Tonos dorados y película analógica: la rompedora apuesta visual de ‘Euphoria’, explicada por su responsable
El húngaro Marcell Rév es el director de fotografía y el encargado de la identidad formal de la serie de HBO que protagoniza Zendaya
Los adolescentes de Euphoria, la serie cuya segunda temporada termina este lunes en HBO Max, viven en un universo de tonalidad dorada. Sus dramas, relaciones e incluso tragedias, contados unas veces de forma cruda; otras onírica; y, siempre, visualmente hipnóticos, se han filmado al completo, en su segunda temporada, en película analógica para potenciar los matices y contrastes de la imagen. Cada encuadre, cada movimiento de cámara, tiene un porqué. Todo está pensado para que Euphoria no se parezca a nada de lo que se emite hoy en día en la televisión. El responsable de que este drama sea una de las series más atrevidas y rompedoras en su apuesta visual es Marcell Rév (Budapest, 37 años).
El trabajo de este guionista y director de fotografía llamó la atención del cineasta Sam Levinson, que contó con él para su película Nación salvaje (2018) y para marcar el tono visual de su primera serie como creador. Rév repetió con Levinson en la película Malcolm & Marie (2021) y es el responsable de que Rue, Jules, Nate, Cassie, Lexi, Fezco y el resto de personajes de Euphoria vivan en un universo que unas veces parece una pesadilla y otras, el paraíso soñado por un adolescente.
Cuando Levinson y Rév empezaron a hablar sobre cómo querían que fuera Euphoria, ni siquiera había guiones de por medio. “Solo había una idea”, reflexiona Rév en conversación por videollamada con EL PAÍS. “Sam [Levinson] me dijo que quería crear una serie sobre estudiantes de instituto donde los adolescentes se parecieran a como ellos se imaginan que son y no como realmente son”. Eso dejaba al realismo fuera de la ecuación: “Obviamente, Euphoria no es realista, nunca quisimos hacer una serie realista”, reconoce. “Es muy exagerada a nivel emocional e intentamos marcar eso visualmente. No queremos recrear la vida en una clase porque eso sería… aburrido”.
Tras una primera tanda de capítulos que el director de fotografía describe como “una mirada contemporánea a los institutos de hoy en día en Estados Unidos”, la segunda ha dado un giro más oscuro para ahondar en los dramas, inseguridades y adicciones de sus protagonistas. “Creo que hemos pasado lentamente a una mirada más basada en los recuerdos más distantes de aquellos días de instituto. En la primera temporada intentamos mostrar cómo los jóvenes de hoy se ven a sí mismos. La segunda tiene más de nuestra nostalgia”. O, como lo ha explicado Sam Levinson, “si la primera temporada fue una fiesta en casa a las 2.00 de la madrugada, en la segunda ya son las 5.00, mucho más allá del punto en el que todos deberían haberse ido a casa”. “Yo creo que es más íntima, más profunda y más cercana a los personajes”, dice Rév sobre este segundo bloque que ahora termina. “Eso le da más seriedad. Pero, por otra parte, a mí me parece mucho más divertida. Quizá es un humor muy oscuro, pero en medio de tanta oscuridad, yo me río mucho viéndola”.
Cuando se conocen los aspectos técnicos detrás de la serie que protagoniza Zendaya, se empieza a entender por qué es diferente al resto de series en emisión. La segunda temporada se ha filmado con película analógica, a diferencia de la primera, que se rodó en formato digital. “Cuando grabamos los capítulos especiales durante la pandemia, nos dimos cuenta de que queríamos dar un giro al tono de la serie, no queríamos repetirnos. Queríamos un tono más íntimo, poder bucear más hondo en las almas y las mentes de los personajes”, explica el director de fotografía.
Antes, Sam Levinson tuvo que asegurarse de disponer de suficiente metraje de película Kodak Ektachrome, la que querían utilizar, para grabar toda la temporada. Para ello, Kodak transformó partes de su fábrica estadounidense en una estación de trabajo que permitiera elaborar el suficiente material para la serie. “Grabar en película es mucho más orgánico, es un material menos predecible. Y tiene esa textura que funciona mucho mejor para la piel humana. Además, encontramos una película con unos valores especiales que desarrollamos de una forma especial. Al final creo que ha quedado diferente a lo que normalmente se ve en la televisión”, añade Rév.
El color, la luz y los movimientos y encuadres de la cámara también ayudan a darle a la serie esa identidad propia que acompaña los sentimientos exacerbados de sus protagonistas. “La primera temporada fue más colorida. Intentamos jugar con el contraste azul-amarillo, aunque en algunas escenas, como las fiestas, nos permitíamos tener más color. Para la segunda temporada quisimos simplificar y nos quedamos con el dorado y el negro”. Los decorados también se mueven en esas tonalidades. Así, la casa de Fezco (interpretado por Angus Cloud) tiene tonos marrones y amarillos, igual que la habitación de Elliot (Dominic Fike). “No puedo poner en palabras el motivo de esto, es algo instintivo, un sentimiento de que teníamos que ir hacia ahí para hacerlo más emocional”.
Rév describe la iluminación de Euphoria como “muy tradicional”. “Hemos usado un montón de iluminación natural en interiores. Intenté crear esa especie de luz del atardecer, que también resuena en esas tonalidades doradas muy bien y encaja con la película Ektachrome que usábamos, creando una tonalidad y textura muy interesantes. Pero a nivel técnico, utilizamos luces de tungsteno muy tradicionales, nada de unidades modernas”.
Lo artesanal también domina en el manejo de la cámara. “Hay movimientos muy complicados, que requieren que se construyan los decorados en función de ellos, pero otras veces ha sido muy sencillo, con herramientas como cámaras normales y alguna grúa, pero nada de steadycam ni plataformas especiales ni nada así. Es una forma muy creativa y muy tradicional de grabar. Eso sí, sobre todo en la segunda temporada, cada movimiento de cámara estaba muy pensado y se hacía por un motivo”.
El rodaje de Euphoria es una combinación de preparación meticulosa e improvisación sobre la marcha. “En estos episodios queríamos ser más flexibles en cómo trabajábamos con los actores, darles más libertad y darnos más libertad a nosotros, explorar cosas en el terreno. Obviamente, hay partes que tienen que estar muy preparadas, había que construir decorados y eso se planea con meses de antelación. Es una combinación de estar preparado y estar dispuesto a lanzarse en el día de rodaje”, explica Marcell Rév.
Aunque con frecuencia se describa Euphoria como un retrato de la generación Z, para Rév en realidad no se trata de algo generacional. “Probablemente, para los adolescentes de hoy sí lo es porque se ven identificados. Pero creo que esas emociones exageradas y esos momentos vitales se dan en la vida de todo el mundo, es algo que todas las generaciones experimentan. La vida de repente se vuelve muy seria y al mismo tiempo puede cambiar mucho de un día para otro. Es un periodo muy intenso y muy abierto en el que tienes que digerir un montón de cosas en muy poco tiempo. Estás pasando a ser adulto, pero todavía no tienes la presión ni las restricciones de la edad adulta. Es un periodo con mucha carga emocional”, resume.
Si tuviera que quedarse con un momento de la serie del que esté especialmente orgulloso, tras pensar apenas un segundo, Rév elige el episodio séptimo de la segunda temporada por el lado técnico y, por el aspecto emocional, varias escenas del último episodio. “Solo son unos primeros planos, nada demasiado complicado técnicamente, pero me encanta esa escena. Es una secuencia con Elliot y Rue (Zendaya), donde Elliot canta una canción, me encanta la escena y cómo están los actores”.
Por sus palabras, parece que las secuencias con mayor carga emocional son más complejas para el director de fotografía que las que implican una coreografía milimetrada, al contrario de lo que podría pensarse. “No creo que haya escenas sencillas, para ser honesto. Todas son complejas por diferentes razones, y ahí está la belleza de esto. El episodio especial que se desarrollaba en un diner era básicamente dos primeros planos durante 50 minutos y no fue nada fácil. También grabamos episodios en los que la cámara está en constante movimiento, como el cuarto de la primera temporada, muy complejo técnicamente. Pero también es difícil hacer interesante dos primeros planos durante 50 minutos”.
En el trabajo del director de fotografía juegan un papel fundamental también los actores, como asegura Marcell Rév. “En realidad son la parte más importante de mi trabajo”, sentencia. “Ellos lo son todo. Obviamente, el guion de Sam [Levinson] es lo más importante, pero en el rodaje, todo lo que hacemos es para apoyar a los actores y la historia. Incluso en tomas muy complejas técnicamente y en las que tienen que seguir un montón de marcas, todo al final está pensado para construir los personajes y la historia. No solo tienen mucho talento, también son actores muy entregados, porque no es una serie fácil técnicamente. Zendaya es una líder increíble. Su dedicación y su trabajo… es una actriz con una capacidad de trabajo increíble”, remata.
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