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Columna
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Diane Keaton no cabe en una IA

La ‘necroIA’ es ya una tendencia: cada vez que fallece alguien popular, las redes sociales se llenan del mismo contenido. Si no me creen, busquen en Google: “Robert Redford llega al cielo”

Paloma Rando

Hace poco, en el teatro, viví una coyuntura estremecedora. Antes de que comenzara la función, en unas pantallas colgadas del bambalinón, apareció el rostro en movimiento de Fernando Fernán Gómez para instarnos a los espectadores a apagar nuestros móviles. Por supuesto, se trataba de un vídeo hecho con IA en el teatro que lleva su nombre, una ocurrencia de su director artístico, según leí después. Funcionó. Ganas me dieron no ya de apagar mi teléfono móvil, sino de deshacerme de él y abrazar el ludismo. Me acordé de esto a raíz de la columna que Sergio del Molino le dedicó a Fernán Gómez el pasado domingo, gracias a la cual descubrí, con gran regocijo, que se reedita El tiempo amarillo, sus fabulosas memorias. “Ya no hay salones tan grandes como el de Fernán Gómez”, tituló. Ni un hombre de esa estatura cabe en las estrecheces artificiales, por muy inteligentes que se crean, añadiría yo.

Me pasó lo mismo con aquel anuncio de cerveza que recreaba a Lola Flores, por mucho que contara con la autorización familiar. Y me sucede tras la muerte de Diane Keaton, que ya está dando lugar a recreaciones de la actriz con esas herramientas que serán muy inteligentes, pero sin duda están siendo usadas por personas muy osadas. Qué valor hay que tener para creerse capaz de recrear a una de las mujeres más únicas que ha dado el cine en los últimos sesenta años con una IA. Y qué necesidad, con el gozo que provoca deleitarse con Annie Hall o Interiores. La necroIA es ya una tendencia: cada vez que fallece alguien popular, las redes sociales se llenan del mismo contenido. Si no me creen, busquen en Google: “Robert Redford llega al cielo”.

Espero y deseo que muchos actores ya se estén blindando legalmente para evitar el uso de su imagen mientras viven y cuando mueran. Imagino que otros se estarán lucrando con él, aunque hasta ahora si por algo se han caracterizado las propietarias de IA generativas es por ignorar cualquier derecho de propiedad intelectual y de imagen y, por tanto, robar impunemente. El único consuelo, mientras la lucha contra estos abusos prosigue, es que este contenido, atroz desde tantos puntos de vista, pone en evidencia la incapacidad manifiesta de la IA: la herramienta de los actores es la que es porque tiene vida en toda su complejidad. Porque se ha nutrido de su experiencia. Que se acabe con su muerte es solo la prueba de que lo humano, finito, imperfecto, único, es irreemplazable.

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Sobre la firma

Paloma Rando
Redactora, columnista y guionista de televisión. Empezó a trabajar en el medio en 2006, en el departamento de vestuario de diferentes series, y dio el salto a guion en 2012. Su último trabajo emitido es 'Señoras del (h)AMPA'. Ha desarrollado series para Alea Media, Shine Iberia, Secuoya, Zeta studios y Suma content, entre otras productoras.
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