‘Crimen, de Irvine Welsh’ y ‘Los Hardacre’, el buen hacer británico
La notable serie del escocés es un ejemplo de una especie de subgénero: el de los inspectores que arrastran un trauma vital desde su infancia y que tratan de superar resolviendo complejos asesinatos
Crimen, de Irvine Welsh y Los Hardacre, son dos series británicas que sirven para ratificar el buen hacer de la isla. En el caso de Welsh sorprende que el nombre del escritor, responsable de la muy afamada Trainspotting, figure en el título de la serie, quizá como reclamo de cara a la audiencia o como detalle ególatra de quien escribió la novela en la que se basa. La notable serie del escocés es un ejemplo de una especie de subgénero: el de los inspectores que arrastran un trauma vital desde su infancia, policías con un pasado complejo que tratan de superar resolviendo asesinatos.
Basta recordar al Carl Mørck de Los casos del Departamento Q, a la Astrid Nielsen de Bright Minds, al obsesivo-compulsivo Adrian Monk o al profesor T, para comprobar como los guionistas de una buena parte de las series policiales no conciben que sus protagonistas actúen desde un cierto equilibrio mental, si es que existe. En el caso de Crimen, de Irvine Welsh, (Movistar Plus+) su protagonista, el inspector Ray Lennox, trata de resolver el caso de una niña de 13 años que es secuestrada en pleno día en una calle de Edimburgo, ciudad a la que rinde tributo el novelista en todas sus obras. Y como en toda serie policial que se precie, el inspector tiene un compañero, que en este caso es compañera, la novata Amanda Drummond, con la doble tarea de soportar al inestable Lennox y actuar de forma más sensata que su superior.
En los seis capítulos de la primera temporada de Los Hardacre, también en Movistar Plus+ y de los mismos responsables de Todas las criaturas grandes y pequeñas, se comprueba la calidad británica en la recreación histórica, vestuario, interiores, decorados… todo es impecable en esta historia del Yorkshire de finales del siglo XIX en la que se narra la irresistible ascensión de una familia desde la miseria a la opulencia. Un largo viaje en el que las mujeres de la familia demuestran su capacidad de liderazgo y superación frente a las iniciales desdichas, con una muy especial relevancia de Claire Cooper, la madre coraje de la familia, y una Julie Garham, una sarcástica e irreductible abuela, la Sancho Panza de la historia y crítica feroz de una aristocracia venida a menos e incapaz de superar la precaria situación económica de quienes se obstinan en no aceptar los nuevos tiempos.
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