Por qué he decidido instalar (y controlar) mi propia alarma en casa. Esta es mi experiencia
Con distintos sensores, panel de control, cámara y sirena, este tipo de sistemas de seguridad se controlan desde el móvil a través de una app, que también envía avisos en caso de intrusiones
Durante el pasado año se produjeron más de 86.000 robos con fuerza en domicilios en España, según los datos del Balance de Criminalidad presentado por el Ministerio del Interior en el último trimestre de 2022. Una cifra que supone un aumento del 14,3% con respecto a 2021. Así que son muchos los usuarios que aprovechan para contratar, antes de las vacaciones de verano, una alarma en casa que les dé tranquilidad cuando no estén. Pero no todo el mundo quiere estar sujeto a un contrato con cuota mensual para vigilar su hogar, y las tradicionales empresas de seguridad no son la única opción: ya hay muchas compañías tecnológicas que han diseñado sistemas similares, en cuanto a componentes, que se instalan fácilmente y se controlan desde el móvil, y además no requieren de una suscripción adicional: Xiaomi, Eufy Security, Somfy o Ring. Es el kit de alarma de esta última marca el que hemos probado, para constatar si estos productos son una alternativa real, cómo es la instalación y qué opciones ofrece.
La mayoría de estos kits, y el de Ring no es una excepción, son escalables. Es decir, hay combos con determinado número de componentes que se pueden ampliar luego con más sensores y dispositivos para adaptarse a las necesidades de cada hogar. El que he probado está compuesto por cinco piezas (estación base, teclado, sensor de contacto, detector de movimiento y extensor de alcance), a los que he añadido una cámara.
El primer paso para su instalación es descargarse la aplicación Ring y crear una cuenta. El proceso implica poner nombre, localización, dirección de correo electrónico y contraseña. Superado este punto, aparece un panel de control desde el que es posible ir añadiendo los dispositivos uno a uno. Es muy sencillo y todo está explicado con detalle paso a paso: no lleva más de 10 minutos.
A continuación, es el momento de colocar en su ubicación definitiva todos los componentes: la estación base, que funciona a modo de centro del sistema e incluye una potente alarma, la he colocado sobre un mueble y está conectada por wifi a la red de la casa (también puede hacerse por cable); el teclado, que facilita la conexión y desconexión de la alarma sin tener que recurrir al móvil, junto a la puerta de entrada, sobre el recibidor (también hay opción de colocarlo en la pared); el sensor de contacto en la puerta de la terraza para que me avise si se abre (pegado con el adhesivo que incorpora); el detector de movimiento en el recibidor, también pegado en la pared; el extensor de alcance conectado a un enchufe en el mismo espacio, para mejorar la conexión entre los distintos aparatos; y la cámara, sobre un mueble en el salón, que es espacio de paso para las habitaciones. Tanto la estación base como la cámara, además del extensor, funcionan conectados a la corriente eléctrica; el resto de componentes va a pilas.
Tiene tres modos de uso. El primero de ellos es Desarmado, que como su nombre indica, es el que está activo cuando estamos en casa. Al salir, se cambia a Fuera, pulsando un acceso directo en la app o con el teclado: al hacerlo, hay un minuto para salir antes de que salten las alarmas. En este caso, en todo momento se puede ver desde la app la imagen en directo de la cámara, comprobar que todos los dispositivos están activos, consultar el historial de eventos, etc. Hay un tercer modo, Casa, que mantiene los sensores de puertas y ventanas activos aunque estés dentro. Pero, personalmente, no le he encontrado gran utilidad ni le he dado uso.
Un detalle más: el control de la app no se limita a una única persona: es posible dar permisos a otras (con sus propios códigos de acceso) para que gestionen el dispositivo por sí mismas.
Apertura de la puerta, de la ventana…
Una vez instalado el kit y comprobados sus tres modos, ¿qué permite exactamente esta solución? En esencia, si detecta cualquier movimiento o apertura de la puerta o ventana en la que están instalados los sensores, llega una notificación al móvil (en tiempo real) que avisa del incidente. Y si en unos segundos no se ha desactivado la alarma, desde la app o con el código numérico en el teclado de la puerta, comienza a sonar la sirena. El sonido es lo suficientemente fuerte para alertar a los vecinos, si la vivienda está en un edificio.
Tras haber probado durante semanas este conjunto y haber tenido, en el pasado, contratada una alarma con un proveedor de este tipo de servicios, puedo afirmar que estoy totalmente satisfecha con esta otra solución, de control propio y directo, y no volvería atrás. Los componentes son muy similares y la mayor diferencia es que, si hay cualquier problema, antes recibía una llamada informándome de la situación; y ahora puedo comprobarlo por mí misma y tomar las medidas oportunas.
Además, un aspecto que me ha gustado mucho es que, si hay cualquier corte de luz mientras el sistema de seguridad está funcionando, no se apaga. Llega un aviso informando del evento y de que la alarma comienza a funcionar con un sistema de alimentación de emergencia, que da margen suficiente (24 horas) para comprobar qué está pasando y llamar en caso necesario a la policía.
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