Paloma brava
La excelencia, la perseverancia, el rigor… son cualidades desprestigiadas por vendehúmos disfrazados de emprendedores que las mentan sin olerlas. Pero son el único pasaporte profesional de los que no tienen nada. Del Río las convirtió en el suyo
En la emocionante despedida de Paloma del Río el pasado domingo, Almudena Cid contó que muchos deportistas retirados —ella incluida— se ponen los vídeos de sus propias hazañas “para volvernos a sentir competentes ante los golpes de la vida”. “Y ahí estás tú. Estás ahora, estuvistes y estarás”. Como no soy deportista —ni retirada, ni en activo—, alguna vez veo un vídeo de YouTube que compila algunos de los fallos más clamorosos que se han visto en la gimnasia rítmica narrados por ella. Tiene los de la pobre Kapranova, por ejemplo; y alguna reprimenda terrorífica de Irina Víner. No hay recochineo por mi parte, al contrario. Los expresivos “¡Ahí va!” y “¡Adiós!” de Paloma ante los errores me reconfortan. Ojalá me acompañaran cada vez que me equivoco, igual que me han acompañado frente a la tele toda la vida.
¡Sois muchos los que nos lo habéis pedido y nos hemos puesto manos a la obra!
— Teledeporte (@teledeporte) August 27, 2023
El audio del emotivo adiós de nuestra @palomadelrioTVE y el discurso de @almudenacid que nos ha puesto los pelos de punta
¡GRACIAS por tanto, Paloma!
❤️❤️❤️ pic.twitter.com/f5KSHXG3SR
Paloma del Río fue a clase con Vicente Vallés, Teresa Viejo y Ángela Rodicio, y ella era la de los mejores apuntes. Le contó a Buenafuente que tenía que sacar matrícula de honor para poder pagarse la carrera. Trabajaba de auxiliar de clínica por la noche, dormía cuatro horas por la mañana e iba a clase por la tarde. Se sacó hasta los cursos de jueces deportivos para entender cómo puntuaban y poder contarlo mejor.
La excelencia, la perseverancia, el rigor… son cualidades desprestigiadas por vendehúmos disfrazados de emprendedores que las mentan sin olerlas. Pero, mientras mejoramos las circunstancias, son el único pasaporte de los que no tienen nada. Y a menudo ni eso. A Paloma le sirvió, y gracias a ello hemos podido disfrutarla durante 37 años. “Cuando me muera quiero dejar mi metro cuadrado un poquito mejor de lo que lo encontré”, suele decir ella. En tu recién inaugurada jubilación, muchas gracias, Paloma, por la inmensa onda expansiva de ese metro cuadrado.
Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.