Lorena Castell, ganadora de ‘MasterChef Celebrity’: “Me gusta trabajar bajo presión, me pone las pilas”
La colaboradora de ‘Zapeando’ se ha llevado el trofeo tras el duelo final contra el actor Manu Baqueiro con un menú inspirado en los viajes que hizo con su hermano
Lorena Castell (Barcelona, 41 años) parecía haber ganado la séptima edición de MasterChef Celebrity incluso antes de ejecutar la prueba final, en la que eligió elaborar un menú de cocina fusión inspirado en los viajes que hizo con su hermano a Tailandia, India y Bali. La presentadora de televisión y colaboradora del programa Zapeando afirmaba con una sonrisa: “Tengo claro que voy a ganar”. Esa convicción inicial se vio respaldada por su precisión, concentración y ritmo en la elaboración de los platos, algo que faltó a su contrincante, el actor Manu Baqueiro (Amar es para siempre). En cuanto empezaron las dos horas que tenían para preparar el menú, Castell, con una energía arrolladora pero minuciosamente controlada, cortó, salteó, mezcló, trituró, coló ingredientes sin parar, con una seguridad mecánica y estudiada.
Los jueces alabaron sobre todo su postre, que ella llamó Eclipse Lunar, y que tenía gelatina, palomitas heladas, crema de lichis y fresas, entre otros ingredientes. La ganadora se ha llevado el trofeo del programa y 75.000 euros que donó a la ONG Juegaterapia. Además, los dos duelistas podrán asistir a un curso de cocina creativa de un fin de semana en el Basque Culinary Center, la prestigiosa Facultad de Ciencias Gastronómicas de San Sebastián. El programa de la final que se emitió anoche en La 1 se grabó antes de verano. “¡Ya no tengo que mantener el secreto!”, exclama Castell emocionada.
Pregunta. ¿Estaba segura de que iba a ganar?
Respuesta. Bueno, no tenía la certeza. Pero si te gusta competir y si estás seguro de que llevas algo que es la bomba, vas con seguridad. Yo llevaba un menú muy bien aprendido, muy bien trabajado, unas técnicas muy elaboradas y una historia que quería contar que me encantaba. Y creo que a una final hay que llegar con esa actitud de ganar. No va conmigo decir: “Bueno, a lo mejor gana Manu”. Mi personalidad es ir a por todas y luchar.
P. ¿Qué hizo para prepararse para la final?
R. Estuve trabajando con Quique Dacosta en su estudio en Dénia. Durante tres días nos fuimos con Juanfran Valiente a trabajar en el menú, a que me enseñasen las técnicas. Y luego tuve un par de días para practicar en casa, aunque cuando tienes tantas elaboraciones, es un poco más complicado en casa, porque hay muchos artilugios que no tienes. Yo al final me he comprado todo: la goma xantana, el gelificante… El menú tenía mucha matemática, que precisamente es algo que me había jugado una mala pasada en un momento. Así que decidí currármelo y aprendérmelo de memoria. Llevaba la receta muy sabida.
P. ¿Cómo ideó el menú?
R. Quería contar una historia que es Vivir viajando, a través de los viajes que hice con mi hermano, que estaba allí de invitado, junto con mi madre, mi chico, mi hijo y mi padre. Con la ayuda de Dacosta, que tiene una cocina que me encanta porque cuenta historias y transmite emociones a través de sus creaciones, fuimos decidiendo los elementos que aparecerían en los platos, que tenían que saber a Barcelona, a mis raíces, pero también a los países asiáticos a los que fui con mi hermano. Por ejemplo, el plato principal eran unas fabes (porque un compañero de piso, Sergio, con el que viví casi seis años, era asturiano y me cocinó mucho) con toques indios, por el viaje a la India que hice con mi hermano. Creo que el menú refleja muchas facetas de mi personalidad que se han visto a lo largo del programa, era una forma de que el público me conociera mejor.
P. ¿Cómo hizo para gestionar el estrés y la presión de estar en MasterChef? Algunos compañeros suyos como Patricia Conde no pudieron soportarlo.
R. ¿Sabes qué pasa? Es que a mí me gusta trabajar bajo presión, me pone las pilas. Entonces, creo que es algo muy personal. Hay que saber también en qué momento está cada uno. Este es un programa que es muy exigente, en el que tienes que estar muy comprometido, dedicarle muchas horas y es agotador física y mentalmente. Entonces es entendible que de repente alguien decida tirar la toalla.
P. ¿Qué fue para usted lo más duro de concursar?
R. El sacrificio que tienes que hacer para dejar de lado tu vida durante tres meses, porque no puedes estar con tu familia, no puedes dedicarle todo el tiempo que quieres a tu hijo, no puedes salir con tus amigos porque al día siguiente tienes que cocinar. A veces el cabreo o el agotamiento lo pagas con la gente que más te quiere. Pero he vivido una experiencia muy divertida, que me ha ofrecido muchas vivencias enriquecedoras, unos viajes chulísimos con mis compañeros. Una vez llegamos a un hotel y de repente acabamos en un karaoke. Me lo he pasado de locos.
P. En la final su madre dijo que ahora le tocaba a usted llevarle los tuppers a ella. ¿Lo ha cumplido?
R. (Risas) ¡No! Los sigue trayendo ella, vaya. También es porque a mí lo que más me gusta es la comida asiática y a mi madre eso tampoco le encanta. En alguna ocasión, el fin de semana, sí que he cocinado yo, pero algo más clásico, como unos garbanzos con bacalao.
P. ¿Tiene algún proyecto relacionado con la cocina?
R. No. Ahora mismo, afortunadamente, tengo mucho trabajo, pero nada relacionado con la cocina.
P. ¿Entonces no ha considerado la propuesta de Jordi Cruz para que abriera un restaurante con él y otros jueces de socios?
R. ¡Ay, ya! (Risas) Pues justo acabo de cerrar un bar ahora, así que no voy a abrir un restaurante.
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