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La tensa espera de las embarazadas migrantes: “Tu bebé todavía no nace y ya quieren ponerle barreras desde el odio”

Futuros padres extranjeros navegan la incertidumbre generada por el decreto firmado por Donald Trump para eliminar la ciudadanía por nacimiento, que de momento permanece bloqueado por los tribunales

Una inmigrante embarazada originaria de El Salvador es auxiliada por la patrulla fronteriza, en Texas.
Una inmigrante salvadoreña con siete meses de embarazo espera después de entregarse a la Patrulla Fronteriza en Rio Grande City, Texas, en una fotografía de archivo.John Moore (Getty Images)

Emily, la niña de Katia y Alejandro, va a nacer en abril. La pareja tiene todo listo para esperarla: la cuna en el cuarto, la ropa de canastilla en el armario, los peluches. Planificaron esto desde hace tiempo. Lo que no imaginaron fue el miedo de estos últimos dos meses, desde que Donald Trump asumió la presidencia y firmó un decreto que ordena eliminar la ciudadanía por nacimiento a los hijos de extranjeros. Según el deseo del presidente, frenado ahora por los tribunales, Emily no podría tener sus documentos como ciudadana estadounidense.

Alejandro tiene 34 y Katia 31 años. Llevan cinco de casados y cuatro viviendo en Dallas, Texas. Katia obtuvo una visa de trabajo en su natal México y trajo a su esposo como dependent, así que viven con lo que ella gana más lo que él, que tiene permiso para estar en el país pero no para trabajar, resuelve “por la izquierda”, como se dice: trabajos sin contrato en algún restaurante y lo que surja.

“Nosotros nos esperamos tres años, poquito más, para buscar tener un bebé. Y no lo hicimos para que tenga la ciudadanía estadounidense, sino porque es parte normal de la vida, ¿no?”, explica Alejandro. “No era buscando apoyo ni beneficios, nada de eso, sino que entre nuestros planes como pareja también está formar una familia”.

Según cuenta, Katia está muy asustada. No quiere comentar sobre ese tema en las redes sociales, ni siquiera dar un like. Él no pudo dormir durante los primeros días de la presidencia del republicano. Luego empezó a informarse y a planificar qué hacer en caso de que la orden ejecutiva, que hasta el momento ha sido bloqueada por cuatro jueces federales, quedara aprobada. “Nosotros tenemos país, nuestra niña no va a quedar en el aire. Pues vamos, le sacamos documentos en México y buscamos sacarle otra visa y hacer los mismos procesos que estamos haciendo”.

Ellos deben renovar sus visas cada tres años. En caso de que no puedan hacerlo, tienen que regresar a México. Sin embargo, están buscando la manera de obtener la residencia estadounidense. “Hemos intentado hacer todo bien. Digo, algunos de los argumentos que te dicen es que migres bien, con visa, que no cruces ilegalmente. Nosotros no lo hemos hecho y, aún así, nos sentimos rechazados”, afirma Alejandro. “Tu bebé todavía no nace y ya quieren ponerle restricciones y barreras fundamentadas en el odio. La hemos esperado con mucho amor, con mucha emoción, y se siente feo que la rechacen así”.

¿Qué puede ocurrir si se aprueba el decreto?

Si la orden ejecutiva llegara a ser aprobada, podría aplicarse el mecanismo que usan países como Australia y el Reino Unido, en los cuales el niño, aun cuando ha sido registrado y su acta de nacimiento prueba que ha nacido en ese país, mantiene el mismo estatus migratorio que sus padres. Según Danay Rodríguez, abogada de inmigración, el temor con el cambio en Estados Unidos va más allá, “debido a que muchos de esos padres se encuentran en procedimiento de deportación, y el niño, si adquiere el estatus de sus padres, está enfrentando una posible deportación futura”.

“Ante ese particular, es un problema decidir cuál de los estatus migratorios se le da al niño. Puede que un padre tenga un Pending Asylum Application (solicitud de asilo pendiente), pero el otro puede que tenga un TPS (estatus de protección temporal), o una Order of Removal (orden de deportación)”, explicó Rodríguez, quien trabaja para una ONG que brinda servicios legales a inmigrantes de forma gratuita o a bajo costo.

Agregó que, en caso de que se aplique, la ley “puede desencadenar que se adicionen reglas anexas como la imposibilidad de obtener un número de Seguro Social y/o no obtener acceso a otros beneficios como salud y escuela”. “Es una batalla legal bien larga, pero siempre está la posibilidad de que sea aprobada”, aseguró la abogada.

“Un acta de nacimiento prueba ciudadanía, pero para cuestiones migratorias en este país la interpretación que cada oficial le da a la norma legal puede llegar a ser literal, restrictiva o extensiva”, dijo. Igualmente, recomendó a los padres extranjeros que, “apenas nazca el hijo, luego de obtener el registro vital que dan en el hospital (que solo certifica que nació una persona), se vaya al registro correspondiente a pedir expedito el acta de nacimiento y luego se vaya al correo postal para solicitar el pasaporte del menor, que es prueba indubitada de ciudadanía”.

“Los niños no tienen culpa de nada”

Andrea es cubana, tiene 25 años y llegó a Estados Unidos hace ocho meses, reclamada por su padre a través del finalizado programa de parole por reunificación familiar. Vive en un pequeño pueblo al oeste de Texas y Andrea no es su nombre real, pidió cambiarlo por temor a ser deportada. Ahora siente todavía más miedo, por su criatura que va a nacer dentro de tres meses.

Ella contaba el tiempo para aplicar a su residencia mediante la Ley de Ajuste Cubano, lo que puede hacer al año y un día de haber pisado el país. Sin embargo, desde que la nueva Administración puso en pausa los procesos migratorios para las personas que entraron con parole, su situación migratoria ha quedado en una especie de limbo. También siente que quedará en el limbo la situación de su hijo, a quien piensa llamar Marcos.

“Yo nunca tuve la ilusión de ser madre, pero cuando supe que estaba embarazada, fue una bendición. Además, mi niño iba a nacer en este país, que es donde siempre había soñado vivir”, cuenta. “Ahora no estoy segura de qué puede pasar. He escuchado muchas especulaciones. Pero en realidad siento mucho miedo hasta de ir a las consultas. El hospital me queda un poco lejos, y sé que ha habido redadas y deportaciones en los alrededores de mi casa”.

En realidad, ella tiene permiso legal para permanecer en el país durante dos años. “Pero las cosas se han puesto muy turbias y migración se agarra de cualquier cosa para sacarte”, dice. Asimismo, se pregunta qué puede suceder si la deportan estando embarazada. Y también qué puede ocurrir con su hijo si la deportan a ella y a él no, una vez que se venza el parole con el que entró. “Nunca supe nada más del padre de Marcos. Aquí solo tengo a mi papá, que ya está mayor. No va a poder hacerse cargo de nadie. En Cuba no hay futuro, y para un niño menos todavía. Yo espero que no aprueben la ley esa, porque los niños no tienen culpa de nada”, agrega.

Nora Elizabeth Milner, abogada de inmigración y naturalización, opina que Trump solo intenta “hacer ruido” con este decreto. “Una orden ejecutiva no tiene el poder para cambiar la Constitución. La única manera de hacerlo es por medio del Congreso y con votos de la mayoría de los Estados. Esta orden no tiene ninguna validez”, afirmó Milner.

Según la especialista, el objetivo del republicano es generar preocupación entre quienes no están de su lado. “Pero en la lista de cosas sobre las que él puede tener alguna fuerza, esto es lo más bajo. Es una montaña legal muy alta que no va a poder subir, no importa cuántas órdenes firme”, explicó. Asimismo, aconsejó a las familias que esperan hijos que “deben seguir adelante y no pasar mucho tiempo preocupándose por estas cosas. Yo les puedo decir con bastante seguridad que nada va a suceder”.

La abogada Rodríguez también considera improbable que el decreto sea aprobado. “Pienso que es difícil, ya que Trump no se puede ir por encima de la ley magna de este país, ni tampoco puede irse por encima de la 14 Enmienda, que estableció la ciudadanía por nacimiento después de que se aboliera la esclavitud”, aseveró.

Alejandro conoce estos argumentos, pero no está convencido. “Todo el mundo dice que el presidente no puede pasar sobre la Constitución. Sin embargo, la Corte Suprema es conservadora. Entonces no se sabe si va a fallar a favor de Trump, que es probable”, señala. “Lo que nos da tranquilidad a mí y a mi esposa es que ya casi Emily va a nacer, y no creo que la ley se destrabe antes. Pero, ¿y el segundo hijo?”.

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