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Columna
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De la Florencia luminosa a la Sevilla oscura

‘Los Medici’ y ‘La peste’ recrean desde miradas distintas ese pasado de gestas y miserias en que sabíamos que éramos frágiles

Cartel de 'Los Medici'. En vídeo, el tráiler de la serie.
Ricardo de Querol

Son días propicios para el atracón de serie histórica, esa que nos lleva a un tiempo de gestas y miserias en que los humanos éramos conscientes de nuestra fragilidad ante cualquier plaga o guerra, sin esa falsa seguridad en que vivíamos hasta anteayer.

Península itálica, siglo XV, el Renacimiento: Los Medici, señores de Florencia. España, el XVI casi XVII, Siglo de Oro: La peste. Escenarios impactantes. Las dos en Movistar+. Fin de las coincidencias.

En Los Medici todo es palaciego y luminoso. Vemos levantarse la Catedral de Florencia, conocemos a Botticelli, Miguel Ángel y Leonardo apadrinados por la dinastía de banqueros-políticos-papas. Visitamos el tiempo en que las ciudades estado italianas, con Florencia a la cabeza, dieron un impulso crucial a la cultura (y al capitalismo) tras muchos siglos de oscurantismo (y feudalismo). Todo ello entre intrigas, conflictos y asesinatos. La coproducción internacional obligó a que los toscanos hablaran inglés, cosas de la globalización.

Fotograma de la serie 'La Peste'. En vídeo, el tráiler.

La peste se fija en los arrabales, en los parias, bandidos y prostitutas de los márgenes de la Sevilla que era capital del comercio con las Indias. Sale la Giralda, y algún palacio, pero el foco está en las desdichadas vidas del pueblo llano. Menos tenebrosa la segunda temporada, eso sí. Aquí se habla con acento andaluz, es el de hoy, pero resulta más creíble.

No nos precipitemos a comparar una visión orgullosa del pasado en Italia y una leyenda negra sobre España. Había dos historias que merecían contarse, una de élites y otra de perdedores, un biopic y un thriller, Maquiavelo y Dickens. Una persigue la belleza y la otra, un realismo que puede doler. No, cualquier tiempo pasado no fue mejor. Esto que nos pasa ya había pasado. Solo que no nos creíamos invulnerables.

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Sobre la firma

Ricardo de Querol
Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).

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