“Es algo inesperado y grande”: Así será la nueva serie de los creadores de ‘Dark’ con Miguel Bernardeau
El actor adelanta ‘1899′, una historia de inmigrantes cuyo rodaje empieza esta semana
Miguel Bernardeau formará parte del elenco internacional de la nueva producción para Netflix de Baran bo Odar y Jantije Friese, los creadores de la popular serie alemana de misterio y viajes en el tiempo Dark. 1899, cuyo rodaje está a punto de comenzar, es un drama histórico y de suspense que sigue a un barco lleno de migrantes de diferentes países rumbo a América desde Europa. Cada pasajero tiene sus motivos para querer dejar sus vidas atrás, e intentar cumplir sus sueños para el nuevo siglo en el extranjero. Cuando descubren otro barco de inmigrantes a la deriva en el mar, todo da un giro inesperado que convertirá su viaje hacia la tierra prometida en un enigma que conectará el pasado de cada uno de los pasajeros a través de una complicada red de secretos.
“Al principio parece que la serie va de una cosa y luego va de otra muy diferente, más inesperada y grande. Es un proyecto muy ambicioso, son gente que hace este tipo de ciencia ficción muy bien, como hemos visto en Dark. Es muy interesante verles trabajar”, describe Bernardeau (Valencia, 24 años). “Es muy poco lo que puedo contar, me han enviado un documento con lo que puedo decir, y si cuento más me van a echar una bronca…”.
De lo que sí habla con más libertad es de los estudios berlineses en los que se rodará la serie durante los próximos siete meses, los míticos Babelsberg. “Me regalaron un libro donde cuentan su historia”, cuenta, tras detallar las películas que se han grabado ahí (desde Nosferatu a El pianista) o que fue el lugar donde se originaba de la propaganda nazi. Será la primera vez que se ruede con el sistema de LED Volume, un set de rodaje virtual construido a medida que permite capturar planos con complejos efectos visuales a partir de decorados y localizaciones virtuales creados con tecnología habitual en los videojuegos. Esta nueva tecnología servirá de apoyo a un elenco con actores de Reino Unido, Alemania, Francia, Dinamarca, China, Polonia, Bélgica y España, entre otros, que en la serie hablarán cada uno en su lengua materna. Tras los ocho episodios que preparan ahora, el plan es que lleguen más temporadas que desarrollen lo que se plantea en esta primera tanda.
En estos días, Barnardeau compagina el comienzo de este rodaje con la grabación de una película con el director Javier Marco, y ya ve aproximarse el estreno de la cuarta temporada de Élite (18 de junio), que lanzó al estrellato a este joven que desde pequeño se había empapado de las bambalinas de la industria audiovisual. Hijo de la actriz Ana Duato y el productor Miguel Ángel Bernardeau (uno de los máximos responsables de Cuéntame cómo pasó), reconoce que al principio la fama se le hizo cuesta arriba. “Me costó pero si te es fácil, es que eres raro. Es algo que tienes que saber gestionar. Antes la gente no te miraba tanto, no te pedían fotos. Y al mismo tiempo es muy bonito porque en pocos trabajos la gente te para por la calle para decirte lo que le ha gustado o cómo se ha emocionado con lo que has hecho. Tienes que convencerte y ver lo positivo, porque lo tiene. Como ya estoy aquí, pienso que es muy positivo, aunque tampoco tengo otra”, explicaba el martes pasado sentado en la terraza de una cafetería madrileña.
1899 será un proyecto muy diferente a Élite, y los dos son muy distintos a otras series en las que Bernardeau está involucrado: Todo lo otro, creada por Abril Zamora (una de las guionistas de Élite), y Playa Negra, con el mundo del surf como fondo. ¿Es una decisión intencionada para abrir su abanico de posibilidades? “No me siento encasillado, las cosas que han venido después no son por una planificación mía de buscar una carrera que no toque los mismos palos. Yo leo un proyecto y si me gusta y quiero hacerlo, lo hago. La gente no entiende que cuando entramos en Élite no sabíamos en lo que se iba a convertir. No había un plan de ‘voy a ser conocido y luego voy a hacer esto y lo otro’. Los actores normales hacemos lo que nos llega y, con suerte, lo harás lo mejor que puedas y les gustará”.
Ofertas no le faltan de momento. “Pero yo no diría que tengo tanto trabajo como para poder elegir. Mi mayor miedo es que no me llamen”. ¿Y estaría preparado en caso de que llegue ese momento? “Puf, sí, pero ahora mismo no lo veo. Lo puedo ver, pero me estoy concentrando en lo que estoy, la película y la serie. Si me dejan de llegar cosas, tengo muchos hobbies, y no tendría problema en hacer un año recorriendo el mundo haciendo surf, conociendo gente, yendo a diferentes lugares, escuelas de interpretación… Esperemos que me vaya bien y tarde en eso, no me gusta pensarlo”.
Ese cuidado para no pisar terreno resbaladizo reaparece cuando se toca el tema de las redes sociales. Sin Twitter ni Facebook, y en Instagram más por obligación que por devoción, Bernardeau les ve más peligros que ventajas. “Twitter no lo soporto. ¿Sabes ese tipo de personas que se esconden detrás de un teléfono y comentan e insultan y hacen mucho daño a gente que no está en su mejor momento? Eso no lo respeto nada. He visto mucha gente muy dolida por las redes y en un círculo vicioso muy tóxico. Es crear odio por odio, y en Twitter muy pocas veces la gente se mete para decir cosas buenas. Eso es la guerra, y yo no quiero tener guerra, quiero tener paz. Con Instagram es guay compartir cosas y lanzar mensajes que te importan, pero al mismo tiempo tienes un feedback constante que puede crearte una adicción que a mí no me viene bien. Es una relación que me cuesta. Lo veo como parte de mi trabajo. Me gustaría que la gente me viera solo por lo que estoy haciendo, en cine o televisión. Yo me dedico a eso y ya está”, reflexiona.
Bernardeau quiere explorar la industria audiovisual más allá de la interpretación. “En unos años espero verme trabajando tanto en España como en Estados Unidos en proyectos que me gusten y poder elegir, y al mismo tiempo, impulsar otros proyectos, sacar adelante ideas de gente joven y no tan joven. Apoyar nuevas ideas y nuevos conceptos. Espero tener ese poder y músculo de producción para apoyar proyectos que no sean míos y no sean solo para mí”. ¿Una combinación entre el trabajo de sus dos progenitores? “Sí. El trabajo del productor es muy complejo, pero quiero que sea algo natural y si surge, guay. Si no, no pasa nada. Pero creo que está surgiendo”, concluye.
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