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Bruselas exige a Apple que abra los sistemas operativos de los iPhone y los iPad

La Comisión Europea pone en marcha dos expedientes para la tecnológica facilite a los competidores la compatibilidad de los productos

Sistemas operativos de iPhone e iPad
Un logo de Apple en los exteriores de una tienda de la empresa en Lille (Francia).STEPHANIE LECOCQ (REUTERS)
Manuel V. Gómez

Bruselas ha dado un paso más para forzar a Apple a facilitar la compatibilidad de los sistemas operativos que usan los iPhone y los iPad con aplicaciones y dispositivos fabricados por otras empresas y desarrolladores informáticos. La Comisión Europea ha puesto en marcha dos procesos con el que pretende especificarle al gigante tecnológico qué medidas debe aplicar para que iOS y iPadOS puedan ser interoperables con los productos de otras compañías. Estos expedientes, pues en marcha de oficio por el departamento de Competencia del Ejecutivo de la UE, se rigen por el reglamento de los mercados digitales (DMA, por sus siglas inglesas) que impone obligaciones adicionales a las grandes empresas tecnológicas para garantizar la libre competencia.

Con el primer procedimiento, lo que quiere Bruselas es hacer compatibles los dispositivos fabricados por otras empresas con el sistema operativo iOS. Es decir, Competencia pretende que los iPhone puedan comunicarse con relojes digitales o auriculares. “La Comisión pretende especificar cómo proporcionará Apple una interoperabilidad efectiva con funcionalidades como las notificaciones, el emparejamiento de dispositivos y la conectividad”, aclara el comunicado emitido por la Comisión. En el segundo, el objetivo es dar transparencia para que los desarrolladores de aplicaciones puedan presentar solicitudes de interoperabilidad con los dos sistemas operativos de los dispositivos de Apple (iOS para iPhone y iPadOS para iPad), apunta el mismo texto, que viene a decir que es importante que haya seguridad y predecibilidad para que terceras empresas puedan innovar con garantías.

A partir de ahora se abre un plazo de seis meses. Al final de este, la Comisión explicará a Apple sus conclusiones y le expondrá qué medidas deberá adoptar para cumplir con la norma. En este procedimiento, los competidores de la empresa afectada tienen derecho a participar presentando sus propias observaciones. Además, dar este paso, aclara el departamento de Competencia, no excluye que no pueda haber multas.

En su reacción, el gigante tecnológico californiano viene a decir que, en su opinión, la empresa ya hecho todo lo necesario para adaptarse a las obligaciones que le impone la DMA. Señalan que ya han creado 250.000 interfaces “que a los desarrolladores crear apps [aplicaciones] que acceden” a los sistemas operativos. “Para cumplir con la DMA, también hemos creado formas para que las apps de la Unión Europea soliciten interoperabilidad adicional con iOS y iPadOS, protegiendo al mismo tiempo a nuestros usuarios”, abunda.

En lo referente al sistema operativo iOS, el que utilizan los iPhone, Apple debería haber cumplido con todas las obligaciones que impone la DMA el pasado 7 de marzo, seis meses después de haber sido designado como un gran operador de mercado. No lo hizo a la luz del posterior movimiento de la Comisión, que le abrió expediente a la tecnológica. No fue la única, también empezaron investigaciones sobre Alphabet, Amazon y Meta. En el caso del iPadOS, el plazo para comprar con las medidas adicionales de la DMA concluye el próximo 30 de octubre, puesto que fue designado como un actor destacado del mercado en abril.

Fuentes del sector y comunitarias señalan que Apple es una de las empresas tecnológicas que más reticencias están mostrando a la hora de aceptar de buen grado las nuevas obligaciones adicionales que contiene la DMA para las grandes empresas del sector. Esta norma lo que viene a hacer es revertir la carga de la prueba para evitar lo que ha venido pasando hasta ahora en las investigaciones de Competencia sobre abusos de mercado por los mayores actores del mercado en el sector digital: desde que se comenzaba una investigación hasta que se concluía (con sanción, con medidas compensatorias o con un menú de ambas), el mercado había cambiado completamente y el objetivo inicial ya no tenía efecto real.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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