Las mejores series de 2020... hasta ahora
Un repaso a algunos de los títulos televisivos imprescindibles de los seis primeros meses del año
Está siendo un año raro para todo y para todos, y también para las series. Títulos que ya deberían haberse estrenado están todavía a la espera de ser rematados. Los planes de algunas temporadas han saltado por los aires por la suspensión de los rodajes por la pandemia. De todas formas, a pesar de esas alteraciones forzosas, la cantidad de producción de los últimos años ha asegurado el suministro de ficción televisiva durante estos meses. Nosotros, para seguir la tradición, y llegado el ecuador del año, echamos la vista atrás para repasar la salud de la cosecha 2020 de series.
Como recordamos siempre en estos casos, estas listas son subjetivas e inevitablemente injustas. Esta se basa en lo que su autora ha podido ver, solo incluye series estrenadas en España antes de su publicación y está elaborada siguiendo criterios personales. Por eso, muchas que podrían merecer estar aquí se han quedado fuera. De algunas no se ha visto todavía lo suficiente para poder incluirlas (Veneno, Podría destruirte…). Si lo merecen, entrarán en futuras listas. En cualquier caso, esta recopilación sirve para recordar algunas de las grandes series vistas en estos primeros meses y como recomendación para el verano que acaba de arrancar. De momento, estas son las mejores series de lo que llevamos de 2020.
Better Call Saul
La que posiblemente haya sido la mejor temporada de la serie, la quinta, ha dejado unos firmes cimientos para la tanda final, la que debería dar carpetazo al universo de Breaking Bad. En muchas cosas, este spin off ha superado a la serie madre, y lo ha hecho desde su propia identidad y con personajes, como Kim (qué evolución tan maravillosa), que merecen un puesto en el altar seriéfilo. Esta ha sido la temporada en la que Jimmy se ha convertido en “amigo del cartel” a través de un villano inquietantemente turbio, Lalo Salamanca, y en la que los diferentes caminos paralelos por los que transcurría la historia han empezado a confluir. Una serie cuidadísima en el fondo y la forma. El capítulo con Jimmy y Mike en el desierto es, sin duda, una de las mejores horas televisivas del año. (En Movistar +).
Lo que hacemos en las sombras
La divertidísima comedia sobre un grupo de vampiros que comparten piso fue una de las grandes revelaciones del año pasado. En su segunda temporada incluso han subido un poco el listón con su humor absurdo sin más pretensiones que hacer pasar un rato genial a quien está al otro lado de la pantalla. Que haya llegado en pleno confinamiento puede que haya sido un extra para una serie que es siempre un soplo de aire fresco con su genial mezcla de las cosas más cotidianas y los clichés sobre el vampirismo. Brillantes Guillermo en su recién descubierta nueva identidad y Colin y sus diversas formas de dar salida a su vampirismo emocional. Y también genial Jackie Daytona y su palillo. (En HBO España).
Mira lo que has hecho
Es un ejemplo de metaficción muy bien hecha. Y de cómo rizar el rizo una y otra vez con inteligencia, aprovechando la complicidad del espectador y yendo siempre un paso más allá de lo que se podía prever. La comedia (o dramedia, o lo que sea) de Berto Romero sobre cosas tan universales como ser padre y ser hijo ha cerrado su recorrido de forma brillante haciendo lo que ya había demostrado que sabía hacer y haciéndolo, de nuevo, muy bien. La pena es que la que posiblemente sea la mejor serie de Movistar + ya haya terminado. Lo mejor es que lo ha hecho en plena forma y con una temporada para enmarcar. (En Movistar +).
Better Things
La serie creada y protagonizada por Pamela Adlon ha tomado altura en su cuarta temporada. Desde el principio, la trama (en ocasiones a modo de escenas cotidianas sueltas; otras veces con mayor continuidad) ha girado en torno a la maternidad, el paso del tiempo, el amor, la presión social, la identidad o la familia. Según han ido creciendo las hijas de la protagonista, los temores por el paso del tiempo y la soledad se han ido intensificando en Sam (nombre del personaje que interpreta Adlon). La serie muestra esos miedos en unas ocasiones de forma cuidadosa y poética y en otras de forma más mundana. Pero siempre con una interesante y potente mirada muy personal. (En HBO España).
La unidad
La combinación de acción, momentos cargados de adrenalina y las consecuencias de un trabajo al límite en las vidas personales funciona muy bien en esta potentísima producción sobre los policías españoles que trabajan en la lucha contra el terrorismo yihadista. El resultado, compactado en seis tensas horas, está a la altura de las mejores series internacionales sobre terrorismo y engancha rápidamente, sobre todo por el lado de la acción. Además, tiene la escena más impactante en años en las series españolas. (En Movistar +).
Evil
Entretenida e inteligente, esta creación de Robert y Michelle King (responsables de The Good Wife y The Good Fight y presentes por partida doble en esta lista) se vale del formato procedimental del caso por capítulo para ir desenmarañando tramas de largo desarrollo sobre las que los guionistas van dejando pistas a lo largo de toda la temporada sin que el espectador sea consciente. Una psicóloga forense ayuda a un seminarista que trabaja como asesor para la Iglesia católica y a un contratista a investigar casos de supuestas posesiones demoníacas. La combinación de suspense y humor funciona perfectamente en una serie que analiza el mundo actual desde la ironía y lo sobrenatural. (En Syfy).
Mythic Quest: Banquete de cuervos
Las sitcoms ambientadas en el lugar de trabajo es un clásico de la televisión que de vez en cuando da grandes resultados. En este caso, el lugar de trabajo es el equipo creativo, de desarrollo y comercial de un videojuego en línea. Entre sus personajes están un ególatra director creativo, una ingeniera técnica que se siente infravalorada, las testadoras del juego o el responsable de la narrativa, un escritor ganador del premio Nébula en los setenta y que ahora no entiende nada de la vida moderna. El resultado, una especie de mezcla entre la irreverencia de Silicon Valley y el frikismo de Community, vuela alto casi desde el principio hasta el genial episodio especial que lanzaron durante el confinamiento. (En Apple TV+).
El visitante
La adaptación de la novela de Stephen King consigue crear una atmósfera inquietante y oscura muy lograda que se ve acompañada por un ritmo pausado. La trama arranca con el asesinato de un niño y la posterior investigación del crimen, pero la cosa se complica rápidamente cuando se descubren cosas raras, como que el principal sospechoso del caso parece haber estado en dos lugares al mismo tiempo o la posible relación de este asesinato con otros en circunstancias parecidas. Si se tiene paciencia con su ritmo lento (y con la pequeña caída de la recta final), el espectador es premiado con una historia que refleja muy bien cómo el mal se puede colar por cualquier resquicio. (En HBO España).
El Ministerio del Tiempo
La serie de TVE regresó dos años y medio después con una cuarta temporada que llegó justo en pleno confinamiento, cuando más se la necesitaba, y recuperando ese espíritu de la aventura semanal que tan bien le sentó en sus comienzos. En sus ocho capítulos ha habido tiempo para recuperar sus característicos guiños a la realidad y sus gags, reivindicar figuras históricas olvidadas y poner en el centro de la trama a científicos, cineastas o pintores, porque la historia no solo la hacen los reyes y los políticos. Incluso ha habido tiempo para echar un vistazo a nuestro futuro, y da bastante miedo. (En RTVE.es a la carta y en HBO España).
Dark
Los viajes en el tiempo tienen aquí un enfoque muy diferente, más filosófico que como cauce para las aventuras. Dark no ha puesto las cosas fáciles a los espectadores en sus tres temporadas, con una trama que se iba enrevesando cada vez más con cantidad de personajes en diferentes momentos de sus vidas y cruces de relaciones casi imposibles de seguir. La tercera temporada (que acaba de estrenarse pero algunos habíamos podido ver ya al completo) riza más todavía el rizo, va más allá y, a la vez, vuelve sobre la historia ya vista. Sin embargo, se las apaña para que el final sea fácil de entender (posiblemente, lo más sencillo de toda la serie), emocional y satisfactorio tras ocho capítulos que explotan muy bien las posibilidades de la historia y de esos giros de guion que, a pesar de que el espectador sabe que pueden quedar anulados un minuto después, no por ello perdían eficacia. (En Netflix).
The Good Fight
Esta temporada ha quedado truncada por la crisis sanitaria y nos hemos quedado sin tres episodios previstos y con un final que no era el planeado. Aun así, ha sido una gozada, de nuevo, desde aquel primer capítulo en el que Diane Lockhart vivía en un mundo paralelo en el que Hillary Clinton era la presidenta de Estados Unidos y el Me Too no había tenido lugar, hasta un último episodio centrado en Jeffrey Epstein (justo en el momento en el que Netflix acababa de estrenar una serie documental sobre el personaje) y con un sorprendente final. Nos podríamos repetir hablando de sus guiones, su inteligencia, su estilo… Pero a estas alturas no es necesario. (En Movistar +).
Mrs. America
Puede haber muchas historias sobre el feminismo, pero pocas contadas desde este punto de vista, el de la mujer que se opuso a las intelectuales que lideraron la segunda ola feminista. Y menos aún que lo hayan hecho con un reparto tan espectacular como el de Mrs. America. Aunque la serie, que pone el foco en cada capítulo en un personaje diferente, resulta demasiado fría en algunos momentos y cuesta conectar con la historia (que a veces cuesta seguir porque da muchas cosas por sabidas), consigue ir a más según avanza. Lo que es indudable es que cuenta con un gran trabajo interpretativo y que actrices de otras series van a tener complicado colarse en la categoría de actrices de reparto en miniseries. (En HBO España).
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