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Análisis de las 40 canciones de Eurovisión 2022: “Hermosa”, “un espanto”

¿Tiene calidad musical el festival independientemente del contexto? Un especialista escucha todos los temas y emite un diagnóstico justo en la semana grande de la competición

Eurovision 2022
Los cantantes Blanco (izquierda) y Mahmood, representantes de Italia, celebran su victoria en el festival de San Remo el pasado 5 de febrero.ETTORE FERRARI (EFE)
Carlos Marcos

Ya está aquí la semana grande de Eurovisión, espectáculo este año mucho más mediático (si cabe) tras la polémica del Benidorm Fest. Se celebrarán dos semifinales (martes 10 de mayo y jueves 12) de las que saldrán 20 países camino de la final (10 de cada semifinal). Completarán los 25 que competirán en Turín (Italia) el sábado 14, cinco países con derecho a saltarse la semifinal: España, Italia, Francia, Alemania y Reino Unido. ¿Por qué este privilegio? La razón es sencilla: porque son los fundadores de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) y las delegaciones que más dinero aportan a esta y otras actividades de la entidad. Así se valora el arte por aquí. A continuación, analizamos las 40 canciones.

LOS CINCO PAÍSES CLASIFICADOS PARA LA FINAL (14 de mayo)

- España

Chanel, SloMo. Han cambiado las cosas desde Benidorm Fest, cuando una furibunda ola de rechazo golpeó la candidatura de Chanel. La gente quería a Rigoberta Bandini o a Tanxugueiras. Pero durante estos tres meses ha emergido una artista, Chanel, trabajadora y corajuda, que se ha recorrido Europa demostrando que canta y baila bien y que la ilusión de una persona puede con un país. Ahora, cuenta en las apuestas para quedar entre las cinco primeras, mientras Rigoberta Bandini ve cómo las activistas feministas que participan en el reciente vídeo de Ay mamá se quejan de censura con tics machistas. Lo que es la vida. Diagnóstico: la canción de Chanel sigue siendo tan poco estimulante como lo era en Benidorm Fest, pero, escuchadas todas las participantes, la latinada que es SloMo tiene su hueco entre tanta balada y tanto dance de carril.

- Italia

Mahmood y Blanco, Brividi. Mahmood ya quedó segundo en Eurovisión 2019. Reincide, ahora junto a Blanco. Presentan una balada sobre desamores como solo lo hacen los italianos: drama, pasión, falsete y ¿autotune? (¿no dijimos que estaba prohibido?). A su favor, que la final se celebra en su país; en contra, que el año pasado ya ganó un italiano, los rockeros Måneskin. Diagnóstico: una balada preciosa con toda la interpretación dramática de los clásicos italianos (de Tozzi a Ramazzotti), pero con un sonido moderno que la acerca a los temas más despechados de Billie Eilish.

- Alemania

Malik Harris, Rockstars. Es la típica canción que graba Justin Bieber o Demi Lovato y lo peta; o sea, un tema sacado de un molde mil veces utilizado. Al final aparece un rapeado cabreado que pretende emular a Eminem. Pretende… Diagnóstico: una baladita tan correcta como irrelevante.

- Reino Unido

Sam Ryder, Space Man. Nadie les enseña a los ingleses cómo hacer una canción pop. Hasta hace bien poco, la industria de la música pop era clave para cuadrar el IPC británico. Hasta ese punto son maestros. Sam Ryder es un treintañero de melena y barba aseadas que comienza queriendo ser Ed Sheeran y acaba prefiriendo a Oasis. Diagnóstico: bien cantada, coreable y con un final que si lo pillan los Gallagher lo bordan.

- Francia

Alvan y Ahez, Fulenn. Alvan es un músico veinteañero y Ahez un trío bretón. Unen fuerzas para una cosa que llaman “tecno celta”. Diagnóstico: la demostración de que en la fusión de la tradición con la modernidad no vale todo.


PRIMERA SEMIFINAL (10 de mayo)

- Ucrania

Kalush Orchestra, Stefania. Será difícil sustraerse a la actualidad política y bélica cuando toque valorar al representante de Ucrania. Ya era uno de los favoritos antes de que Putin decidiese invadir Ucrania; dos meses y medio después de esa atroz decisión y con la emoción emergiendo por todos nuestros poros, Kalush Orchestra es firme candidato a la victoria. Estamos ante una canción que nos hará añorar la presencia de Tanxugueiras en el festival: la tradición de una tierra vista desde la modernidad. Hay folclorismo estético y ritmos tradicionales de allá que casan con la electrónica y el rap. Y un estribillo tan tribal como adherente. Diagnóstico: puede ganar y no solo por el odio mundial a Putin.

- Lituania

Monika Liu, Sentimentai. Una artista con experiencia: incluso ha sido jueza en La Voz lituana. La canción mira a los años setenta, la época disco, pero sin llegar a desatarse. Monika Liu exhibe, además, una voz quedona y personal. Diagnóstico: todo bien, salvo que recorre los tres minutos con el freno de mano echado. Hubiese estado bien un momento desmelene.

- Montenegro

Vladana, Breathe. A la tercera lo consiguió. Después de presentarse dos veces a la preselección, este año llega la oportunidad de Vladana. Un tema emotivo, que compuso para su madre, fallecida por covid. Diagnóstico: un mensaje que comparte el mundo dentro de una canción plana.

- Albania

Ronela Hajati: Sekret. No será por no intentarlo. Ronela Hajati ha participado en decenas de concursos de música y baile durante los últimos 10 años. Aquí llega el premio: representar a su país en la final de Eurovisión. Diagnóstico: una canción que se hace larga, y eso que solo dura 3,34.

- Bulgaria

Intelligent Music Project, Intention. Intelligent Music Project es el capricho de un empresario búlgaro, Milen Vrabevski. Él pone el dinero y llama a músicos experimentados que han tocado con Toto, Phil Collins o Rainbow. El cantante es el chileno Ronnie Romero, que ha vivido muchos años en España y que es la voz preferida para cantar con veteranos del rock duro como Ritchie Blackmore (Rainbow) o Michael Schenker. Diagnóstico: se mueven como rockeros duros, pero son bastante inofensivos. La canción no termina de despegar. Floja.

- Eslovenia

LPS, Disko. El nombre del grupo, Last Pizza Slide (el último trozo de pizza) da una pista sobre su procedencia: chicos posadolescentes del aula de música de un instituto esloveno. Es como si fuesen los sobrinos de Varry Brava. Diagnóstico: un grupo perfecto para la fiesta de fin de curso del instituto. Poco más...

- Países Bajos

S10, De Diepte. “Todo el mundo experimenta momentos difíciles en sus vidas. Espero que os sintáis menos solos cuando escuchéis esta canción”. Así ha presentado Stien den Hollander, artísticamente S10, de 21 años, su canción para competir en Eurovisión. Diagnóstico: la sombra de Billie Eilish recorre el mundo, porque las angustias juveniles son muchas. Una canción emotiva que se olvida rápidamente.

- Moldavia

Zdob si Zdub & Fratii Advahov, Trenuletul. Esta es la tercera vez que alguno de estos músicos participa en Eurovisión. Les fue bien en 2005 (5º) y regular en 2011 (12º). Con Trenuletul afrontan ritmos moldavos y rumanos con latiguillos como: “Hey how! Let’s go! Folklore si rock and roll”. Diagnóstico: una canción tan fiestera como anecdótica.

- Letonia

Citi Zeni, Eat Your Salad. Un sexteto que practica música de baile setentas-ochentas. Diagnóstico: la orquesta que esperas en la época veraniega en un hotel de pulserita de la costa mediterránea.

- Croacia

Mia Dimšić, Guilty Pleasure. Tres discos tiene ya esta cantante croata, que presenta a Eurovisión una pastoral balada. Diagnóstico: de cuando se decía que Taylor Swift hacía country. Un azucarado tema que carece de lo único que se pide a estas piezas: que emocione un poco.

- Suiza

Marius Bear, Boys Do Cry. Tiene 28 años y un tono de voz similar al de Chris Martín. Otra balada en un año con saturación de piezas reposadas. Diagnóstico: un tema apacible, elegante y bien cantando. Y sin buscar la lágrima a cualquier precio, como hacen otras baladas de este año.

- Dinamarca

Reddi, The Show. Dos canciones en una. Después de una introducción a piano y voz de un minuto la cosa se desmelena al afrontar un rock acelerado y saltarín. Reddi lo forman cuatro mujeres. Diagnóstico: una buena banda interpretando una buena canción.

- Islandia

Sigga, Beta & Elín, Með Hækkandi Sól. Tres hermanas que hacen música pop con una pizquita de country. La canción es un medio tiempo sin mucha complicación. Diagnóstico: aburrida.

- Portugal

Maro, Saudade, saudade. Portugal es de los países que más se toma en serio Eurovisión, casi siempre presentando propuestas interesantes. Como la de Maro, una artista de 27 años con una voz que transmite. Diagnóstico: delicada y hermosa.

- Armenia

Rosa Linn, Snap. En pocas ediciones de Eurovisión hubo tantas baladas. Esta de Armenia es otra, de una artista de 21 años que acaba de comenzar su carrera. Diagnóstico: esta vez el modelo no es Billie Eilish, sino Taylor Swift. Tiene una voz personal Linn, nada impostada, y los coros como de colegio elevan a la pieza. De los mejores temas lentos del festival.

- Grecia

Amanda Tenfjord, Die Together. Amanda es una mujer de 24 años nacida en Grecia, pero que ha vivido muchos años en Noruega, de donde es su madre (de ahí el apellido). La balada con la que representa a Grecia tiene mucho de pieza pop escandinava, épica, intensa y cantada en inglés. Diagnóstico: si Olivia Rodrigo o Lorde cantan esta canción no nos extrañaría.

- Austria

LUM!X y Pia, Halo. Seguramente los más jóvenes del festival. Él, Luca Michlmayr (alias LUM!X) es un DJ de 20 años, y ella, Pia María, una cantante de 18. Diagnóstico: lo que sonaría al entrar en una discoteca a las tres de la madrugada, pero en el año 2000.

- Noruega

Subwoolfer, Give That Wolf a Banana. La propuesta friqui del festival, que no falte. Dos tipos disfrazados con unas caretas cutres de lobos amarillos con gafas de sol. La canción, una simpática pieza de baile, se llama Da un plátano a ese lobo. ¿Lo entienden todo ahora? Diagnóstico: diríamos que pueden recordar a Daft Punk, pero mejor no ser temerarios.


SEGUNDA SEMIFINAL (12 de mayo)

- Suecia

Cornelia Jakobs, Hold Me Closer. Otra de las favoritas, porque nadie con un gen competitivo eurovisivo tan sólido como los suecos. Esta vez toca una pieza lenta que se va deslizando con la potente voz de Cornelia Jakobs hasta aparecer en una pista de baile y lanzar fulares de seda al cielo. Diagnóstico: ni un reproche, gran tema.

- Azerbaiyán

Nadir Rustamli, Fade to Black. Un cantante de 22 años que se hizo popular por participar en el programa La Voz de Azerbaiyán. Diagnóstico: hay una parte interesante, cuando utiliza el falsete solo a piano, pero el resto es el gran lugar común de las baladas.

- Bélgica

Jérémie Makiese, Miss You. Ganador de La Voz belga. Cuando cantó allí, los cuatro jueces giraron sus butacas, emocionados con la voz de Jérémie. Diagnóstico: efectivamente, la naturaleza ha concedido a Makiese una voz con alma. Seguro que se dedica a este oficio durante muchos años. De momento, Miss You es una canción del montón.

- San Marino

Achille Lauro, Stripper. Ojos pintados, pelos teñidos de rosa y platino, cuerpos tatuados y devoción por Marc Bolan. ¿Les recuerda a algo? Måneskin, claro, los ganadores del año pasado, que tendrán a su replicante en el representante de San Marino, este artista de 31 años nacido en Verona. La letra de la canción está repleta de referencias pop: Britney Spears, Madonna, Depeche Mode, The Beatles, The Clash… Diagnóstico: es tan evidente que persigue el efecto Måneskin que resulta un poco paródico.

- Chipre

Adromache, Ela. Una cantante de 22 años que ya ha tenido algún éxito en su país y en Grecia. Diagnóstico: una canción pegadiza, pero no atosigante, que mezcla los ritmos folclóricos con los sonidos electrónicos. Y Adromache canta muy bien.

- Rumania

WRS, Llámame. Así, con título en español, se presenta el bailarín y cantante rumano de 29 años Andrei-Ionut Ursu, artísticamente WRS. Está cantada en inglés, pero dice, vaya usted a saber por qué: “Hola, mi bebebé, hola mi bebebé, llámame, llámame”. ¿Qué decir de ella? Un tema ramplón de baile con un tecladito del ritmo de la tierra. Diagnóstico: un espanto.

- Malta

Emma Muscat, I am What I am: “Cada vez que me caigo, tan pronto como toque el suelo, recuérdame quién soy y me vuelvo a levantar”. Una canción con letra sé tú mismo de esta intérprete de solo 21 años. Diagnóstico: todo muy buenas intenciones, y quizá ese es el problema: suena tan manida que parece sonido ambiental.

- Georgia

Circus Mircus, Lock Me In. Una canción que recuerda ligeramente al brit-pop noventero. Seguramente les va a penalizar el punto grotesco de la imagen. O no, que Eurovisión es un circo. Diagnóstico: la canción no está mal, pero le falta o alma o más diversión.

- Australia

Sheldon Riley, Not the Same. Riley tuvo una infancia complicada. Con seis años fue diagnosticado con el síndrome de Asperger: durante la preadolescencia fue víctima de acoso y tuvo que cambiar 14 veces de colegio. De todo esto trata Not the Same. Diagnóstico: buena voz entonada con el nudo acechándole la garganta. Será uno de los momentos emotivos del festival.

- Finlandia

The Rasmus, Jezebel. Hay que valorar que bandas que han llenado pabellones tengan el orgullo suficiente en sus horas bajas para presentarse a Eurovisión, donde compartirán escenario con artistas nuevos. Los finlandeses The Rasmus van a cumplir 30 años de carrera y tuvieron sus años de gloria con un rock oscurillo y comercial. Diagnóstico: ya se pasó su tiempo, pero la canción es digna y tiene garra.

- Irlanda

Brooke, That’s Rich. Quedó tercera en La Voz del Reino Unido y ahora esta artista de Derry representa a su país en Eurovisión. Diagnóstico: That’s Rich es tan animada como convencional. De cuando Lady Gaga debutó, allá por 2008.

- Serbia

Konstrakta, In Corpore Sano. Detrás del nombre artístico Konstrakta asoma Ara Duric, una artista que lleva 10 años como profesional. Además, es arquitecta. La canción que presenta está a medio camino entre reivindicar la vida saludable y criticar la actuación de los gobiernos ante la covid. Diagnóstico: buena canción, vanguardista y original. Está tan alejada de la pirotecnia de Eurovisión que es muy posible que no se entienda.

- Polonia

Ochman, River. No vamos a poder quejarnos en esta edición por la falta de condiciones vocales. Aquí está Krystian Ochman, de padres polacos, pero nacido en Estados Unidos. Su abuelo es el tenor polaco Wieslaw Ochman. Un chico de 22 años que recibió clases de canto desde crío y que ganó La Voz, versión polaca. Diagnóstico: sí, Ochman posee una voz potente…

- Macedonia del Norte

Andrea, Circles. Otra balada cantada en inglés por una artista de solo 22 años que vivió de pequeña en el Harlem neoyorquino, donde le vino la afición por la música. Diagnóstico: una canción que podría haber sido descartada del disco más flojo de Avril Lavigne.

- República Checa

We Are Domi, Lights Off. Un trío de jóvenes de aspecto modernete que se formó en Inglaterra y luego se trasladó a la República Checa. Practican un electro pop muy reivindicado en los últimos años. Diagnóstico: pues una canción que si llega a incluirse en el último disco de Dua Lipa no extrañaría. Así de resultona es.

- Estonia

Stefan, Hope. Con solo 23 años, Stefan es una estrella en su país. Gracias a la canción Doomino, que interpretó con Liis Lemsalu, y que fue un éxito en las listas de ventas letonas en 2021. Ahora representa a su país con un tema que intenta acercarse a la música de los spaghetti western. Diagnóstico: floja.

- Israel

Michael Ben-David, I.M. Este tema se ha convertido en favorito de la comunidad israelí LGTBI. Una canción fiestera con ritmillos étnicos. Diagnóstico: muy eurovisiva y muy olvidable.

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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