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Sonido inmersivo: la tecnología que te transporta a un estadio o un auditorio

Sistemas como Dolby Atmos, que permiten jugar con voces, instrumentos y coros para simular que vienen de distintas direcciones, saltan de las salas de cine a múltiples dispositivos

Isabel Rubio
El músico y mezclador de sonido Mikel Fernández Krutzaga en una demo en el estudio de grabación Best Digital (Madrid).
El músico y mezclador de sonido Mikel Fernández Krutzaga en una demo en el estudio de grabación Best Digital (Madrid).I. R.

La pandemia de coronavirus puso en vilo al mundo del deporte. De los Juegos Olímpicos a la ATP pasando por Fórmula 1 y la Eurocopa. Tras tres meses de parón y con la progresiva vuelta a la normalidad, el fútbol fue uno de los primeros deportes en volver. Pero el regreso a los terrenos de juego en junio fue atípico. La ausencia de aficionados en los estadios dejaba un fútbol vacío. Sin un ápice de la emoción que se respiraba entre los cánticos y vítores de miles de aficionados. La solución no tardó en llegar. Los partidos de LaLiga podrían verse con sonido de gradas grabado en el campo y con espectadores generados por ordenador.

Este acontecimiento puso todas las miradas en el sonido, que devolvió la emoción al fútbol. “La gente ha tomado conciencia y se ha dado cuenta de que lo que antes se oía genial pasó a parecerse a un partido de colegio”, comenta Javier Foncillas, vicepresidente de Dolby Europa. La industria audiovisual lleva años intentando conseguir un sonido envolvente que sitúe al oyente en el medio de la acción. Es precisamente lo que pretende la tecnología Dolby Atmos, que ya se utiliza en Inglaterra para retransmitir algunos partidos de fútbol, cuenta Foncillas. El objetivo es transportar al espectador a las gradas del estadio. Que los cánticos de los aficionados le rodeen y que los cambios de jugadores anunciados por los altavoces del estadio vengan desde arriba.

La tecnología Dolby Atmos no es nueva. Primero se desarrolló en el mundo del cine. Fue utilizada por primera vez en 2012 en la película de animación de Disney Brave. Luego se implementó para home cinema y a día de hoy está presente en todo tipo de dispositivos: televisores, altavoces, barras de sonido, portátiles y gran parte de los últimos smartphones lanzados al mercado. Más allá del mundo del cine, Dolby Atmos dio el salto a la industria de la música el año pasado. Grupos y artistas de renombre como ColdPlay, Lady Gaga, John Williams, The Weekend, Pearl Jam o Elton John han usado esta tecnología.

EL PAÍS ha asistido a una demostración de Dolby Atmos Music en el estudio de grabación Best Digital, en Madrid. En una sala repleta de altavoces en las paredes y en el techo y con una gran mesa de mezclas, se han reproducido diferentes canciones: de Rocketman de Elton John a la banda sonora de Star Wars o Waba Duba del grupo suizo de música electrónica Yello. Al cerrar los ojos, parecía música en directo. Los sonidos venían de diferentes partes de la sala. Un enérgico Elton John cantaba desde delante mientras que los coros acariciaban a los oyentes por detrás.

Más allá del sonido mono y estéreo

Si por algo se caracteriza esta tecnología, es por la posibilidad que ofrece a los creadores musicales para jugar con las voces, los instrumentos y los coros. Dolby Atmos intenta ir más allá de los límites del sonido mono y estéreo. En lugar de estar restringido a canales, los sonidos pueden ubicarse y moverse con precisión en un espacio tridimensional. Ricardo Viñas, asesor de sonido senior de Dolby Atmos, explica que se trata de un sistema basado en objetos: “Los objetos son sonidos que tienen una característica de tridimensionalidad en el sentido en el que podemos posicionarlos donde queramos en la sala”.

En Atmos puede haber hasta 118 objetos, es decir, 118 pistas independientes de audio. Al tener tres dimensiones, “el audio ya no está en un solo plano sino que puede estar en cualquier parte de la sala y los sonidos pueden venir desde donde queramos”. Es posible intentar recrear la sensación de estar en un auditorio con los músicos posicionados en diferentes partes de la sala u optar por instrumentos que se muevan a medida que avanza la obra.

El músico y mezclador de sonido Mikel Fernández Krutzaga explica que durante años mientras que la música en el cine le daba la posibilidad del sonido surround (envolvente), el disco no se lo permitía. Con el estéreo, según explica, se consigue generar una sensación sonora. “Pero siempre desde donde están los altavoces hacia allá”, dice mientras señala en una dirección. La sensación de estar inmerso “es más real”. Fernández hizo por ejemplo la banda sonora en Dolby Atmos Music de la película La Trinchera Infinita, ganadora del Goya al mejor sonido en 2020. “Ahora tengo un problema. Cuando mezclo algo en Dolby Atmos y luego lo escucho en estéreo, me genera un poco de ansiedad”, confiesa.

Sergio Vallín, guitarrista del grupo mexicano Maná, lanzará próximamente MicroSinfonías, un disco en solitario con la colaboración de artistas de la talla de Carlos Santana, Alejandro Sanz, Steve Vai, Ara Malikian o Juan Luis Guerra. Se trata del primer álbum musical mezclado en Dolby Atmos en España. Vallín coincide con Fernández de que esta tecnología permite “sentir la música de otra manera”. “Me acuerdo cuando solamente la música estaba en mono y de repente cambió a estéreo y era como ‘wow’. Ahora es más fascinante”, indica.

De la sala de cine al salón

Pero la experiencia al escuchar sonidos grabados en Dolby Atmos no es la misma en todos los supuestos. En una sala de cine, donde puedes tener hasta 64 altavoces, o un estudio de grabación profesional la precisión del sonido es mucho mayor. Pero baja, y por tanto empeora la experiencia, cuando se escucha desde un sistema doméstico, una barra de sonido o unos auriculares. EL PAÍS ha podido comprobar cómo suena Dolby Atmos en el salón de casa con una barra de sonido de LG. Si bien no es comparable a la demostración realizada en el estudio de grabación Best Digital, en general la experiencia es positiva y el sonido reproducido es notablemente inmersivo.

No cualquier usuario puede escuchar el sonido de Dolby Atmos. Existen diferentes maneras de hacerlo. Por ejemplo, con una suscripción al plan HiFi del servicio de música Tidal y tabletas, móviles y receptores compatibles con esta tecnología. También conectando un dispositivo compatible a Apple TV 4K o a algunos modelos de Fire TV como el Fire TV Stick 4K. O con una suscripción a Amazon Music HD y un altavoz inteligente Echo Studio, discos Blu-ray o servicios de streaming de películas y series como Netflix o Disney Plus.

Entre los teléfonos compatibles con esta tecnología, se encuentran los nuevos iPhone 12 o los Galaxy S20. La mayoría de smartphones compatibles con Dolby Atmos emiten este sonido al utilizar auriculares gracias a la binauralización, según Viñas. “Es un sistema que simula cómo funciona el oído humano, la cabeza y el torso para engañarle y hacerle que piense que, pese a que tienes unos auriculares puestos, el sonido viene de distintas distancias y puntos del espacio”, añade.

La experiencia puede variar entre los usuarios. El sistema, según el asesor de sonido, se basa en un algoritmo matemático que tiene en cuenta la forma de la cabeza y del oído humano. “Se hace una media y si encajas en esa media, la experiencia es mejor. Aunque en general en todos los usuarios es buena. Yo he visto demos en las que la gente se da la vuelta cuando oyen un sonido que viene de atrás”, relata.

Dolby Atmos no es el único sistema de sonido envolvente que existe. Sony ha desarrollado 360 Reality Audio, que también está basado en objetos y busca lograr un resultado similar al que ofrece Dolby Atmos. “Los sonidos individuales como las voces, coros, piano, guitarra, bajo e incluso sonidos del público en directo se pueden proyectar a un campo de sonido esférico de 360°, lo que da a los artistas y creadores una nueva forma de expresar su creatividad”, afirma la compañía japonesa. Para escuchar cómo suena la música con esta tecnología, es necesario utilizar un servicio compatible como Tidal o Deezer.

Apreciar el sonido

Fernández destaca que muchas veces la gente opta por escuchar música o ver películas con el móvil con un altavoz de baja calidad “por dejadez”. “Es una cuestión de educación. A día de hoy es bastante fácil que la gente se compre una pantalla de 65 pulgadas pero a la hora de escuchar no sabe ni apreciar las diferencias que puede haber”, señala. Recuerda que había una época en la que “los discos un poco antiguos tenían una calidad impresionante y lo apreciábamos”: “Nos poníamos un disco y lo escuchábamos de arriba a abajo”. Ahora tiene esperanza de que con este tipo de tecnologías los usuarios aprendan a valorar la música y el sonido. “Se están perdiendo mucho”, asegura.

El sonido sirve para identificar localizaciones o personajes, reforzar ambientes y evocar sentimientos. En una película, el sonido puede cambiar el significado de un mismo plano y también, la emoción. Diferentes sonidos se asocian a emociones particulares, según el centro de audiología AHAC. Mientras que el sonido de una tormenta puede evocar sensaciones de relajación o ansiedad, el de los fuegos artificiales puede despertar sentimientos de nostalgia y recuerdos agradables y el de las vibraciones de un móvil puede resultar irritante.

Viñas está convencido de que en el universo audiovisual el sonido es más importante que la imagen, ya que “la emoción está mucho más vinculada al oído que a la vista”. “Hay muchas afirmaciones de famosos cineastas dando al menos tanta importancia al sonido como a la imagen como George Lucas, Steven Spielberg o Christopher Nolan. Y alguno, como Michael Moore, diciendo que el sonido es el que lleva la historia o que se perdona un plano desenfocado mucho mejor que una frase que no se entiende”, concluye.

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Sobre la firma

Isabel Rubio
Es colaboradora de las secciones de Tecnología, Ciencia y Salud de EL PAÍS. Además de seguir de cerca a Apple, Samsung y otros gigantes, prueba dispositivos y analiza el impacto de los avances tecnológicos en la sociedad. También verifica contenidos científicos en la fundación Maldita.es.

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