Estrellas del cuplé haciendo calceta en el hotel Palace y otras anécdotas del ‘podcast’ ‘¡Ay, Campaneras!’
Lidia García da el salto a Podium Podcast con la segunda temporada de su espacio dedicado a mantener el legado de la canción española
A Lidia García le hace especial ilusión que haya sido un podcast el que le haya ayudado a mantener viva la historia de la copla, un género popularizado gracias a la radio. Su espacio sonoro ¡Ay, Campaneras! relata a las generaciones actuales las historias detrás de “las canciones que tarareaban nuestras abuelas mientras cosían o cocinaban”, cuenta. Siente que es una bonita forma de cerrar el círculo. “La radio fue también el medio que recuperó el cuplé, a través de los éxitos de Sara Montiel. Y a través de programas como Aquellos tiempos del cuplé, de Radio Madrid, que reunía a familias enteras a las tres de la tarde en torno a estas melodías”, recuerda sobre otro de los géneros que reivindica.
La albaceteña de 32 años, divulgadora que trabaja en la Universidad de Murcia, es una absoluta enciclopedia humana sobre las raíces de la canción española. Y es precisamente eso, la humanidad con la que cuenta anécdotas y triunfos de las estrellas musicales del pasado, la que ha hecho que su proyecto no pare de crecer. Esta semana dio el salto a Podium Podcast —parte de PRISA Audio, la plataforma transversal de PRISA, editora de este periódico—, donde estrena la segunda temporada de su ¡Ay, Campaneras!. Ha pasado de grabar una primera tanda de episodios durante el confinamiento, desde el baño de su casa y sin micrófono profesional, a hacerlo con todos los recursos técnicos necesarios desde los estudios de la SER en Murcia. Recupera así las letras de canciones que a menudo camuflaban durante el franquismo “cosas que no se podían expresar en voz alta y que por eso se cantaban”.
Para la foto de esta entrevista posa en el piano situado bajo la lujosa cúpula del hotel Palace de Madrid. Es el lugar que le conecta con una de las mujeres de las que va a hablar en las nuevas entregas de su podcast: Concha Piquer. La cantante vivió hace casi un siglo en una de sus suites, explica García. Fue tras su triunfal regreso del Broadway neoyorquino, justo antes de que se convirtiera en una de las grandes de la canción española. La artista había abandonado el barrio valenciano de Benicalap siendo una niña para triunfar en Estados Unidos y fue en este hotel donde, a su vuelta a España, tuvo que aprender castellano. “Raquel Meller, otra superestrella famosísima de entonces, también se quedaba aquí cuando pasaba por Madrid. Le gustaba bajarse a la recepción a hacer calceta”, comenta García, entre risas. Este chascarrillo se lo ha contado la octogenaria cantante Lilián de Celis, una de las pocas supervivientes de la época que pueden aportar un testimonio directo. Con ella ha hablado García para uno de los próximos capítulos del podcast.
El origen de ¡Ay, Campaneras!, antes de grabarse en ese cuarto de baño, fue un formato narrativo igualmente novedoso. Comenzó en forma de hilos de Twitter, que se componen de una retahíla de mensajes cortos en la red social. Desde su cuenta @thequeercanibot, educaba a sus seguidores desde el humor sobre la historia de la copla, el cuplé y la zarzuela. En ellos, García ya imprimía a su análisis un enfoque deliberadamente feminista, obrero y cercano a la comunidad LGTBI+.
Qué tipo de amiga eres Folclóricas edition:
— Lidia García 🌈the queer cañí bot💃 (@thequeercanibot) April 1, 2019
Además de en audio, la divulgadora también ha recopilado en un libro las “historias detrás de estas canciones pobladas de transgresiones femeninas”. La autora presentó la semana pasada en Madrid junto a la cantante Diana Navarro este texto, que ha publicado Plan B (Penguin Libros). Se titula como el podcast y cuenta anécdotas como que Chaplin robó la música de La violetera para una de sus películas más famosas, Luces de ciudad (1931). Y que el filósofo alemán Friedrich Nietzsche dijo que “lo más fuerte” que había oído en su vida fue una zarzuela de Federico Chueca y Joaquin Valverde, La Gran Vía (1886).
En su playlist personal ocupa un lugar especial el tema Se dice, de la Piquer. “Se grabó antes de la Guerra Civil, a principios de los años treinta. Si lees la letra, entiendes cómo era la España del momento. Dice: ‘Amar, yo quiero amar con libertad / Porque nací mujer / Para querer / Y hacer mi santa voluntad’. Imagínate lo complicado que sería que cantara algo así pocos años después”.
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