_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Hugh Laurie, armas y champán

‘The Night Manager’, una joya escondida, nos muestra a un traficante de la muerte que vive a todo lujo. Es tan creíble el actor que cuesta no estar de su lado

Hugh Laurie y Elizabeth Debicki en un instante de la serie 'The Night Manager'.
Ricardo de Querol

Los menús de entrada a las plataformas de televisión son cocinados para ti por una inteligencia artificial. Por eso cuando acabas una serie te recomienda más de lo mismo. Si viste una de ciencia ficción, prepárate para batallas galácticas y androides. Si una histórica, o policial, toma otra. No es eso: lo inteligente sería ayudarnos a ensanchar nuestros gustos.

Tuve que bucear mucho en Amazon Prime Video para dar con una delicia de 2016: The Night Manager, mal traducida como El infiltrado,una historia de John le Carré. Tenemos a Tom Hiddleston como un exsoldado-recepcionista de hotel-agente secreto, y a Hugh Laurie como un traficante de armas en cuya banda se cuela el primero. Un triángulo amoroso con Elizabeth Debicki, la convincente jefa de espías Olivia Colman y un castizo Antonio de la Torre completan una trama que se detiene en Mallorca y en Madrid, como en El Cairo, Londres y Estambul.

Todo es refinado y lujoso alrededor de Laurie, que solo bebe champán del bueno. Siento un conflicto moral: me creo tanto al actor, como al Sherlock Holmes médico que interpretaba en House, que tiendo a estar de su lado aunque sea el mal. La serie se fija también en las cloacas estatales. Y vemos que en el macabro negocio del armamento no todo está fuera de la ley.

El personaje de Laurie sabe bien quién y cómo usará su mercancía, no como los países que cerramos los ojos a lo que hagan los tiranos con la nuestra. Las víctimas están lejos y las fábricas aquí, esperando pedidos. Cuentan que las guerras se enfrían por el coronavirus, para alivio fugaz de quien soporta tiros, cohetes y bombas. Me temo que nada detendrá el mercado de la destrucción.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ricardo de Querol
Es subdirector de EL PAÍS. Ha sido director de 'Cinco Días' y de 'Tribuna de Salamanca'. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y la mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_