis Mateo Díez y José Antonio Pascual partió la candidatura de la escritora, comprensiva con la RAE: "Es una institución del siglo XVIII concebida con una mentalidad muy distinta a la nuestra. Ahora quiere estar en el presente y de hecho lo está. No hay más que ver la labor conjunta que hace con Latinoamérica. Pero la evolución de la sociedad es una pelea muy lenta. Es cierto que cada vez hay más mujeres en todos los ámbitos, pero su valoración pasa generalmente por el hecho de ser mujer. La historia no es en vano. Por suerte, las historias no funcionan sólo con esquemas, también hay sorpresas. Y yo confío siempre en la sorpresa más que en la norma". Y que en las cuotas: "La literatura no admite cuotas. En la sociedad hay mucho trabajo por hacer, de ahí que el feminismo tenga todavía razón de ser, pero en el terreno de la creación lo que debo hacer yo, lo que me debo a mí misma es ser libre".

Ana María Matute suele decir que muchas veces se trata a las escritoras como a las hermanas pequeñas de la literatura. Soledad Puértolas va más allá: "Más que pequeñas yo diría que a veces somos invisibles. O no te ven o destacan que eres una mujer. ¿Es eso una categoría literaria?". ¿Lo es? He ahí la cuarta pregunta de manual: ¿Existe una escritura femenina? "Siempre contesto con otra pregunta. Pensemos en cuántos hombres distintos hay. ¿Vamos a imaginar que las mujeres son todas iguales? Analizar un libro desde el punto de vista del género es como hacerlo desde el punto de vista de nacer en Zaragoza o en Mérida. ¿Hay un rasgo específicamente emeritense en la literatura?".

Si la literatura no tiene sexo, ¿lo tiene la lengua?, ¿es sexista la gramática?, ¿aspira Soledad Puértolas a ser nueva "miembra" de la RAE? "La lengua es muy maleable, se pone a nuestro servicio", responde. "Ahora tenemos la sensibilidad muy exacerbada porque la igualdad no progresa del todo en la sociedad: vemos maltrato, discriminación salarial... La tentación es agarrarse a lo visible, pero lo importante es cambiar la realidad. ¿Cómo se hace? No lo sé".

Soledad Puértolas, en la casa de Pozuelo de Alarcón con sus perros <i>Coti</i> y <i>Lura.</i>
Soledad Puértolas, en la casa de Pozuelo de Alarcón con sus perros Coti y Lura.ULY MARTÍN

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Rodríguez Marcos
Es subdirector de Opinión. Fue jefe de sección de 'Babelia', suplemento cultural de EL PAÍS. Antes trabajó en 'ABC'. Licenciado en Filología, es autor de la crónica 'Un torpe en un terremoto' y premio Ojo Crítico de Poesía por el libro 'Frágil'. También comisarió para el Museo Reina Sofía la exposición 'Minimalismos: un signo de los tiempos'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_