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Rosa María Mateo define ‘Las cosas claras’ como un espacio de “infoentretenimiento”

La corporación justifica en el Senado encargar el programa presentado por Jesús Cintora a una productora privada

Una imagen de Jesús Cintora distribuida por TVE.
Una imagen de Jesús Cintora distribuida por TVE.Raul Tejedor (TVE)
Rosario G. Gómez

El programa Las cosas claras que TVE estrenó la semana pasada semana en su primer canal, ha sido la diana de los ataques lanzados el jueves en el Senado por los representantes del PP y de Vox en el seno de la comisión de control parlamentario de RTVE. Ambos grupos acusaron a la corporación de “beneficiar a productoras amigas”, de alentar “el negocio de la manipulación informativa” y de poner en marcha una “Sexta 2”. En su defensa, la administradora provisional única, Rosa María Mateo, insistió en que el espacio presentado por el periodista Jesús Cintora y realizado por la firma privada La Coproductora, es un programa de “infoentretenimiento”, en el que se incluyen “contenidos de actualidad a través a través de la opinión, el debate y la entrevista y contenidos de entrenamiento”.

La consideración de Las cosas claras como un programa de entretenimiento es una cuestión clave. La ley de RTVE contempla que la corporación “no podrá ceder a terceros la producción y edición de los programas informativos y de aquellos que expresamente determine el mandado marco”. Encuadrarlo dentro del ámbito informativo implicaría una clara vulneración de la ley, pero Mateo ha incidido durante su comparecencia en que es un magacín de actualidad informativa. “No es un programa informativo. Por eso no estamos obligados a que sea cien por cien de producción interna”.

Para apoyar su argumentación, Mateo recordó el precedente de Así de claro, un debate conducido por el periodista Ernesto Sáenz de Buruaga en 2015 que se situaban también en la frontera entre el área de informativos y de magacines. La sección sindical de UGT denunció entonces al ente público ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que finalmente dio la razón a la cadena. Tras visionar el contenido del programa, del que apenas se emitieron tres ediciones, el organismo regulador consideró que si bien Así de claro “versa sobre noticias de interés público, el tratamiento difiere al que realiza un telediario o un boletín de noticias, dado que los temas tratados se abordan desde una perspectiva diferente a una mera exposición de hechos”.

Para la máxima responsable de RTVE, Las cosas claras es un programa de producción mixta, en el que colaboran la televisión pública y una empresa privada, un modelo que ha comparado al empleado en Aquí la tierra, La hora de La 1, Lazos de sangre o MasterChef. ”Al poner en marcha una producción con la colaboración de una productora externa se analiza la disponibilidad e idoneidad de los recursos de la corporación”, según Mateo, que desgranó la aportación de La Coproductora en Las cosas claras:director, presentador, contertulios, reporteros, redacción, equipos ENG, grafismo, realidad aumentada, edición de vídeo, escenografía, cabeceras y rótulos. A su vez, la cadena pública aporta plató, medios técnicos y personal de operación de plato, equipo de realización, de producción de medios, documentación y material audiovisual, director adjunto y despachos de producción.

En su intervención, la diputada popular Macarena Montesinos insistió en que el programa era fruto de “una orden” de La Moncloa para “beneficiar a productoras amigas”. Y recordó que su estreno, el lunes 16, fue acompañado por una protesta de los trabajadores de RTVE, que por un día hicieron llamamiento a vestir de luto, en referencia a la protesta de los viernes negros contra la manipulación informativa durante la etapa de gestión del PP. Además, varios sindicatos presentaron una denuncia ante la CNMC y los periodistas de la televisión tildaron de “muy grave” la decisión de externalizar el programa bajo el pretexto de que falta personal y cuestionaron que se hayan contratado las tareas de chequeo de las de noticias al equipo de Maldita Hemeroteca en lugar de encomendar esta función a Verifica RTVE.

Para justificar esta decisión, Mateo sostuvo que en la corporación faltan profesionales “con perfiles del siglo XXI” y explicó el caso de Verifica RTVE, el departamento dedicado a la comprobación de informaciones y desmantelamiento de bulos, que en los últimos meses ha puesto el foco en la propagación de falsedades sobre la pandemia. Según los datos que ha facilitado la responsable del grupo estatal, este departamento no cuenta con el personal necesario. En las tareas de verificación trabajaban cinco personas, cuatro de las cuales, han dejado el área porque, en opinión de Mateo, “exige una dedicación tan plena que agota a cualquiera”.

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